Es como si conociera a todos los personajes que me cruzo, y sino los conozco me los puedo imaginar. cuando ando por la rambla abajo hasta casi Gala Placidía con mis perros: Orix (mi schnauzzer) y Sugus (el Schnauzzer de mi madre)
Si es miércoles (como hoy) me encuentro sólo salir del portal con un entrenador argentino que debe de ser un “ coach” entiendo por coach el que va por libre. Lo llamaré Marcelo. Unos 35 años, había entrenado a la selección Argentina de vóley , bueno de hecho era el segundo entrenador cuando Irene, su compañera le ofreció venirse a España para encontrar una mejor calidad de vida. El siempre llega con su bici, por el aspecto de la bici, una vieja mtb que solo la usa para desplazarse por la ciudad y para llegar rápido desde el Born que es donde vive.
Elige la zona dentro de la rambla donde está más limpio el cemento, y despliega sus utensilios consistentes en una esterilla verde y varios juegos de gomas, que son los que utiliza Inés (de momento su única clienta) que con 19 años es la capitana del vóley de Sagrado Corazón de Sarría.
Inés a pesar de la pereza que le da cada miércoles quedar en la calle con Marcelo, lo hace sabiendo que le va bien (gana en flexibilidad y en forma física en general) y como los honorarios de Marcelo los paga su madre…tira que te va. Sabe que cuando se independice ya no tendrá ese chollo. Y de momento tira que te va…
A Marcelo le hace gracia Inés, pero es un tema que ni pensarlo porque pocos clientes que tiene como se entere Irene o la madre de Inés se lía. En cualquier caso él siempre se comporta con corrección y profesionalidad, y le gusta cuando Inés intenta negociarle el número de flexiones o de repeticiones de los ejercicios…Tampoco Marcelo sabe como se comportaría Inés si supiera que le hace cierta gracia, aunque por intuición femenina ya se lo debe imaginar.
Y nos os canso más porque esta es la pareja que me encuentro mientras paseo a los perros sólo salir de casa cada miércoles (si no llueve). Sigo bajando por la rambla y si son las 7:35 me cruzo a Javier que sube pedaleando con su Bronton por el carril nuevo de bicis (un simpático ex vendedor de bicis del antiguo Probike) que me reconoce siempre, sabe de mi enfermedad y cada día me pregunta lo mismo sin dejar de pedalear : estás bien? Con lo cual yo le respondo también como cada día levantando el pulgar … Gracias Javier! le grito viéndole alejarse rápidamente.
Y sigo bajando por la rambla cuando sale del portal de un poco más abajo Marifé una señora Venezolana aunque lleva en España más de 20 años, que está esperando con ansia su prometida jubilación (eso siempre se espera con ansia…) acompañada por sus dos perros patanés (que cuando debían ser cachorros tenían su gracia pero que ahora se ha vuelto indefinidos, los cuales saludan efusivamente a los míos). Un breve comentario sobre la ola de calor y sigo bajando por la rambla al llegar a Madrazo 180º y ya para arriba en donde me cruzo con Eduardo, un señor de unos 50 años siempre correctamente vestido y leyendo el periódico mientras anda. Es increíble la pericia que tiene de caminar con el periódico abierto, cuando intuye peligro lo cierra levemente para segundos después volver a abrirlo. Eduardo es un personaje curioso trabaja como contable en la oficina de Asepeyo en la misma via Augusta casi con Diagonal. Nadie diría que su gran afición son las películas de terror…
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