viernes, mayo 29, 2009

El contrato 6

Isabel le explicaba llorando a Tomás que hacía quince días se fueron al lecho del Amazonas a por las pieles de la Anaconda, y se topó con uno de los vigilantes de la viuda. Iba borracho, y cuando la vio le amenazó con la pistola para que se desnudara delante de él. Tuvo la suerte Isabel que Rosana se había entretenido y caminaba unos metros por detrás y cuando se dio cuenta de que Isabel estaba hablando con alguien se escondió detrás de unos arbustos. Isabel la vio pero el matón no. Entonces Isabel se dio cuenta de lo que tenía de hacer. Se movió unos metros mientras se desbrochaba la camisa, justo para que él quedara totalmente de espaldas a Rosana. Se quedó desnuda de torso. No podía permitir que se girara y pudiera ver a Rosana.
- Pero que puta eres!- le dijo el matón riendose - sabes que no te voy a pagar y te gusta.
Entonces Rosana se hizo con una piedra de tamaño considerable, que asió con una mano con fuerza. Y se abalanzó impactando con un golpe certero y seco al matón en la cabeza.
El matón soltó de golpe la pistola y se giró para mirar a Rosana, tapándose la brecha que le había hecho con las dos manos. El golpe había sido mortal y a los pocos segundos sin quitar la vista de Rosana cayó fulminado.
Rosana e Isabel no se hablaron. Sabían lo que debían hacer. Le quitaron el reloj y los anillos de oro llenos de sangre. Le registraron los bolsillos delanteros y se quedaron con los cuatro billetes que encontraron y algunas monedas..
Luego cogiéndole entre las dos una por un brazo y otra por la pierna, la dejaron en el borde del río. Se miraron y lo empujaron a patadas hasta que quedo flotando.
- Hijo de puta! Ya tienes tu merecido!- Comentó Rosana
Sabían que daba igual que no se hundiera porque al poco rato acabaría en el estomago de algún caimán. Era la ley de la selva.
No dijeron nada a nadie, pero se quedaron con ese bonito reloj, el Rolex de Tomás.
- Se lo merecía ese cabronazo. Seguramente debió se él el que me tiró desnudo al prado…- dijo Tomás
Tomás recuperó el reloj y ya no volvieron a hablar del tema.
Llegaron a la mansión de la viuda. No había nadie. La casa estaba desierta. No encontraron pistas de la viuda. Se lo había llevado todo. Ya no había nada que hacer ahí.
Dejó a Rosana y a Isabel en la capital Lima. Les dejo dinero para sobrevivir unos meses y les rogó que no volvieran al tema de drogas ni de prostitución, que si encontraban un negocio honrado, desde un bar hasta una librería, el invertiría en él.
“He dicho librería” pensó Tomás pensando que probablemente no supieran leer..pero bueno, es la idea…
Las dejó en la avenida principal porque Tomás debería volver. No había manera de encontrar una pista de lo que le había pasado. Tomás devolveríó el coche en el Aeropuerto de Lima.
Una vez en Barcelona, Tomás intentó rehacer su vida. De hecho en poco tiempo la rehizo. Se incorporó de nuevo a Telares Maristany .
Pasaron unas semanas. Ya era el mes de Mayo. El mes donde practicaba intensamente su afición de navegar. Lo hacía desde hacía unos años en el Bribón el barco de José Cusí.
Navegaba en competición desde que era pequeño, pero en crucero y a ese nivel tan sólo hacía dos años. Le llamaron para hacer una sustitución en la proa, y lo había hecho muy bien por lo que le ficharon.
Empezaría las regatas dentro de dos semanas, y ya habían entrenado maniobras con el nuevo barco. Tenían esperanzas en hacerlo bien. Pero todavía notaba la tirantez de aquella cicatriz que detectó en Perú. Hasta entonces ni se había acordado más.
Lunes. Ese día tenía hora en la nueva Quirón con el Dr. Masiá. Le hizo un chequeo y una revisión y le dijo que estaba hecho un toro, pero había un tema que le preocupaba. Y era el hecho de que no entendía la cicatriz del estomago, porque no era habitual. Lo de las molestias, de la tirantez le resultaba lógico, pero no el motivo de aquella cicatriz. Ni para acceder a los riñones, ni por una posible peritonitis, ni nada similar. Así pues El Dr. Masiá envió a Tomás a radiología. Quería saber el motivo de tan extraña cicatriz.
A Tomás no le dijeron nada en radiología sobre las radiografías que le habían hecho. Debería enseñárselas al doctor. Cuando llegó por segunda vez a la consulta del Dr. Masiá no le hicieron esperar. Paso directamente al despacho, donde el doctor le hizo sentar mientras colgaba las radiografías en la caja de neón.
- Sr. Conesa…..no sé usted lo que tiene…pero entre los plieges del intestino grueso tiene alojado un dispositivo electrónico, que no le sabría yo decir que es...
- Doctor no puede ser. Que coño sé que es eso si no me lo dice usted.- dijo Tomás entre asustado y enfadado.
- Quitelo de mi cuerpo Dr. Por favor sea lo que sea pero rápido.
Tiene usted suerte Sr. Conesa, mañana tenía una intervención que desgraciadamente se ha anulado. Pero si quiere lo preparamos todo para las cuatro de la tarde…
- Por favor Doctor. Lo antes posible. Y me gustaría el viernes ya estar en casa…
- Eso ya es más difícil…
Esa noche Tomás no pudo dormir. Le daba vueltas a que tipo de aparato electrónico le habían colocado en su cuerpo. Y de repente lo relacionó todo. La Viuda de Perú era mujer de un narcotraficante, Medellín, que había leído en algún lado que dejaban entrenar a terroristas de ETA en una isla caribeña…Si todo iba bien, el Sábado participaría en la regata Conde de Godó, en principio con la asistencia confirmada de Su Majestad el Rey a bordo del Bribón de José Cusí.
“Una bomba!!” – grito involuntariamente Tomás
No puede ser. Demasiado rocambolesco. Pero sino que sentido tendría. ..Que oportunidad más buena para atentar contra el Rey.
- Joder, Ostias!!! ¿Qué cojones hago ahora? . se preguntaba Tomás.
“Si se lo digo al médico, seguro que no me opera. Si lo digo en la casa real, seguro que me apartan de las regatas para el resto de mi vida. Si se lo digo a la policía, peor. Hacen explotarla en un descampado los muy brutos, pero conmigo incluido claro.” "En el fondo soy un don nadie" pensaba Tomás, "si me pela la policía con aquello de que ha sido un accidente…"

jueves, mayo 28, 2009

el contrato 5

Tomás había negociado con Toni Maristany su finiquito..
No fue difícil en la situación que se encontraba. Necesitaba descubrir el porqué de muchas cosas que le habían pasado. Y para ello requería de tiempo y de dinero. Tenía que hacer un viaje a Perú. Iba a ayudar a Isabel, costase lo que costase. Además tenía la intuición de que mucho de todo eso que no sabía que era pasaba por la Hacienda de la viuda.
Y estaba, una semana después del mensaje en el contestador, allí sentado en el asiento 32 F del Airbus con destino Lima. .
Después de muchas horas de viaje, aterrizaba en el aeropuerto de Lima. Alquiló el mejor coche disponible y debía ser un 4x4 porque tenía de llegar a Vichite, pasando por Iquita. Después de un trayecto con el que le dijeron era último modelo de Toyota. Manda guevos. Por no tener, no tenía ni aire acondicionado. Llego a Iquita y preguntando se alojó en la posada “los ángeles”, gracioso nombre para una cutrez como esa. En Iquita no había turismo. Sólo pobreza que cuando se asomaba la noche se convertía en delincuencia. Todas las mujeres que estaban a esa hora en la calle debían prostitutas, pensó Tomás.
Las calles estaban sin asfaltar y casi a oscuras. Una tenue luz iluminaba la calle a trozos. El había aparcado a unos quinientos metros de la posada. Le sorprendía que casi no hubieran coches. Las mujeres se le iban acercando ofreciéndole hacerle de todo y dejarse hacer de todo, por tan sólo dos dólares. Cuando vio a Rosana.Estaba apoyada a una pared y fumando. Ella no le reconoció mientras el se acercaba a ella, enseñándole todo el pecho, como si fuera un manjar. Cuando se dio cuenta de que era Tomás, se volvió a tapar. Era peligroso la estaban vigilando.
- Vamos a mi hotel – Le dijo Tomás susurrándole en la oreja
- Te tendré que cobrar…- le sonrió Rosana
Cuando se acerco, el que debía ser el chulo.
- Si te interesa tengo más jóvenes, negras o niñas…- le ofrecía el chulo a Tomás
- No gracias. Me gusta esta. – Le dijo guiñándole el ojo a Rosana .
Y entonces desaparecieron entre la oscuridad hasta alcanzar la posada.
- Necesito una habitación – Dijo Tomás al sudoroso recepcionista con una camiseta de algodón sin mangas.
Sin decirle nada le dio la llave con el número tres.
- Son 50 $ y sin escandalos. Me ha entendido?
- Ok
Entraron a la habitación y Rosana se sentó en la cama. Se tapo la cara con las manos y lloró. Lloraba de desgraciada. Tomás no sabía que hacer. Se sentó a su lado y le abrazó.
- Rosana…te sacaré de esto. Te lo juro. – le dijo Tomás mirándole a los ojos.
Era extraña la sensación de cariño que Tomás tenía por esas dos mujeres. Era consciente de que le habían salvado la vida, y que estaba en deuda con ellas.
Rosana le explicó que dos días después de su marcha, vinieron cuatro hombres a buscarlas. Uno de ellos era Mateo, el chulo del que se habían escapado en Iquita la primera vez. Le preguntaron por Isabel, y Rosana contestó que se había marchado hacía unos días. Se lo creyeron. La violaron los cuatro, y la dejaron sin prácticamente vida. Respiraba pero le robaron la poca de dignidad que le quedaba.
La cargaron en el maletero abierto de una pick up como si fuera basura y la devolvieron al prostíbulo.
Mateo la ofrecía por una cerveza. Y a veces gratis. Rosana volvió a las drogas, era lo único que le hacía olvidarse de su desgracia.
- Hijos de puta!- Exclamó indignado Tomás . Le ayudó a levantarse y le dijo vámonos.
- Salieron por la ventana de la habitación. Por suerte daba a una escalera en la parte de detrás del edificio. Apenas se veían. Cuando accedieron al patio trasero del hotel, Tomás decidió no coger la calle principal y rodear la zona de casas hasta llegar a la explanada donde había aparcado su Toyota.
Tomás encendió el coche y aceleró. Los habían descubierto porque veía como dos personas les perseguían por el retrovisor hasta que pasados doscientos metros cesaron en su empeño con el puño en alto, y Tomás se imagino que soltando algún improperio sobre su madre.
- Donde me llevas Tomás?
- Vamos a Vichite a buscar a Isabel.
Era difícil avanzar por esos caminos de tierra a oscuras a pesar del Gps de mano que llevaba Tomás. Así que decidieron pararse y dormir un poco en el coche hasta que amaneciera.
Con los primeros rayos de Sol, Tomás se puso en marcha. Rosana dormía. Pero Tomás no la despertó. No la necesitaba para orientarse.
Al cabo de unas horas llegaron a Vichite. Rosana entró precipitadamente en su casa temiendo lo peor. Pero ahí estaba Isabel, pelando patatas, cuando se giró y los vio.
Se abalanzó hacia Isabel y se fundió en un fuerte abrazo. Lloraban las dos. Al cabo de un rato Isabel se dio cuenta de que Tomás estaba ahí, y se fue a abrazarlo.
- Gracias, gracias, gracias….no sé que decir.
- No me digas nada. No hace falta. No os iba a dejar – explicó Tomás- pero ahora debemos marchar porque esos hijos de puta volverán…
Rosana e Isabel lo miraron asustadas.
- No hay opción chicas. Nos vamos de aquí. Coger los que necesitéis y nos vamos.
- Pero donde vamos a ir
- No os preocupéis. Que iremos a un lugar seguro. Primero quiero pasar por la Hacienda de la viuda y de ahí a el aeropuerto de Lima. Ellas se miraron. Nunca habían estado en Lima y menos coger un avión.
Se abrazaron otra vez y se fueron a recoger sus cuatro enseres. De hecho era todo lo que tenían. Isabel cogió una caja que hacía las funciones de joyero. Se le cayó y Tomás vio varios billetes de cien dólares, algunas pulseritas de plata y un reloj. Era un reloj que conocía perfectamente. Un Rolex GMT- II Master como el que antes de morir le había regalado su padre.
- Isabel déjame ver ese reloj. – dijo tomas un poco nervioso
- Toma…nos lo encontramos en el río. …- intervino rápidamente Rosana
Tomás lo cogió y observo la tapa del reverso. Tenía grabada la fecha de su nacimiento. No tenía duda. Era su reloj.
- Este reloj es mio. Me lo habéis robado. – dijo Tomás muy enfadado. – Encima de lo que he hecho por vosotras….
- No, no ….!!no te lo hemos robado!!- grito Isabel al apreciar el enfado de Tomás.

martes, mayo 26, 2009

el contrato 4

Tomás se despertó en una habitación fría y bien iluminada. Era de una clínica o un hospital. Ahora estaba seguro estaba en una clínica. Conectado a un monitor y a un botellín de suero.
No se podía mover. Sólo podía girar la cabeza. Al cabo de un rato, paro de pensar inútilmente en alguna correlación entre Perú, La Feria, y la clínica. No entendía nada, pero se imaginaba que ya se lo explicarían. De repente se abrió la puerta de la habitación y entró una enfermera.
-Hola Sr. Conesa. ¿Cómo se encuentra? – le preguntó la enfermera
- ¿Me lo puede explicar usted señorita?- Respondía Tomás preguntándole a la enfermera ávido de respuestas
- Luego se pasara el Doctor y le explicará mejor. Pero le puedo decir que ha tenido un virus muy extraño, y que ha estado a punto de enviarle al otro barrio. Desde hace cuatro días ha ido mejorando hasta ahora que se ha despertado – le decía la enfermera mientras le tomaba la temperatura y comprobaba todas las constantes del monitor.
- Pero cuanto tiempo llevo ingresado enfermera? – Preguntó Tomas imaginándose que llevaba unos cuantos días.
- Lleva un mes y una semana señor Conesa
- Joooder! Más de un mes!.... ¿Y nadie me a visitado en todo este tiempo? –preguntó extrañado Tomas
- Si,si. Le han venido a ver familiares y compañeros de su empresa- le dijo la enfermera
Pero ahora tómese esta pastilla e intente descansar…el doctor ya le explicara la situación – Le decía la enfermera alcanzándole un vaso de agua . Mientras se tomaba la pastilla acompañado por el sorbo de agua correspondiente entró el doctor.
- Soy el doctor Renart, jefe del servicio de cuidados intensivos, de la Clínica Shuster de Tutlingen.
- Tutlingen? – preguntó Tomás
- Es un pueblecito de la Selva Negra, a treinta kilómetros de Dusseldorf…
El doctor le resumió todo lo que había pasado. Le trajo un taxista, estaba inconsciente y a punto de entrar en coma. No se supo que era un extraño virus hasta una semana más tarde. Gracias a la documentación que llevaba en su bleiser pudieron localizar a compañeros de su empresa, que a su vez se pusieron en contacto con sus padres.
Ya estaban en camina. Estaban alojados en un hotel de Heilderberg, una población cercana. En media hora estarían con el.
Cuando entraron sus padres a la habitación lloraron. Pensaban que lo perdían. Llevaban un mes viviendo en Dusseldorf, si no hubiera mejorado ya lo tenían todo preparado para ingresarle en el Hospital de Valle Hebrón.
Tomás atribuyó su historia en el Perú a la influencias de los narcóticos que emplearon para intentar que saliera del coma.
Habló con gente de su empresa que le informaron que estaban procediendo a ejecutar un ERE. Había hablado con Toni Maristany el cual le había explicado como estaba la situación en aquel momento. Le preguntó sobre el contrato de las tiendas Straddle y sobre Carolina. Pero nadie sabía nada. La verdad era que acabó la experiencia de Telares Maristany en la Feria con un pobre balance de pedidos, y con el director comercial ingresado en coma.
Al cabo de quince días Tomás Conesa se incorporaba por fin a la fábrica de PuigReig Telares Maristany . Se encontró con la situación dramática empleados despedidos en la puerta de la fábrica solicitando unas mejores condiciones de despido.
Tomás se sentía mal. Sabía que si hubiera llegado a firmar ese contrato con Caroline en otra situación se encontrarían. Así que ahora su principal objetivo consistía en retomar ese acuerdo verbal, esto le hizo sonreír a Tomás pensando en la felación de Carolina.
Estuvo buscando la tarjeta de Caroline pero no la encontró. Preguntó sobre la cadena de tiendas Strudle, y nadie las conocía. Es más. No existían. Contactó con el hotel de Carolina, el hotel Eurobuilding de Dusseldorf y preguntó al director del hotel a que nombre estaba la reserva de la habitación 327 ,el día de la cena en Heilderberg. Le dijeron a Tomás que estaba reservada a una pareja de recién casados los Sres. Frankling, pero que no llegaron hasta el día siguiente.
Todo eso era muy raro. Desde luego había cosas que jamás se podía haber imaginado.
Le enviaron una foto por email de la habitación 327 por gentileza del director del hotel ante la insistencia de Tomás. Y realmente era tal y como se la había imaginado.
Tiró la toalla. No podía perder más el tiempo persiguiendo fantasmas.
Y continuó su vida intentando olvidar ese episodio tan trágico de su vida.
Al cabo de dos meses recibía una conferencia de Perú. Le habían dejado un mensaje en el contestador, las pulsaciones se le aceleraron. Antes de escuchar el mensaje se fue al mueble bar y se sirvió un whiskey con hielo. Se sentó dio un buen sorbo y presionó la tecla del contestador:
“ Tomás!.! Los hombres de la viuda… se han llevado a Rosana!. ¡ Han pasado diez días y todavía no ha vuelto! ¡Ayúdame por favor! “
Se le cayó el vaso al suelo. Era Isabel. La reconocía y estaba llorando.
Tomás se puso las dos manos en la frente y preguntó gritando “¿porqué yo?”

lunes, mayo 25, 2009

El contrato 3

foto: La Mansión de la viuda



Tomás llevaba unos diez días recuperándose tanto de la cicatriz como de las heridas de los pies. La verdad, es que estaba encantado con el trato que le habían dado esas exprostitutas y ahora amigas. En ningún momento, le pidieron nada, ni le obligaron a marcharse.Podía haber estado el tiempo que quisiera. Pero Tomás debía volver a su vida. Todo aquello era espectacular. Pero no era su vida. Debía volver y salvar a su empresa. Y aclarar que cojones estaba haciendo allí, en ese lugar en el otro lado del mundo y un mes después del último recuerdo.
Isabel y Rosana lloraron en su partida. Pero él les prometió que volvería, para ayudarlas en lo que quisieran. Aunque eran autosuficientes y bastante felices.
Le explicaron a Tomás como llegar a la Hacienda. Estaba seguro de que podría convencer a la viuda, esa tal Esmeralda de que le ayudara a salir de allí.
Partió a primera hora de la mañana, con los primeros rayos de sol. Quería llegar a la Hacienda de día.
El camino era angosto y complicado, en ocasiones desaparecía el camino bajo la exuberante vegetación y para continuar en la misma dirección a veces debía rodear una determinada zona de frondosa vegetación porque no podía pasar. Esos veinte kilómetros le parecieron eternos. Ruidos de animales tan extraños que su imaginación no llegaba a interpretar. A veces, le parecían sonidos guturales provenientes de humanos. Pero teóricamente estaba sólo. En ocasiones daba media vuelta inesperadamente para cerciorase de que no había nadie. No llevaba armas, sólo ese pedazo de machete que le dejaron para abrirse camino en la selva.
Después de 8 horas avanzando penosamente llegó a una explanada. Tal y como le habían explicado. Y ahí estaba. Impresionante. A quinientos metros se erigía esa mansión al más puro estilo colonial. Tomás decidió que lo más prudente sería rodearla por si encontraba vigilante armados, y así poder evitarlos. Quería entrar en la casa para hablar directamente con Esmeralda. De lo contrario pensaba que los sicarios no tendrían escrúpulos y le podrían pegar un tiro, y santas pascuas. Habría sido un intruso más.
De repente ,y a medida que se iba acercando a la mansión escuchaba el sonido de una melodía que iba incrementando de intensidad. Le era familiar esa melodía. Era Bach. Reconocía el violonchelo. Tocado con maestría. Un preludio de Bach. Era impresionante. En otro contexto le habría emocionado esa melodía, ahora la escuchaba sorprendido, con la puesta de sol en plena selva. Sorprendentemente Tomás estaba en el jardín de la hacienda agazapado detrás de un arbusto, esperando que acabara la melodía.
Había sorteado a dos vigilante armados que custodiaban la puerta principal. Pero no en vano, Tomás había sido el número uno de su clase en gimnasia, y había podido trepar por un frondoso árbol saltar una tapia y alcanzar el jardín. Se imaginaba a una guapa mujer con rasgos latinos y con cierta sensibilidad sabiendo apreciar esa música.
Tomás se lo pensó mejor, y decidió no esperar que acabará la melodía y entrar ya en la mansión. Intuía que si seguía la música encontraría a la viuda . Y además ya estaba oscureciendo. No había tiempo que perder. Y ahí estaba, colándose por una puerta de servicio y subiendo sigilosamente por una ancha escalera de caracol, el sonido de Bach le guiaba. Llegó a la habitación de donde parecía que salía la música. Abrió un poco la puerta de esa habitación. Parecía la alcoba de la viuda. Cuando de repente cesó la música.
Y una voz conocida le decía:
- Pasa Tomás…no tengas miedo.
Y ahí estaba ella. Caroline Schiffer. Desnuda. Exibiendo su impresionante cuerpo estirada en la cama.
- Joder!!! Vaya con la viuda!!- exclamó Tomás sin entender nada.
- Fóllame como en Dusseldorf – le dijo Caroline estirada en la cama tocándose un pecho con la mano mientras que con el pulgar se acariciaba el erecto pezón. Estaba excitada.
Tomás pensó por un momento en ser frío. No hacerle caso, y sentarse en el sillón de enfrente de la cama y exigirle respuestas a las muchas preguntas que tenía. Pero la realidad, es que Tomas se estaba excitando. Y además, pensó que podría hacerle las preguntas después de follar. Se acercó al pie de la cama mientras se sacaba rápidamente los pantalones.
- Luego hablaremos…- le amenazó Tomás abalanzándose a esa cama de madera trabajada con mosquitera.
No llevaba calzoncillos por lo que la erección se hacía evidente. Y se acariciaron mutuamente sin hablar. A ritmo frenético. La respiración se convertía en jadeos cuando ella le colocó boca arriba le arrancó los botones de la camisa y se acopló encima de Tomás. El le lamía los erectos pezones. Los corazones se aceleraban.
Tomás, a pesar de notar la herida se dejaba llevar por el ritmo uniforme que imponía Caroline. Movía su cabello de lado a lado como si de un látigo se tratara. De repente Carolina paró de golpe, le saco la erecta verga de su totalmente húmedo interior y sin soltarlo, y con un hábil movimiento se colocó de espaldas, apoyada sobre las rodillas y una mano, mientras que con la otra le volvía a introducir el pene entre sus labios inferiores. Carolina era una experta y sabía lo que hacía. Buscaba ese punto G, que tanto placer les daba a las mujeres. Tomás se dejaba hacer y la siguió penetrando. Esta vez por detrás y el marcando el ritmo aunque sentía que no tardaría en eyacular. Notaba que Carolina estaba teniendo un orgasmo a tenor de sus gemidos. Cuando Tomás aceleraba la intensidad de sus embestidas y estaba a punto de correrse sintió un fuerte golpe en la cabeza.

domingo, mayo 24, 2009

el contrato 2

Estaba a punto de llegar a la primera casa, por llamarlo de algún modo. Era la mínima expresión de casa. Un espacio rectangular con cuatro paredes y con tejado de uralita. Mientras se aproximaba por ese camino de tierra, intentaba recordar algo pero no le cuadraba nada.
Tenía el cuerpo dolorido, y se dió cuenta que en el brazo tenía señales de “pinchazos”. Le molestaba una tirantez en el estomago y se dio cuenta que tenía una cicatriz, que no recordaba. Llevaba la manta en la cintura a modo de paro. Tenía frío.
- ¿Me habrán disparado? – pensaba Tomás mirándose la extraña cicatriz mal cerrada.
Se acordaba de la Feria Textil de Dússeldorf. De Caroline ,del restaurante en una terraza. Del hotel. Del polvo más impresionante de su vida. ¡Vaya si se acordaba!. Luego en el momento en que se durmió en el hotel de Caroline, nada más. Ni de que volviera a salir del hotel. Ni nada parecido.
El comité de bienvenida del poblado consistía en dos perros, uno blanco y otro marrón, que no cesaba de ladrarle y unas cuantas gallinas. Debían ser sobre las cuatro de la tarde a juzgar por la posición del sol. No se veía a nadie por la calle. Decidió meterse en esa casa. Llamaría al timbre. Entonces se dio cuenta de que no había timbre. De hecho no tenía ni puerta, sólo una cortina de esas metálicas que hacen de puerta. Estaba muy cansado, pero quería aclararlo todo en seguida y volver a su hotel o donde fuera.
Entró en la casa, con un “ ¿hola? ¿Qué hay alguien? preguntaba en voz alta mientras apartaba la ruidosa cortina metálica y se metía en el interior de esa vivienda.
Entonces vio a todas aquellas personas sentadas en el suelo alrededor de una cazuela con algo parecido a arroz, y todos se giraron para mirarle sin decir ni hacer nada.
-¿Hola? Volvió a repetir Tomás mirando a la familia.
Se levantó el padre de familia. Casi por obligación porque los demás con la mirada le pedían que hiciera algo.
- ¡Fuera de mi casa, señor!- le amenazó con tono de enfado
- Perdone…pero necesito ayuda. Y un teléfono por favor.
Entonces el hombre se fue a la habitación contigua de donde salió con una escopeta de cañones recortados.
- Largo o le meto un balazo. –Me miraba fijamente sin dejar de apuntar a Tomás
-¡Joder. Que marrón!.- pensó Tomás mientras retrocedía hacia la puerta y levantando los brazos..
-Por favor. No dispare. Estoy indefenso. No se que hago aquí pero si me ayuda le compensaré…se lo juro.
-Largo!
-Ya me voy….ya me voy…tranquilo…sólo dígame una cosa….¿donde estamos?
No hubo manera de convencerle pero no se podía quedar ahí. Ya encontraría refugio pensó Tomás..
- Márchese. Y no vuelva!.- Le grito en tono agresivo
Tomás salió de la casa espantado, además no había podido explicar quién era ni le habían podido explicar dónde estaba. Pero no había tenido opción. Hacía frío. Calculaba que era n sobre las siete de la tarde, y estaba dolorido y hambriento.
Cruzó la calle y se metió en la segunda casa. Tomás vio a dos mujeres adultas, que le miraron asustadas. Se levantaron. “joder, irán a buscar escopetas estas también” pensó Tomás
- Hola. Me llamo Tomás….¿me pueden ayudar? …- les suplicó Tomás mostrando las palmas de las manos.
- ¿Quién es usted?. Usted no es de por aquí.– le preguntó la mayor de las dos mujeres, mirando luego a la más joven y haciéndole una mueca, como si no entendiera nada.
- Por favor…ayúdenme…- Dijo Tomás cayéndose desplomado en el suelo.
Tomás abrió los ojos. No reconocía la habitación. Era una habitación con un agujero en la pared a modo de ventan pero sin cristal ni cortina. Era muy humilde. De hecho no había ninguna luz o bombilla. La cama estaba sucia de sangre. Tomás sintió asco de pensar de quién podían ser esas manchas de sangre. Luego se tranquilizó al darse cuenta de que la cicatriz le supuraba. Tenía los pies envueltos en vendas, era evidente de que le habían curado. Se tranquilizó. En una esquina de la habitación había una sencilla silla, con algo de ropa. Se levantó lentamente. Se mareó un poco cuando consiguió ponerse de pie. Se vistió con esa camisa blanca y pantalones de tela que alguien le había preparado. No tenía ningún espejo, pero al imaginarse su aspecto y sonrío. Se puso unas rústicas sandalias, pero a pesar de su aspecto resultaban muy cómodas.
Salió de la habitación y allí estaban las dos mujeres. Le ofrecieron un plato de frijoles.
Estaban espectacularmente buenos. Probablemente hacía días que no comía.
- gracias. Os lo compensaré. No sé cuando….pero lo haré.
La chica más joven era la que lo atendía, la otra se sentaba en su silla sin decir nada, pero sin sacarle el ojo de encima.
La más joven se presentó. Se llamaba Isabel. Entonces la otra sin levantarse le dijo “yo Rosana”.
Empezaron a contarle que ellas se habían escapado de la ciudad de Iquita, en donde las tenían prisioneras en un prostíbulo. Les pagaban con drogas. Y las maltrataban.
Le explicaron a Tomás que vivían en ese poblado llamado Vichite desde hacía un par de años. El poblado estaba a unos 150 km de Iquita.
En el pueblo ahora vivían 60 personas. Habían sido 300 habitantes en otros tiempos, y hace dos años eran unos 100. Pero la gente marchaba. No había nada de futuro que el poblado pudiera ofrecer. Vivían del campo y de lo que capturaban en la selva. Cada tres meses subía un camión con provisiones básicas, que intercambiaban por productos de la selva. Se llevaban pieles de serpiente, valoraban especialmente las de la anaconda y las de los caimanes, . Les pagaban en especies que no tenían como azúcar, sal etc..
Escaparon del infierno y ahora estaban tranquilas. Tomás calculó que Isabel tendría unos veinticinco años y Rosana sobre los cuarenta.
Tomás les preguntó que día era, pero ellas no lo sabían con exactitud. Lo que sabían era que faltaban unas semanas para la época de lluvias, por lo que creía que estaban en Abril. A finales de abril. A pesar que llovía frecuentemente, la diferencia era que en la época de lluvias, durante varios días no paraba de caer agua torrencial.
“ A finales de Abril…” pensó Tomás- La feria textil, que era lo último que recordaba, era la semana del 22 al 29 de Marzo. Tenía sólo un lapsus de un mes. Un mes!.
No tenía ningún tipo de posibilidad de comunicarse con el exterior. Por lo menos no desde ahí. A unos veinte kilómetros había una hacienda privada. Que los del pueblo conocían como “la casa de la viuda”, pero que la habían ido porque estaba vigilada por hombres armados.
La viuda había sido Miss América del Sur, se llamaba Esmeralda Gutiérrez y se había casado con un Medellín, Marco Medellín, familiar del famoso cártel de drogas. Lo mataron los americanos en una emboscada en Los roques, Venezuela. Y su mujer se retiró a esa hacienda.
Pero ahí si que tenían posibilidad de comunicarse. La hacienda era como una pequeña ciudad. Conseguían electricidad a través de unos generadores, poseían coches todoterrenos, y avionetas que aterrizaban en su propia pista de aterrizaje.
“Son muy peligrosos” – decía Isabel- Han matado a mucha gente, sólo por acercarse…y tú…porque no nos explicas que estás haciendo aquí. ¿Buscas drogas? ¿Esmeraldas? ..
- No,no, que va!.- Les dijo Tomás pensando por dónde podía empezar a relatar su historia sin que lo tomaran por loco.- Me llamó Tomas, Tomás Conesa. No os puedo explicar nada porque no me acuerdo de nada. Sólo me acuerdo de estar en Alemanía en Dusseldorf representando a mi empresa Telares Maristany una Feria internacional…
Las dos mujeres se miraron, pensando que clase de locura tenía ese hombre. Tomás se dio cuenta de su error. Explicar eso a aquella gente era como decirles que era un marciano y venía de Marte, para pasar unas bonitas vacaciones cerca del Amazonas…

viernes, mayo 22, 2009

El contrato

Tomás lo tenía muy claro ese día. O conseguía un pedido importante para su empresa en esos días de la Feria internacional de Dusseldorf o la empresa Telares Maristany se iba al garete.
Llevaba cinco años como director comercial, con más o menos fortuna cumpliendo cada año con los objetivos. Pero este año estaba estaban facturando entre un cincuenta y un sesenta por ciento respecto al año anterior. Estaban en crisis, como todo el mundo del sector textil sufría la crisis, clientes, competencia y proveedores. Pero eso no era una excusa. Telares Maristany tenía que facturar rápido o tomarían soluciones drásticas. Despedirían a la mitad de la plantilla de los 58 empleados, de los cuales la mayoría de ellos llevaban toda su vida trabajando en Telares Maristany. De hecho, estaban exportando una pequeña parte de la producción, pero nunca se habían presentado en la Feria de Dusseldorf (la Feria más importante del sector textil).
Llevaban ya cuatro días de feria. Si que pasaba gente por el bonito stand, pero ningún pedido importante. Muchos curiosos de todo tipo de países intercambiando tarjetas comerciales, pero ningún pedido.
Eran las cuatro de la tarde, y Tomás ya acumulaba cierto cansancio por estar todo el día para arriba y para abajo, cuando de pronto se presentó una guapa chica. Exótica belleza. Se llamaba Caroline Schiffer, y era la directora de compras de una importante cadena de tiendas de ropa del hogar llamada Stradde.
Caroline comprobó las calidad de los tejidos de Telares Maristany Estudió con detenimiento y los muestrarios durante más de una hora hasta que se levantó de la mesa redonda del stand, y salió del mismo pensativa. Caroline miraba al suelo y al techo del pabellón ferial, como si calculara algo mentalmente. Volvió a entrar en el stand y le preguntó a Tomás: ¿Que prefieres que te diga primero, la mala o la buena noticia?.- exhibiendo una bonita sonrisa.
-Siempre primero la mala! – le dijo cansado Tomás sonriendo. Tenía la intuición de que haría una venta.
-La mala es que… me tienes que invitar ha cenar al mejor restaurante de Heildelberg!
-Así que esta es la mala…-bromeo Tomás -¿Y la buena? – preguntó descolocado. Todavía no sabía si iba en serio o en broma.
- La buena… es que te haré un pedido por valor de cuatrocientos mil euros, para cubrir toda la demanda de nuestras tiendas durante seis meses, y si todo va bien dentro de seis meses renovamos…
- ¡Hecho! pero así…¿sin regatear? Le preguntó Tomás lo primero que se le ocurrió. Hoy en día no había nadie que no regateara en precios. Es más, incrementaban un 20% la tarifa para luego compensar con el descuento.
-Sin regatear.- dijo Caroline tajantemente - Te espero a las 9 en la recepción. Estoy en el Hotel Eurobuildind- Le dijo Caroline dándole una tarjeta donde además de los datos de la empresa Stradde salía su móvil.
Cuando se fue, se sentó durante unos minutos. No se lo podía creer. Había entrado una guapa chica haciéndole el pedido del año. Salvarían la empresa. Además, ahora no tenía novia, por lo que estaría encantado en invitar a Caroline, la guapa y joven directora de compras a cenar.
Se fue al lavabo del pabellón. Cansado pero feliz. Se lavó la cara con agua fría y se miró al espejo. Sonrió al verse. “pero que guapo eres” se dijo lanzándose un hipotético beso.
Cuando la recogió por la recepción del hotel, se quedó impresionado de la exótica belleza de Caroline. Era morena con pelo largo y rizado y vestía con un escotado vestido verde esmeralda que le marcaba todas las curvas de su estilizado cuerpo.
- Impresionante! – le dijo Tomás cuando la vio tan elegante y atractiva. Pensó, que se podía haber vestido un poco mejor para la ocasión. Se había vestido informalmente. Iba con tejanos y bleiser pero visto lo visto, era evidente de que se había equivocado.
- Gracias Tomás – le dijo volviendo a sonreir.
Tomás se sentía el hombre más feliz del mundo, y esa noche prometía. Cogieron un taxi y se dirigieron al Restaurant Baviera, un romántico restaurante situado en las afueras de Heilderberg. La mesa donde les colocaron estaba en la terraza del torreón de un castillo restaurado con vistas al Rhin.
Comieron toda clase de marisco y pescados regados con vinos blancos franceses. No pararon de hablar y de reir amigablemente, como si se conocieran de toda la vida. Se gustaban y lo notaban los dos. De repente Tomás notó como Caroline le presionaba con el pie descalzo por debajo la mesa a su entrepierna, mientras que Yomás notaba como se le endurecía su miembro a la vez que la miraba como se reía porque ha buen seguro notaba su erección.
- Y esto?- Dijo Tomás balbuceando
- Creo que deberíamos sellar nuestro acuerdo….no crees..- Solo acabar la frase Caroline se incorporó de la mesa y le beso con pasión durante unos segundos mordiéndole el labio inferior .
- Te voy a enseñar que les hacemos las indefensas alemanitas a los españolitos que van de machitos …- le decía susurrandóle al oido
- Joder! Dime que no estoy soñando…- le comentaba Tomas un poco incrédulo.
Les costó llegar al hotel después de los tocamientos y besos por todas partes (boca, lengua, mejillas, cuello, oidos…) en el taxi de vuelta al hotel de Caroline. Cogieron el ascensor y subieron al cuarto piso totalmente excitados. En el ascensor aprovechó para bajarle el vestido y acariciarle y besarle los erectos pezones entre los jadeos de Carolina, tal era su excitación que no se dieron cuenta que se pasaron de piso, y subieron hasta el séptimo para luego volver a la cuarta planta. Entraron a trompicones por la habitación 327, y cuando llegaron a la cama ya estaban totalmente desnudos. Tomás no sabía si hacer o dejarse hacer, No tuvo opción porque cuando se dio cuenta, Carolina ya tenía su erecto pene en su boca. All placer se juntaba a una ligera sensación de mareo. No era para menos después de las dos botellas de vino y la de Champagne Veuve Cliquot … “mira, que así aguantaré más..” pensó Tomás mientras la empezaba a penetrar lentamente por su ya totalmente húmeda cueva, con movimientos acompasados mientras Carolina empezaba a jadear. A Tomás le dio la sensación por la respiración entrecortada de Carolina de que ésta ya llegaba al orgasmo, entonces él se relajó y se corrió.
Había sido un de los polvos más increíbles de su vida cuando se durmió abrazando a Caroline.
Se despertó sin entender nada. En pleno campo. Con frío.
Cubierto con una áspera manta de cuadros. Estaba totalmente desnudo. Ni rastro de ropa, ni del hotel, ni de Carolina. No llevaba ni el Rolex GMT Master, que le regaló su padre justo antes de morir y que nunca se sacaba. ¿Qué coño le había pasado?. Si por lo menos tuviera el móvil.
No recordaba nada. Y es que no había nada por los alrededores que tuviera nada que ver con la civilización. Se levantó, no sin dificultad, con un fuerte dolor de cabeza.
Giró sobre si mismo. 360º. Que extraño. Estoy en una montaña colgado. Sin nada ni nadie.
Tomás empezó a caminar hacia lo que parecía un camino. Llegó al camino de tierra. Y siguiendo el camino de tierra, no podía recordar nada. Qué raro. Lo único que recordaba era que hizo el amor con Caroline de muchas maneras hasta que se durmió. Pero no recordaba el haber salido del hotel. Y es que además ese paisaje no se parecía nada al de donde estaba Heildelberg, ni Colonia ni Dusseldorf, ni la Selva Negra…después de andar dos horas descalzo con los pies ya ensangrentados y únicamente tapado por esa rara manta de cuadros divisó un conjunto de casas, lo que parecía un poblado. No llegaba ni a pueblo. No había calles asfaltadas. Ni farolas, ni postes de electricidad. Ni coches. Alguna gallina suelta y unas vacas diferentes a lo que conocía. El corazón se le aceleró. Esas casas, ni tan siquiera son casas europeas- pensaba Tomás-. ¿Dónde cojones estoy?. No, no.. No debo perder los nervios ni alterarme que seguro que todo tiene una explicación…aunque me cueste de creer.

miércoles, mayo 20, 2009

imagen para reflexionar



Ayer visité la web de una revista on line llamada revistafusion.com Es un compendio de muchos temas, reflexiones y temas de actualidad. Me he quedado con una imagen y un texto que creo que es importante compartir. Te das cuenta de lo inmensamente afortunados que somos todos nosotros. Con nuestros problemas absurdos y con nuestras ambiciones. Pero somos poco solidarios, muy poco. Por lo menos yo. Y eso me hace sentir mal. Cuando luego oyes crisis, descenso de ventas de hasta el 40%, ayudas para comprar coches y demás historias que nos intentan convencer de lo mal que estamos. Y podéis llamarlo demagogia y que es muy fácil decir sin hacer. Pero por eso quiero hoy compartirlo con vosotros. Ya sé que no podemos hacer nada, o sí. Pero creo que nos puede ayudar a relativizar los “problemas” que todos tenemos porque no son nada. Felicito al periodista que ha escrito la reflexión interpretando a uno de los muchos niños que sufren, porque me ha llegado.

Hola, soy uno de esos millones de niños que nunca vamos a ser adolescentes.A lo mejor cuando tú me estés viendo ya no existo, aunque tampoco entiendo mucho lo que significa existir.Mi vida se limita a unas pocas sensaciones, y todas ellas tienen que ver con la supervivencia.Es como vivir en una jaula cuyos barrotes son el hambre, la enfermedad, la soledad y la injusticia, aunque no sé a qué se refieren cuando hablan de justicia, pero oigo a los que me cuidan repetir esa palabra.No sabría decir si soy o no un niño infeliz, porque sólo conozco esta forma de vida, y porque los niños que conozco son como yo.Oí a los mayores decir que vino por aquí un hombre santo y que estaba muy preocupado por los niños que no llegaban a nacer y también por algo que usan los mayores para no hacer niños.Como decían que era muy santo, yo esperaba que viniera a verme y que me trajera comida y medicinas. Pero no vino. No debía saber que estaba enfermo.Lo que no entiendo es por qué se preocupa tanto por los que no nacen y se olvida de los que ya nacimos y que vamos a morirnos pronto por falta de ayuda.Pero es sólo la opinión de un niño que no cuenta para nadie y no entiende nada de la vida. Tampoco voy a tener la oportunidad de llegar a entenderla nunca.La única sensación que conozco es la del hambre.Y no me gusta.

Siento haberos "fastidiado" la mañana. Pero haber compartido esa tremenda injusticia con vosotros, me alivia, aunque el jodido no sea yo.

La comida con Guillermo

Cuando me llamó Guillermo para ir a comer, poco me imaginaba el proyecto de negocio que me iba a explicar. Creía que hablaríamos sobre temas de publicidad. Nada más lejos. Con aquello de te lo cuento pero no se puede decir…y que siempre produce el efecto contrario.
- joder Guillermo si es tan secreto no me lo cuentes.- le dije
- Es que quiero contártelo pero me tienes de prometer…
- Venga no te enrolles…
- Ya sabes que esto de la publicidad va a la baja…y desde hace un tiempo que estoy mirando alternativas – me explica
- Escupe. ¿Que te han ofrecido? – Le pregunto incitándole para que vaya al grano
- No. Sólo que me monto un business por mi cuenta…-
- Joder que envidia…pero tu crees que es el momento?
- Precisamente. Se trata de una piscifactoría pequeña. Bueno de hecho son dos.
- No me jodas! Desde cuando tienes algo que ver con el mercado del pescado…
Entonces me lo explica abiertamente. Pero un poco agobiado. Ha conseguido contactar con un científico francés que ha conseguido reproducir miles de medusas en poco tiempo. Lo malo o lo bueno, según se mire es de que son una especie de medusas peligrosas, es un tipo de medusas llamada “carabela portuguesa”. El tal científico, llamado Philipe se puso en contacto con el director de unas revistas del corazón, para que hablara sobre lo peligrosas de estas medusas.
- Pero…ahora si que no entiendo nada…que coño pintas tu con las medusas.
- El tema es darle repercusión a bombo y platillo sobre la carabela portuguesa y sobre la peligrosidad de estas medusas. De hecho llegaron algunas a la costa cantábrica y la prensa se hizo eco de eso.
- Sigue que se pone interesante….
- El asunto es “esparcir” unas cuantas cerca de la costa…especialmente la costa mediterránea, y dejar que las corrientes actúen. Se genera el pánico en la población y entonces llego yo con el pez que estoy “cultivando”, que es el único pez que come este tipo de medusas, y “limpio” la costa de picaduras de medusas. Los ayuntamientos encantados en contratarme, al precio que sea. El pánico de los bañistas es la peor plaga que se pueden encontrar. Especialmente en Agosto.
- Tu previamente has contactado con los ayuntamientos y les ofreces el antídoto antimedusas. ¿No es eso?.
- Pues más o menos. Yo les cobro por playa 35.000 euros y les garantizo la extinción de todas las medusas. Ellos lo pagan, porque son recursos del ayuntamiento y todos contentos. Facilmente en la costa española puede haber unos 200 ayuntamientos con playa… Son 7 millones de euros en sólo mes, y eso esta bien…no crees?
- ¡Eres un pedazo de cabrón!- le digo indignado
- Lo que quieras pero el mundo funciona así. Generas el virus y luego vendes el antídoto. Funciona en todos los sectores…Farmacia, informática, hasta en la publicidad…es ley de vida- me explicaba Guillermo intentándose justificar
- Porque me lo cuentas a mi?
- Porque necesito contárselo a alguien…
- Joder Guillermo, estás como una puta cabra…- apurando la jarra de cerveza
- Ya lo sé. Pero te gustaría hacerte socio mío?
- Ni jarto de vino!. Eso debe se ilegal de la leche…no?
- En absoluto. Tu tienes dos pequeñas piscifactorías. La del pez y la de su alimento, en este caso la medusa carabela….a mis peces les encantan las medusas…Bingo!. Y además luego puedes vender el pescado en las lonjas de pescado.
- ¿Como dices que se llama ese pececito?- le pregunto a Guillermo sospechando a que pez se refiere
- No lo conocerás, porque lo importo del Japón y es un extraños pez luna que lo llaman Fugu.
- ¡No me jodas! – grite a Guillermo mientras levantaba la mano llamando al camarero. Necesitaba un whisky….y que fuera doble!

T

martes, mayo 19, 2009

y tú...¿comerías Fugu?

Estamos en un restaurante japonés. En Tokio. Cuando vemos que en la mesa de al lado un ejecutivo con traje oscuro, se levanta y cae al suelo, en donde comienzan sus convulsiones por los brazos, para acabar con convulsiones por todo el cuerpo. Los músculos se le paralizan y al poco tiempo deja de respirar pero el corazón sigue latiendo. Es terrible.
Los camareros, sorprendentemente no le ayudan sino que evitan que la gente le pueda ayudar. Le masajean como intentando consolarle pero saben perfectamente y el ejecutivo también lo sabe, que la muerte es inevitable..Al cabo de tres minutos muere. Saben que no se podía hacer nada. Entonces, se lo llevan en una camilla. Los comensales vuelven a las conversaciones habituales y aquí no ha pasado nada.
¿Que parece invención.? Si pero no lo es. Pasa cada vez menos pero pasa.
No ha sido ni un ataque de corazón ni nada similar lo que ha fulminado al ejecutivo sino que ha sido la tetratoxina. El veneno del Fugu. El pez más exquisito que existe. El comerlo provoca el éxtasis a quien se lo come, pero a su vez el más caro y peligroso del mundo. El plato de fugu cuesta unos 300 euros. Pero sobretodo sino esta perfectamente limpio de veneno, la muerte se produce en pocos minutos. Y no existe antídoto. En la mayoría de las treinta especies diferentes de Fugus que existen en Japón la tetratoxina se localiza en el hígado en los órganos genitales y en los huevos
Durante muchos años estuvo prohibido debido a las decenas de muertes que se producían. Pero la gente seguía comiendo el Fugu no podían evitar la tentación del placer que producía. Hoy en día ya no es habitual tantas muertes, aunque se siguen produciendo, principalmente porque el cocinero del Fugu de los restaurantes debe pasar por una Academia durante tres años para aprender a cocinarlo. No se tolera ningún error. Cuando se examinan lo prueban ellos mismos. Y por la cuenta que les trae se esmeran en limpiarlo bien.
Cada año en la región de Shimonoseki se licencian unos 60 aprendices. Hay está el principal mercado de Fugu. Para limpiarlo se debe cortar el pescado cuando todavía está vivo, porque así se evita la propagación de la tetratoxina por toda la carne del pescado. De hecho, el pez Fugu también se llama pez globo. Cuando se siente amenazado se hincha y propaga la tetratoxina por la piel aunque no es lo habitual.
Como para invitar a los amiguetes y decirles “hoy os cocino yo …y os vais a “cagar”!!!, Nunca mejor dicho cuando les dices que les vas a preparar un fugu al pil-pil de la ostia! . En cualquier caso, en Japón conocen los riesgos y siguen consumiéndolo. El placer que produce su ingesta compensa el riesgo, aunque sea la muerte.
En Japón no lo llaman Fugu, porque se traduce como “culo de saco” sino que lo llaman Fuku que quiere decir “felicidad”. En algunas partes indómitas lo llaman Fonku, pero en este caso si que los órganos genitales y los huevos coinciden…vamos eso creo yo. Así que ya lo sabéis, cuidadito conmigo no sea que me enfade y me hinche y ya la hemos liado…

1,618 (2ª parte)

Yo sigo con el tema, preguntándome si el número áureo y yo tenemos algo en común o no. Desde luego todos los que han descubierto la proporción han conseguido grandes logros. Desde arquitectos hasta pintores. Dalí es uno de ellos. Claro que sabe pintar. Pero todo su snobismo era un disfraz para ocultar su genialidad en las aplicaciones de la proporción áurica. Me voy fijando y en todos sus cuadros rige esa proporción.
Supongo que un buen día descubrió lo que podía llegar a hacer con el número de oro (phi) y lo empezó a aplicar a destajo. Luego, acompañaba sus aplicaciones con actuaciones personales teatrales que lo tomaban por auténtico loco, eso hacía darle más fuerza. Ocurre más de lo mismo a quienes se han dado cuenta de las propiedades del número de oro. En todas las artes está presente la proporción áurica. Hasta los platos rectangulares del Bulli de Ferrán Adría cumplen esas proporciones mágicas. ¿Tendrá algo que ver con su éxito?.
Como parece que he sido yo el elegido. Será cuestión de ponerse manos a la obra.
Siendo prácticos habrá que mirar como yo puedo aplicar ese número en lo que hago porque me parece imposible que pueda aplicarlo en alguna de las actividades que hago. Como no sea en….ostras casi se me escapa!. Si me va bien ya os enterareis, y si no también….pensar también vosotros en aplicarlo.
Cojamos una coctelera y empecemos por los ingredientes: Un 60% de ilusión, un 10% de conocimiento, un 10% de paciencia, un 10% de constancia y un 10% de proporción áurea. Lo agitamos frenéticamente durante diez minutos al puro estilo Boada. Y esperamos que repose. Lo dejamos 24 horas. Y cuando volvemos…Tachin,tachin…Ostias… ¡un espantapájaros! Que cutrada! Pero ¿ que os pensabais?. ¿Quién os había dicho que sería fácil?. Pero lo seguiremos intentando..
¡!Coño, Foncu que hay que tener un “arte”!! me aclara el sms que me acaba de entrar en el móvil. Por supuesto del remitente el número 1618, manda guevos!

lunes, mayo 18, 2009

1618...casualidad?

Hay un tema que me tiene alucinado. Y es el número 1618. Desde hace tiempo.
El otro día compre un número de Euromillón, que por cierto no suelo hacer. Y los números que aparecían fueron el 01 16 18 33 38 44. Siempre intento relacionarlos con algún teléfono conocido o con algún número que me sea habitual. Por supuesto que no me tocó. Pero en lugar de tirar el billete me lo guardé en la cartera. Es curioso este comportamiento porque siempre lo tiro. Como es normal, no le dí la más mínima importancia.
Por otro lado, una curiosidad que me pasa es que al conducir en coche o en moto sólo me fijo en el cuentakilómetros cuando son números extraños, tipo capicúa o cuando coinciden justo con los miles y similares. No sé porque me pasa eso, pero me pasa.
Y el otro día se me paró la moto. Supongo qué me fijé en el cuentakilómetros para mirar cuantos kilómetros había realizado sin ninguna avería. Alguna cez tiene de ser la primera vez, pensé. Llevo ya 16.183 km. Al cabo de un rato la moto misteriosamente se puso en marcha, y lo atribuí a un mal contacto esporádico. Al día siguiente la moto funcionaba perfectamente. Hoy he ido a llenar el depósito de mi moto. Es cierto que iba al límite de la reserva. Lo sorprendente es que me han cabido 16.18 litros. Y teóricamente caben tan solo 15 litros. Esto me ha extrañado, pero lo que me ha mosqueado es la coincidencia del número. El 1618. Que extraño. Y lo definitivo ha sido ver los cuatro dígitos del reloj del microondas al calentarme mi arroz con lentejas. ¿Adivináis qué número aparecía en el display? Efectivamente 16:18. ( también es cierto que el reloj del microondas se desprogama cada dos por tres...)
Puede ser casualidad. O que la imaginación me juegue malas pasadas. Pero he buscado el número que todavía guardaba en la cartera. Y confirmaba los números.
No sé que será, pero algo querrá decir. He cogido mi pequeño ordenador y he marcado el “1618” en Google. Y me he encontrado con el número áureo y la proporción áurea. Que no es otro que el 1,618033…El número áureo es un número muy especial, es el número que rige el universo. Y lo que he encontrado me ha hecho acelerar las pulsaciones:
¿Pero qué tiene de especial ese número? ¿Por qué no es como los demás? Del mismo modo que el número Pi (3,141592...) representa el cuerpo geométrico más perfecto, la esfera, 1,618033... es el número de la belleza. El monje del siglo XV Luca Pacioli, quizá influido por la idea de que los nuevos conocimientos debían adaptarse a las creencias de la Iglesia, lo llamó La Divina Proporción e indicó: “Tiene una correspondencia con la Santísima Trinidad, es decir, así como hay una misma sustancia entre tres personas –Padre, Hijo y Espíritu Santo–, de igual modo una misma proporción se encontrará siempre entre tres términos, y nunca de más o de menos”. Lo que se esconde tras esta esotérica frase, más propia de alquimistas y ocultistas que de matemáticos, es ese número, el cual se cree que fue bautizado por Leonardo da Vinci con el nombre de número áureo. Siglos más tarde el matemático estadounidense Mark Barr le asignó la letra griega fi, en honor al escultor Fidias, que lo usó en sus obras. El humanista que puso nombre al 1,618033...Hasta aquí todo esto puede parecernos pura numerología. Es como si alguien, con muy poco trabajo y mucho tiempo libre ( y ese no soy yo), se hubiera tomado la molestia de empezar a buscar relaciones curiosas con los números. Sin embargo, lo verdaderamente misterioso es que ese número tan extraño lo encontramos en el crecimiento de las plantas, en las piñas, en la distribución de las hojas en un tallo o en la formación de las caracolas. O en el Partenón. O en el ejemplo clásico de lo que es un cuerpo armonioso: el Hombre de Vitrubio de Leonardo da Vinci. Pollio afirma: “En el cuerpo humano, la parte central es el ombligo. Pues si un hombre se tumba boca arriba, con los brazos y las piernas extendidas, y se centran un par de compases en el ombligo, los dedos de las manos y los pies tocarán la circunferencia descrita a partir de ese centro. Y también puede inscribirse en una figura cuadrada”. Si dividimos el lado del cuadrado (la altura del ser humano) por el radio de la circunferencia (la distancia del ombligo a la punta de los dedos) tendremos el número áureo. Poco a poco Leonardo se fue obsesionando con la búsqueda de pautas que relacionaran no sólo la anatomía con la arquitectura, sino con la estructura armónica de la música y con la propia naturaleza. Su búsqueda de proporciones en el mundo que le rodeaba, al igual que su intento de relacionar la circunferencia de las copas de los árboles con la longitud de sus ramas, fue intensa pero vana. No obstante, no era una idea errónea, porque mirando la naturaleza podemos encontrar el número áureo en diferentes contextos por su inmediato anterior tiende, o tiene como límite, el número áureo. Esto es, esta sucesión infinita de números termina, en el infinito, en el número áureo. Los números de Fibonacci también los encontramos en el número de espirales a la izquierda y a la derecha que podemos contar en las semillas de los girasoles y en las piñas de los pinos; en el número de pétalos de las flores (3 el iris; 5 o bien 8 en algunos ranúnculos; las margaritas y girasoles suelen contar con 13, 21, 34, 55 ó 85...) y en el número de flores en las espirales de la coliflor y del brécol. De hecho, cada uno de ellos es una diminuta coliflor en sí misma. Si cuenta las espirales en ambas direcciones que salen de esas miniflores, ¿qué número le sale? Puede buscar así mismo números de Fibonacci en el plátano y en la manzana. Incluso las hojas alrededor del tallo siguen este orden.
¿Qué se supone qué debo hacer ahora? ¿Es qué significa algo importante o es fruto de las casualidades?. La verdad es que no puedo hacer nada diferente, pero yo de vosotros no me acercaría mucho a mí …por si las moscas…
Pd: si habéis llegado hasta aquí os aconsejo www.youtube.com/watch?v=j9e0auhmxnc, donde explica perfectamente lo misterioso del numero phi. Espero no obsesionarme tanto como Leonardo, pero joder, tiene miga el temita!!!. Y hoy me pienso tomar la pastillita para dormir porque sólo me faltaría ver 1,618…ovejitas saltar una valla!

domingo, mayo 17, 2009

Trofeo Gran Prix de Monotipos

Yo al principio me presenté con Bush, porque como el premio era de “mono tipos”, y claro con ese "tipo de mono" de cola verde…pero no, resulta que era la regata en el RCNB.
El sábado fue un día duro. Apasionante, pero duro. Es lo que suele pasar cuando te pasas de las diez a la mañana hasta las cinco de la tarde con viento intenso, dentro de un velero de 7, 5 metros.
Cansado no es la palabra. Yo diría más bien agotado. Lo normal es que en una jornada tengas dos o hasta tres regatas. Pero hoy han sido cuatro. El mar cansa. Y los momentos de tensión se acumulan. Hemos aprendido a superar casi todos los imprevistos. Hemos sufrido roturas en el material, y varias situaciones de las que hemos salido airosos. Siempre llevo conmigo a mi fiel “leatherman” por si debemos cortar algún cabo in extremis. Es curioso lo que te pasa en las regatas. Te transformas y te llegas a olvidar de todos los problemas. Los propios y los ajenos. El momento de la salida es uno de los más emocionantes. Tocan “atención” y empieza la cuenta atrás. Cinco minutos para la salida. Izas la vela de proa. Estudias la línea de salida, por dónde saldremos, que si por boya o por barco. Cual es el rumbo de viento y si se muestra constante, que hacen los demás barcos, por donde se preparan para salir. Hay corriente, y como influenciará en la regata. Último minutos. Has calculado la velocidad con la que te puedes acercar a la salida pero no pasarte, vas soltando y cazando velas. Se trata de ganar la posición. El corazón se acelera. La adrenalina fluye con intensidad. La concentración es máxima. Cada uno de los cinco tripulantes sabe que es lo que debe hacer. Y entonces el bocinazo que marca la salida. Se trata de intentar ganar la máxima velocidad y escoger la mejor opción para llegar a la boya de barlovento para luego bajar. Constantemente te vas cruzando con los otros barcos, y eso también genera algo de tensión. Pasaremos o no en el cruce. Vamos en la amura de babor debemos ceder el paso. Debemos de elegir viramos antes del cruce o caemos en su popa. La toma de decisiones es constante.
No sólo eso sino continuamente que puedes hacer para ganar velocidad. Y luego la llegada. Si fallamos en la trasluchada nos pasan. Hay que concentrarse.
Es realmente intenso. Al final quintos de seis. Vaya puta mierda de resultado.
El problema no es el resultado en si, sino en pensar que hemos hecho mal. Porque no corremos ni hacemos el mismo rumbo que los demás y que podemos hacer mañana para mejorar.
Soy consciente de que tenemos muy pocas posibilidades de estar entre los dos primeros barcos. No somos profesionales y ellos sí. Pero si que podemos estar los 3º o 4ºs.
Entiendo que tienes de ser especial para que te guste todo eso. Porque además no es gratis y te saca mucho tiempo. Pero debo ser algo masoquista. Porque me encanta. Por mis venas corre salitre y mientras pueda seguiré. Lo que no quiere decir que tengo el cuerpo como si me hubieran pegado una paliza. Voltaren y al cama. Que mañana más!
Ya Domingo. Me duele todo. El día ha sido bueno. Con viento pero no tanto. Eolo se ha comportado. Como siempre las chapucillas habituales. Limpiar la bujía y arreglar un candelero. Una vez en mar nos hemos dado cuenta de que había que subirse al palo para poner un pasador en la cruceta. Y ya me veis colgado en el palo como si fuera un mono africano de cola verde.
Llevo desde el año 2000 participando en todas las regatas de Mayo, que son ya unas cuantas. Sólo recuerdo que fallé en una, cuando coincidió con la comunión de mi hija. Pero aparte de ese día ya no he vuelto a fallar. Eso es mucho vuelo de pájaro para ir pensando en anidar. Y algún día llegará cuando seguiré la regata desde la cubierta de mi tranquilo barco, con un gin tónic por supuesto. Todo se andará.

jueves, mayo 14, 2009

sobreviviríamos en la Edad Media?

Alguna vez he pensado si podría salir airosa una persona de hoy en día, colocándola en otras épocas. Unos siglos antes sabiéndome conocedor de lo que va a pasar a la humanidad. Podría ser desesperante intentar convencer a la gente de lo que ocurrirá. Desesperante y peligroso con la Inquisición y los Torquemada de turno.
No solo eso. Lo sucio que eran las ciudades. Con la gente tirando con cubos sus excrementos por los ventanales. Joder! qué asco me da sólo de pensarlo.
El hecho de creerte se podría convertir incluso en anécdota. Lo de la higiene general era realmente lamentable. En fin, supongo que alejándonos de las ciudades, sería todo mucho más fácil.
-“!Coño!!!, lo que yo os diga….que yo lo sé! que lo que ha descubierto Colón no son las Indias es America!
- Que dentro de muchos años se inventará la corriente eléctrica y podremos ver por la noche! – explicaría
-Pues vaya chorrada!- me dirían pensando que las noches son para dormir y además teniendo candelabros…
Proseguiría con mis conjeturas “Lo que comemos se manipulará tanto y se intentará optimizar las producciones de alimentos que los tomates seguirán siendo rojos, pero sin sabor. El dinero será lo más importante de todo. La gente se medirá en función del dinero que tenga. Saldrá algo llamado clase media, que no serán ni los ricos ni los pobres. Los que pretenden ser algún día ricos sin dejar de ser pobres.
Existirán dos mundos. El primero y el tercero. El segundo no se sabe muy bien cual es… me gustaría alguna vez descubrirlo.
Los ricos y los pobres. Es difícil de explicar pero dentro de los países de los ricos también habrá pobres. Pero más que pobres, desgraciados.
Se llegará a la luna, no se sabe para qué. Pero seguirá habiendo gente desgraciada. Cada vez más.
- Pues vaya puta mierda de futuro! Virgencita, virgencita que me quede como estoy…- dicen todos
- Pues no lo vamos a poder evitar. Lo llamarán progreso.
- Manga guevos!!
- Conseguiremos adelantos en medicina y erradicar muchas enfermedades y viviremos hasta los 80 años. Lo llamaremos calidad de vida.
- Se puede saber a donde me lleváis?. – decía mientras me empujaban por la calle hacia la plaza. Y porque me ponéis esa cuerda tan áspera en el cuello?
- Ah! Se me olvidaba mucha gente para follar se pondrá una funda en el pene…-
- Otro “illuminatti”. – dicen la gente que cada vez en mayor número se acumula en la plaza. Parece que habrá función.
Entonces me convierto en el protagonista de la fiesta, entre varios me atán en un mástil encima de una pira de leña.
- tienes algo qué decir antes de morir?- me pregunta el hombretón con la cara tapada. Es el verdugo.
- Sólo comentaros que lo que me vais a hacer, dentro de unos años lo haréis con un aparato que se llamará Guillotina- digo con cierta sorna
- Que dice de Guillermina? – pregunta un hombre desde lejos
- Qué le gustaría ver el aparato a Guillermina!!
- Que muera ya! – gritan unos
- Copa , liga , champiooons – cantan otros
- Hey, chicos. Que ha sido todo una broma!. Ha sido fruto de la imaginación….- intento explicarles
Entonces el verdugo me tapa los ojos.
- Vale ya! – pienso – Esperó despertarme pronto
Y entonces pienso que cómo puedo explicaros lo que pasará en un futuro si no he sabido transmitir credibilidad explicando a los del pasado el presente.
Pues apa. Os lo habéis perdido!
Y entonces es cuando empiezo a sentir calor en las piernas con el característico olor de chamuscado…Coño que me estoy quemando de verdad!!!

miércoles, mayo 13, 2009

Y tú....serías feliz?

El otro día en el despacho comentaban a propósito del premio de Euromillón que tocó en Madrid a una chica Mallorquina de veinticinco años.
La envidia se apoderó de todos. Y surgió la típica controversia, si serías más feliz con un premio así.
Yo lo dudo. Y me dijeron de todo. Mi argumento era que si la chica había sido relativamente feliz, ahora se le podía venir todo abajo.
Sus amistades, sus sueños, sus metas, su lucha diaria por sobrevivir. Ahora se desmoronaba todo. Perdería la ilusión. ¿Para qué? Si podría conseguirlo todo sin ilusión.
Ya no sabría distinguir de los auténticos amigos de los interesados. Tampoco podría realizar sus soñados viajes porque sus amigos no se lo podrían permitir, y si se le ocurría invitarlos, les surgiría una relación de deuda terrible. Y ya no se enfadarían más con ella, y eso es casi más malo que bueno porque la gente ya no sería como debe ser sino constantemente fingiría. En fin, un yate para que. Si ella estaría constantemente de vacaciones. Pero sola. Y eso, ¿la haría feliz?.
Se podría cuidar físicamente, pero para qué. Porqué madrugar y hacer cualquier tipo de sacrificio. Probablemente se dejara y se abandonara. Personas “malas” intentarían influir sobre ella, consumos de todo tipos de vicios, alcohol y drogas etc. Y muchos otros le propondrán negocios para ser todavía más rica. Pero con la inmadurez de los veintipocos años eso es una “bomba”.
Psicológicamente perdería el Norte. Y los sueños se desmoronarían, y ya no serían sueños.
Es terrible, decir eso, pero pobre chica. La felicidad te llega cuando aprendes a hacer feliz a la gente. En realidad es el valorar las pequeñas cosas que te satisfacen.
No te satisface recibir sino regalar. Es otro estado. Tu felicidad se construye a través de la felicidad de los demás. Y eso lo tienen muy claro las persones que realmente admiro, que actualmente vivas son dos Pere Casaldáliga y Vicente Ferrer.
Si tuvieran los 120 millones de euros, no tendrían ninguna duda. Lucharían contra lo que siempre han luchado. La pobreza y la injusticia.
No se donde leí una articulo que hacía un seguimiento a un grupo de gente que les había tocado la lotería. El 90% eran unos desgraciados, se sentían estafados y no eran más felices que antes de su “suerte”.
Que cojones dices?....”porque yo, con 120 millones de euros ya no trabajaría más! Y compraría un yate y muchas casas y yo que se que más...”- me comentaba uno
-¿Pero no sabrías de quién fiarte, y quien es realmente quién te quiere…?
-Ya lo descubriría, pero de momento disfrutaría…
-Entonces si que serás pobre…y algún día lo entenderás.
Y con eso no quiero decir que no me gustaría que no me tocara a mí…ni tampoco dar ninguna lección de nada. Faltaría más. Y en cuanto a la chica “afortunada”. Le deseo lo mejor y el tiempo dirá…

martes, mayo 12, 2009

El último encuentro. El Friki con San Pablo.

La verdad es que hasta que no entramos en la portería no deje de preguntarme porque había sido tan ingenuo de imaginarme que no me hubiera reconocido.
Ahora no sabía donde me quería llevar, pero evidentemente no había marcha atrás. ¿Qué podía hacer yo? ¿Irme corriendo? Era absurdo. Lo único que podía hacer era intentar recuperar mis cuadros y mi dignidad.
El ascensor era de aquellos de madera, que en su época había tenido su gracia, pero que estaba “tuneado” con palabrotas como “hijos de puta”.
Ostras igual el que escribió eso también le habían robado. No hablamos mucho, porque yo no estaba en condiciones de follar, sino lo que quería era interrogarla.
Cuando abrió la puerta me dí cuenta de que ese no era el piso que había visto en las fotos del informe de los detectives. Aunque Ramiro me aseguró de que vivían juntos.
- Bueno…- le dije yo mientras me sentaba en el sofá- ¿Me puedes preparar un Gin Tonic, Merche? – Le dije sonriendo cínicamente.
La verdad era que quería que todo eso acabara, porque era una tortura. Era extraño pero ya no sentía miedo.
-¿ Qué quieres que te diga? – Me preguntó mientras desde la cocina con la puerta abierta me preparaba el Gin Tonic.
- Joder. Pues no lo sé. Pero por lo menos una disculpa.
-¿Por haberte engañado? ¿o por robarte? Soy delincuente además de puta. Y he tenido una vida en la que mi forma de vivir es sobrevivir. ¿Quieres que me disculpe ante un señorito que lo ha tenido todo fácil en la vida? Pues no tío, que te jodan. Sino te hubiera reconocido ahora estaríamos follando, y tu disfrutando, te correrías y luego me hubieras amordazado e interrogado no? ¿o me equivoco mucho?- me decía con resentimiento.
Tenía toda la razón en el fondo para mí era una cuestión de “hipotética” dignidad, pero para ella era su forma de vivir con la esperanza de que un golpe de suerte le alejara de los prostíbulos.
- ¿ Y ahora qué? ¿ Qué quieres hacer?- Me preguntó mientras miraba su reloj
- No lo sé. Dímelo tu….- le dije yo- ¿me dejas explicarte un chiste? E igual se me nos ocurre una solución…
- Te gusta Bach?. Quiero que oigas La cantata nº 147...y ya puedes explicarlo..te escucho...
y entonces comencé a contar el chiste:
“Tres hombres llegan simultáneamente a las puertas del cielo. San Pedro sale y les dice:
-'Tenemos malas noticias para dos de ustedes; se nos cayó el sistema en el área de admisiones y sólo puedo dejar entrar a uno de los tres esta semana. Los otros dos tendrán que esperar en el infierno unos días mientras reparamos el fallo, lamentablemente no puedo hacer otra cosa'.
San Pedro continuó explicando: -'La persona que cuente la mejor historia de cómo murió, será la que Pueda entrar en el cielo hoy'.
Los tres hombres asintieron.
San Pedro los hace pasar de uno en uno a su oficina para que los otros no escucharan y no pudieran mejorar su historia.
El primer hombre pasó y empezó a relatar:
-'Presentía que mi mujer me estaba engañando, así que esa tarde llegué temprano... Subí los 25 pisos del edificio por la escalera para no hacer ruido con el ascensor..., abrí la puerta de mi apartamento y allí estaba ella, tendida en el suelo y ¡desnuda! Sabía que la había pillado. Corrí por todo el apartamento en busca del amante; arriba, abajo, debajo de la cama, en todos los armarios... ¡NADA! Estaba a punto de pedirle disculpas
por ser tan mal pensado, y mientras ella me decía que siempre hacia gimnasia desnuda, oí unos ruidos en la ventana...... ¡¡SCRATCH, SCRATCH,
SCRATCH...!!! Abrí la ventana y allí estaba el hijo de puta, colgando de la cornisa. Agarré mi bate de béisbol y le di duro en la cabeza. Vi cómo
se caía, pero tuvo suerte el infeliz y aterrizó en un montón de bolsas de basura. ¡Se estaba moviendo! Desesperado porque se me escapaba, cargué el mueble bar hasta la ventana. Con gran esfuerzo lo puse en la cornisa, pero al empujarlo se me enganchó la camisa, por lo que caí con el mueble bar y encontré mi muerte. ¡Pero estoy feliz porque me cargué al puto cerdo!
San Pedro no podía imaginarse historia más increíble, cuando hizo pasar al segundo hombre:
-'Bueno, yo soy un limpiador de ventanas. Estaba haciendo tranquilamente mi trabajo en un piso alto, cuando una de las cuerdas repentinamente se rompió. Me agarré de la plataforma, pero se me fueron resbalando las manos hasta que caí al vacío. Levanté las manos pensando en mi muerte y esperando que Dios me recogiera. Afortunadamente logré agarrarme a una de las cornisas del edificio. ¡¡¡ESTABA SALVADO!!! Estaba dando gracias a Dios e intentando que la gente que estaba dentro del edificio me salvara definitivamente. Empecé a rascar en la ventana para que alguien me ayudara, cuando repentinamente un cabrón la abrió y en lugar de ayudarme ¡¡¡me pegó un tremendo golpe con un bate de béisbol!!!
Caí al vacío otra vez, maldiciendo a esa mala persona, cuando mi ángel de la guarda me permitió seguir viviendo, poniendo un montón de bolsas de basura justo bajo mi caída... Cuando conseguí abrir los ojos para agradecer a Dios tanta fortuna, ¡un mueble bar estaba cayendo encima de mí! Y gritaba con terribles alaridos. Comprendí que Dios me quería a su lado. Sin duda era mi destino y así encontré la muerte'.
San Pedro estaba estupefacto. Hizo pasar al último hombre y le dice:
- 'Hijo, más vale que tengas una muy buena historia, porque las dos anteriores... ¡¡realmente son increíbles!!
Sí, el hombre lo miró y comenzó...
-'Bien, seré breve, imagínate esto: Estoy en pelotas, escondido en un mueble bar....

Merche se comenzó a troncharse de risa.
-Joder Juan, ¿y tu cual eras de los tres?
-El que limpiaba la ventana! – deje riéndome.
Era curioso. Me lo estaba pasando realmente bien. Serían los efectos de Gin Tónic.
Cuando observé que Merche abría un armario del pasillo, y sacaba una pistola.
Ostia la leche! – Es que no ganaba para impresiones.
-¿ me piensas matar antes de violarme?- le dije todavía con la risa tonta.
- No, no…no es para ti…Tu no te preocupes y relájate.
- Pero cómo cojones quieres que me relaje?- le pregunté gritándole
- pues para empezar te puedes ir desnudando…no?- mientras dejaba la pistola en la entrada, cerraba la balda de la puerta y se quitaba la blusa.
- Joder Merche. Debo de reconocer que no estás nada mal.- mirándole los pechos turgentes con los pezones erectos.
-que sea lo que Dios quiera …- murmuré sacándome no sin dificultad los tejanos
Hicimos el amor apasionadamente. Como si tuviéramos veinte años, desnudos y en el suelo. Arriba, debajo y de lado. Realmente fue increíble.
Merche abrió el cajón del mueble bar de donde extrajo un porro ya hecho, y lo encendió. Dio tres caladas y me lo ofreció.
Qué más da pensé yo. No sé que más me podía pasar.
Nos lo fumamos desnudos estirados en el sofá. Cuando se oyó el ruido de la cerradura y como se abría la puerta unos diez centímetros hasta el tope de la balda.
- Merche ábreme la puerta!- gritó el sargento Rioné.
Merche totalmente desnuda fue a abrirle la puerta. Antes de abrir cogió el revolver de encima del mueble y lo escondió ante la posible mirada del sargento.
- Donde está ese hijoputa? Le preguntó mientras se abría la puerta
- Está en el sofá!
Y ya me imagináis. En pelotas sentado en el sofá fumándome el porro y riendo, por no llorar claro.
Cuando parecía que se abalanzaba sobre mí. Merche le gritó “Luis!” El sargento se giró y vio como Merche le apuntaba con la pistola.
- Nooooo Merche!- gritó el Sargento Rioné
Y fue entonces cuando sonó el ruido seco del disparo. La bala le alcanzó de pleno el centro del pecho. Se intentó aguantar en una silla, pero perdió el equilibrio y se cayó dejando un charco de sangre. Estaba muerto.
Quién me mandaría salir en bici ese día, que se acabara la canción del mp3,, y oyera ese grito de socorro en el bosque.
“miré hacia el cielo (aunque solo veía el blanco techo), como pidiendo explicaciones, porque no entendía nada y exclamé gritando “ SAN PEDRO!!!! ¿Y AHORA QUE?”
Y de fondo sonaba el coro de la cantata 147 de Bach....

lunes, mayo 11, 2009

FRIKI 6

El informe explicaba como el sargento Rioné había sido juzgado varias veces por presuntas corrupciones, pero nunca se había podido demostrar nada. Sin embargo, el hecho de que fuera tan sólo sargento después de tantos años de “servicio” era significativo.
Lo seguía por las tardes cuando salía de la comisaría, dos veces por semana. Iba alternando las tardes, una semana eran los martes y los jueves y la siguiente semana los lunes y miércoles.
El puticlub de donde era asiduo se llamaba 240 y era un putiferio donde se combinaban ejecutivos que se iban a tomar un whisky pasadas las ocho de la tarde, y putas, algunas de ellas refinadas, tanto que hasta pasaban por señoras de alta alcurnia.
Conseguí convencer a mi amigo Jordi me acompañara a tomarme un gin tónic esa tarde cuando mientras estábamos vacilando ante cinco brasileñas espectaculares, de pronto la vi. Era Merche. Se había arreglado y llevaba minifalda y un escote generoso. Sin duda era ella. Desde el grito de Collserola habían pasado tres meses. Le pedí el favor a Jordi me sacara de encima a las brasileñas. Y se sentó en una mesa con las cinco, hablando y riendo sobre su estancia durante veinticinco días viviendo en una tribu Massai. Las putas estaban encantadas de cómo describía Jordi a “los valientes guerreros” que pasaban los días sin pegar brote en la tribu mientras que las mujeres eran las que tiraban de la tribu. Como siempre, pensé.
- Hola. Te puedo invitar a una copa?- le dije a Merche mirándola a los ojos
- Ron por favor.- me dijo sonriendo Merche
Era evidente que no me había reconocido, por lo que seguiría el juego hasta acorralarla. Cuando me acerque a Jordi y me despedí de él. Sabía que lo entendería. “Ya me explicarás…” me dijo Jordi mientras se dejaba acariciar por debajo de la camisa por una de esas chicas. No sé como acabará eso pensé. Pero ya es mayorcito para decidir él. Si se las quiere follar una a una allá el con su Visa…
Esperé a que me sirvieran las dos copas, el ron de Merche y mi Gin Tonic y me volví a la discreta esquina alumbrada con luz tenue, y en donde Merche me estaba esperando con fumándose un cigarrillo.
“-te digo una cosa, que me parece como si te conociera…no sé de qué pero casi estoy segura.” – dijo Merche mientras brindábamos con nuestras copas.
“ -Pues no se de qué, porque es la primera vez que vengo…”- dije disimuladamente
“como te llamas cariño” me susurro al oído antes de besarme el cuello.
“me llamo Pedro…Pedro García” – le dije
“yo me llamo Andrea. Sólo Andrea” me dijo guiñándome un ojo.
Estuvimos diez minutos hablando de lo variado de la gente que venía a ese lugar cuando de pronto me hizo una pregunta, que no es que fuera inesperada debido a ese entorno de lujuria, pero si que me sorprendió de lo directa que era.
“¿ Así que te gustaría probar la dulce “mamada” de Andrea?
-Joooooder….ufff- me dejó noqueado
- No, no eso luego! – dijo riendo Merche
“¿Dónde? ¿Aquí?”- pregunte extrañado .No por el hecho, sino por lo ridículo de sentirme observado por la gente del bar. Aunque igual habían habitaciones…
“Tu…me parece que mucho no has ido con mujeres..¿no? Ahora pagas las copas y nos vamos a mi casa que vivo cerca de aquí y te voy a hacer lo que nunca te ha hecho una mujer jamás…”- me dijo poniéndome su mano en mi paquete y teniendo una erección incontrolada.
Joder. Ya estaba lo suficientemente caliente para poder negarme. Además, lo que yo quería era venganza ¿no? Pues eso mismo. Dejaría que me llevara a su casa y así le podría acorralar una vez estuviéramos solos. ¡Y no me streseis Coño! Que yo ya vería cual sería el mejor momento. Porque si hay que follar. Se folla y punto. Lo que sea para descubrir la estafa. Mi duda era si daría la talla hasta el final con esa mujer tan viciosa y a la vez tan atractiva. ¿Pero la talla a quién? Pensé yo.
Me acabé el último sorbo de mi segundo Gin tónic, porque Merche se había ido un momento al baño, antes de marcharnos. Y luego dicen que estereotipamos a las mujeres, con lo previsibles que son.
Que conste que todo esto lo hago en pos de descubrir la verdad del “grito de Collserola”.
Mientras íbamos hacia su casa andando por la calle Aribau. Me decidí salir de dudas y preguntarle a Merche, o a Andrea o como se llamara:
“Por cierto, y perdona mi ignorancia. ¿Podría saber lo que me valdrá lo que nunca me ha hecho una mujer jamás?”- Le pregunté con cierta sorna, me excitaba el pensar que podría ser algo tan placentero pero pronto lo descubriría.
- No hay dinero en el mundo para pagarme eso. Será el placer en la dimensión desconocida, mi querido Juan, digo….Pedro- Cuando acabó la frase me miró y giró la cara. Se dio cuenta de que yo me había dado cuenta. Yo intenté disimular e hice ver que no me había dado cuenta del desliz que había cometido. Yo pensaba irónicamente que le podría haber contestado en misma línea con un “desliz provocado” con algo así como: “Estoy impaciente de experimentar querida Merche…digo Andrea”. Pero no tuve cojones.
Lo que si me di cuenta fue de la tensión del silencio que se produjo desde ese momento hasta que entramos en la portería del xaflán de Paris con Enrique Granados. O sea donde vivía con Rioné.
Aunque no os podéis imaginar el mal rollo que me daba el imaginarme dónde me llevaba. Desde luego la prominente erección quedó para el recuerdo. Y no hacía más que intentar ligar los cabos que eran imposibles de ligar.

FRIKI 5

El sargento Rioné iba cruzando las calles arrastrando mi bici y yo lo seguía a una distancia prudencial. No paraba de pensar que es lo que podía hacer cuando se metiera en una portería. Yo no era lo suficientemente fuerte para reducirlo. Entre otras cosas porque él era policía y seguramente llevaría pistola. Además era obvio que lo único que haría sería levantar “la liebre”, y aunque le cogiera “in fraganti” con mi bici, el podría inventarse cualquier cosa. Es decir, que lo tenía muy complicado. Por lo pronto, intentaría controlar sus movimientos. Giró por Enrique Granados hacia abajo y se metió en el segundo portal a mano izquierda. En el número 85.
Me pasé una hora mirando por si salía, hasta que me di cuenta que era absurdo, que podía pasarme horas y horas, que probablemente él vivía ahí y que igual no salía de casa hasta el día siguiente.
Desde luego yo no soy ni un James Bond ni nada por el estilo, ni intento complicarme la vida, por lo que el no saber que podía hacer me ponía de mala leche. No paraba de preguntarme que coño hacía el sargento con mi bici.
Porque evidentemente si la hubieran recuperado me habrían avisado. Me planteaba muchas pregunta.
¿Sería posible que Rioné fuera “Felipe” el Friki de Merche, o como se llamara?. ¿Porqué no había querido acreditarse en la tienda de bicis?’ ¿Porqué me atendió él en la comisaría dando la sensación de que me estuviera esperando?.
Y ahora qué?- no paraba de preguntarme
No sabía a quién acudir, bueno exactamente si sabía a quién no acudir, evidentemente a la policía.
Después de pensarlo durante unos días , me decidí investigar por ni cuenta. Como yo tenía que trabajar opté por controlar los movimientos de Rioné a través de una agencia de detectives privados.
Concluí que si quería llegar al fondo de la cuestión debería involucrarme en investigar que carajo estaba pasando.
Evidentemente debería intentar que Rioné no sospechara nada. Porque si Rioné era culpable tarde o temprano lo descubriría.
No era un tema de dinero, porque había conseguido que el seguro de mi casa se hiciera cargo de un porcentaje del valor de los cuadros y de las joyas. Lo de los relojes lo tenía complicado. Era más un tema de orgullo.
Pasados unos días, ahí estaba, en la recepción de una agencia de detectives llamada Detectives Poc en la calle Balmes 187. Era un despacho pequeño pero correcto, amueblado con muebles de oficina baratos.
Ramiro Poc ,que así se llamaba, el detective privado que se presentó educadamente. Me hizo pasar a su despacho.
“Usted dirá…” – dijo Ramiro sentado detrás de su escritorio abriendo las manos.
"Necesitaría toda la información de todo lo relacionado con una persona. He sido objeto de un robo y creo que esa persona tiene mucho que ver" le explicaba a Ramiro
"De esa persona solo sé que creo que vive en la calle Enrique Granados y que es policía..." -proseguí con mi relato, cuando a Ramiro se le escapó un “coño, vaya marrón!”.
“¿Puedes aceptar mi encargo?”- le pregunté a Ramiro
“Pues en principio. Pero tiene de explicarmelo todo.Somos profesionales y tenemos capacidad y experiencia para conseguir información de cualquier persona. Hasta del Papa de Roma”- comentaba con cierto orgullo Ramiro
Piense que nuestro trabajo se basa en la máxima discreción y en la confianza de nuestros clientes…-argumentaba Ramiro
“Pues espero que tenga un poco de tiempo, para oír mi historia” le dije
“el tiempo que necesita…Comience por favor”
Entonces le expliqué desde el principio con todo detalle lo que me ocurrió desde el día en que oí el grito de socorro…
Ramiro era joven , unos veinticinco años. De constitución atlética, calculaba que debería medir metro noventa. Con la tez morena y el cabello rizado. Ojos muy azules. Si no lo oyeras hablar parecía que fuera brasileño.
Ramiro me explicó que la agencia la había creado su padre y que éste murió por enfermedad el año pasado. Ahora llevaban la Agencia entre su hermano Gabriel y él.
Aceptaban todo tipo de trabajos, aunque lo más normal era controlar las infidelidades y también los contrataban empresarios para certificar que las bajas por enfermedad tuvieran su fundamento. Lo de seguir a un policía era algo totalmente nuevo para él.
Ramiro me hizo el presupuesto por la información sobre Rioné, sin entrar en el tema de la búsqueda de Merche ni cualquier tema derivado del incidente.
- Le parecerá algo caro , pero le aseguro que quedará contento...- dijo Ramiro mientras me enseñaba el presupuesto.
“Joder, es una pasta, pero espero recuperarla con creces” - Pensaba mientras me despedía de Ramiro .
Al cabo de un mes aproximadamente la secretaria de Detectives Poc me llamaba para entregarme el informe de Rioné.
Ramiro me entregó el informe, y se levantó mientras yo miraba el extenso dossier.
- Le dejo sólo para que se miro el informe con tranquilidad...no tengo prisa, cuando se lo haya leído me avisa y lo comentamos – me dijo Ramiro amablemente
Debo reconocer que, aunque caro, el informe de cincuenta y ocho folios sobre Rioné era muy completo. Desde la bibliografía de Rioné, hasta fotos de los bares y restaurantes donde había ido durante el último mes.
Fotos de su piso. De las habitaciones…!joder! !Tenía todos mis cuadros en una habitación!. Reconocí en una foto a Merche cenando en un restaurante del Borne con Rioné.
¡Que hija de puta!- Exclamé cuando observaba una serie de fotos de Merche en actitud cariñosa.
Ahora sabía que Merche y Rioné vivían juntos. Solo debía seguirla para saber donde trabajaba, si es que trabajaba…ahora estaba seguro de que todo había sido un plan meticulosamente pensado.
Seguí leyendo el informe. “menudo pájaro” pensé al comprobar que salía casi cada noche y que solía pasar parte de la noche en un prostíbulo de la calle Aribau, a pesar de vivir con Merche.
Estaba dispuesto a llegar hasta el final.

jueves, mayo 07, 2009

FRIKI 4

Al final convencí a mi mujer que dejara dormir a Merche esa noche en casa, y que se marcharía al día siguiente.Nos despertamos como siempre, porque debiamos que continuar con nuestras monótonas vidas.
Nos incorporamos al trabajo , y las niñas se fueron al cole, y en casa se quedaron el mono, el perro y Merche. Antes de marchar le dije a Merche que cuando se fuera cerrara la puerta principal de golpe,
Merche me parecía una mujer culta, guapa y que había tenido el desliz de acudir a una empresa de esas de Frikis…Era injusto culparla por eso. De hecho no sabía nada de ella. Sólo que era abogada y su nombre. Esperaba no verla más. Porque me había complicado la vida.
Cuando llegue al mediodía a casa no me lo podía creer. El perro y el mono estaban, pero habían desaparecido todos los cuadros de casa. Y las alfombras de más valor. Pero no sólo eso. Mi valiosa colección de relojes y el joyero de mi mujer también habían desaparecido. El ordenador portátil. Me cago en la leche! Hasta la tele nueva de 50´ también había desaparecido.
Ostia puta! Que desilusión e impotencia. ¿Que hacer ahora?
Me dirigí a la comisaría para hacer una denuncia y me atendió el sargento Rioné. Me dio la sensación que me esperara porque sólo entrar en la comisaría me vino a buscar
- Quiero denunciar un robo
- Acompáñeme a un despacho Sr.- dijo el policía amablemente
Entramos en un frío despacho. Me hizo sentar
-Me llamo rioné. Sargento Rioné. Usted dirá
Y le explique mi odisea
No se creía lo que le estaba contando. Se quedó boquiabierto cuando le expliqué lo de Merche. No paraba de preguntarme sobre Merche, sobre la empresa esa de frikis, sobre el mono, sobre mi bici…
Bueno, decirle de que poco podemos hacer. Será difícil, sino imposible encontrar a Merche. Respecto a los cuadros…No sé yo si tienen valor de coleccionista…
Claro que tienen valor! – le contesté indignado
-No me interprete mal…evidentemente tienen valor…aunque sea simbólico…pero no son Picaso Eh. Que me entiende.
- Perfectamente, pero no juzgue sin saber porque igual se sorprende…
Salí de la comisaría indignado. Con la impresión de que el Sargento Rioné se reía de mi.
Como me jodía que aquel imbécil me tomara por un loco. Claro que la historia tenía tela. Rioné nunca había oído hablar de “empresas de Frikis” y cuando le expliqué lo del mono de cola verde, cambió de actitud, perdió el interés y me “facturó”.
Ni siquiera sabía si se llamaba Merche, y si había existido algún Felipe, ni que hubiera empresas de Frikis. De lo que estaba seguro es de que Merche, o como se llamará tenía algún compiche que la había atado y probablemente le había ayudado a desvalijar mi casa.
Pasaron los días, y mis investigaciones sobre empresas de Frisi habían acabado frustradas. La policía ni se digno a venir a casa a recoger posibles huellas dactilares de Merche. Porque al no haber forzado la puerta no se podía considerar robo sino hurto. O sea que sin cuadros, sin joyas, sin alfombres , sin relojes, sin bici, casi sin mujer y sin dignidad. ¡Pero que imbécil soy!
A la semana siguiente me presentaba en la tienda de bicis para comprarme una bici nueva. Conocía muy bien la tienda y a los mecánicos.
Le conté mi increíble historia a Chema, el jefe del taller, y de paso pidiéndole consejo sobre una nueva bici o una de segunda mano. Al final me compré una nueva.
Pasaron dos semanas y empezaba a rehacer mi vida. Conseguí colocar el mono a mi amigo David. Que como vivía en Sant Cugat tenía un pequeño jardín. Con dos niños pequeños que estaban encantados con el mono, era una cuestión de tiempo el que David formara parte de la lista de ex amigos.
Al cabo de dos meses me llamó Chema, el mecánico de la tienda de bicis.
-“ Juan, hoy ha venido un tío que nos quería vender una bici. Era como la tuya. Le he dicho que me la dejara para revisarla y que pasara mañana que le diría si me la quedo o no. He comprobado el nº de serie del cuadro de tu mtb y he salido de dudas. Es tu bici.” – me dijo casi más emocionado que yo.
- Joder Chema! De puta madre! A qué hora pasará? Que me quiero encontrar a ese cabrón!- Le dije con cierta emoción
- Vendrá a las doce de la mañana. Así que ya sabes…-
- Gracias Chema. Te debo una!
Y así que a las doce del mediodía me dirigía a la tienda de bicis. No llamé a la policía porque tampoco estaba seguro de que fuera el ladrón…me quería asegurar primero.
Entre a las doce y diez por la puerta de la tienda y me dirigí al taller. No sé lo que haría ni como reaccionaría. Cuando antes de llegar al mostrador del taller vi a chema hablar con un tio que estaba de espaldas, pero que me sonaba mucho. Se giró un poco y lo ví. El corazón se me aceleró. Era el Sargento Rioné. ¡Que fuerte!. ¡Ahora si que no entendía nada!. Retrocedí sin que me vieran. Cogí una tarjeta a la cajera de la tienda y salí.
Crucé la calle. Y sin dejar de mirar hacia la tienda llamé.
- Pásame con Chema por favor – le dije a la cajera
- Quién le digo que le llama-
- Soy un cliente, para una consulta….- no quería decir mi nombre por las moscas.
- Diga…- contestó Chema
- Chema! Soy Juan!. Es importante que disimules si estás delante del que te quiere vender mi bici. ¿Ok?
- Le hago un presupuesto pero me la tendrá que traer…- dijo Chema
Joder! Gracias a Dios me ha entendido – pensé aliviado
-Escúchame con atención Chema. El tío que te quiere vender mi bici es policía. No sé si me la ha robado él o qué es lo que está pasando, pero todo esto es muy raro. Síguele la corriente y cómprasela. Pero dale de alta como cliente. Más tarde hablamos…
- Ok Entonces mañana me la traes. Ciao.- Concluyó Chema habiendo entendido perfectamente mi mensaje.
Tenía una premonición. Pero no estaba seguro. Seguiría a Rioné cuando saliera de la tienda.
Media hora más tarde Rioné salía de la tienda. Salía andando pero con la bici!. Era evidente que no la había vendido. No entiendo porque. Le seguí por la calle Paris mientras llamaba desde el móvil a chema.
- lo siento Juan, pero no se la he comprado porque no quería dejar sus datos. Bajó el precio a la mitad pero con la condición de no dejar los datos…-me dijo excusándose Chema
- No te preocupes. Todo esto es muy raro pero tengo a este tío andando treinta metros delante de mí. Ya te contaré como acaba esto pero gracias por todo Chema- y colgué.

martes, mayo 05, 2009

FRIKI 3

Seguimos andando despacio hacia el camino principal. El que nos lleva a la carretera que llaman “la Rabasada”. Desde allá pediré un taxi. Notaba las magulladuras de la caída, pero lo mío es lo de menos. Me doy cuenta de que el móvil tiene cobertura, y la digo a la chica que lleva cinco minutos sin abrir boca, que ya tengo cobertura.
“voy a llamar a la policía que te recoja…y les explicas” le digo en un tono suave
“no, por favor no! No llames a la policía” – me dice la chica con la voz recuperada
“Pero... porqué no? Después de lo que han hecho contigo…!- le digo indignado entendiendo que a quien o quienes hayan sido esos hijos de puta se merecen un castigo. La verdad es que no sé bien lo que le han hecho a esa chica ,porque estaba vestida y con la camisa abrochada, no parece que haya sido violada.
“Te agradezco mucho todo lo que has hecho por mí, pero no estaba previsto que aparecieras...” – comentaba la chica avergonzada
“!!!queeeeé!!!” “ ¿me quieres decir que querías morirte en el bosque???” le grité indignado.
“Lo siento. Pero te tengo que explicar… lo primero presentarme, me llamo Merche…- Me decía con voz suave.
“Bueno Merche…yo Juan …venga explícamelo todo, porque ahora sí que no entiendo nada…¿me estás diciendo de que no estamos en peligro? – Le pregunté sin evitar enfadarme otra vez.
Pasábamos por delante de una gran roca y ella la señaló.
“será mejor que nos sentemos, y te lo explico todo” dijo Merche.
Nos sentamos de lado. Bebí un sorbo del botellín que todavía llevaba y la miré esperando una explicación. Y debía ser convincente porque entre otras cosas me habían robado la bici.
Era todo un juego. Merche me explicó como había contratado a una empresa que ofrecía un fin de semana con un Friki. Por lo visto era una empresa que “comercializaba” fines de semana con personas muy “Friki” Tenían todo un “catálogo” de frikis. Me explicó que habían frikis de la tecnología, frikis de sexo, frikis gamberros, frikis pobres, y frikis por un color…etc. Y que el "contrato" consistía en pasar un fin de semana con el “Friki” que escogieras. No hacía falta convivir con ese Friki toda la vida, sino que vivías la experiencia un fin de semana. Hacía poco que se había separado y ya lo había probado un fin de semana con un Friki del sexo. Y realmente fue un fin de semana inolvidable.
Había experimentado y conocido experiencias difíciles de describir. Había utilizado todo tipo de “aparatejos” para conseguir orgasmos inimaginables. Después de esta experiencia se atrevió a elegir a un friki sadomasoquista.
Su amiga íntima había probado con un Friki pobre, el cual le hizo vestirse con harapos y pedir limosna en el metro y en las iglesias. Tuvo momentos difíciles, especialmente cuando dormían con cartones en cajeros automáticos, pero fue la experiencia más impactante que había tenido en su vida. Merche optó por el friki sadomasoquista pensando que tendría sus dosis de sexo, pero a hora de la verdad, Felipe, que así se llamaba su “Friki” no tenía ningunas ganas de sexo, sino que le provocaba situaciones extremas. Y además lo contrató para dos días laborables, porque ella se pediría fiesta en el buffete. Era abogada.
El hecho es que Felipe le propuso una experiencia única e inolvidable mientras paseaban por el parque de Collserola. Ella no se dio cuenta y medio en broma Felipe le ató al árbol y le tapó la boca con cinta americana para que no pudiera gritar. Una vez atada y amordazada ella se dio cuenta de que Felipe se estaba pasando, pero ya no podía hacer nada. No se trataba de sexo, era sólo sufrimiento.
Entonces Merche fue presa del pánico. Esperaba que durara poco esta situación pero el muy bestia la dejó toda la noche atada. Merche no daba crédito. Él se marchó. Y pasó el miedo más terrorífico que jamás se hubiera imaginado. No pudo hacer nada, se hizo de noche y cuando creía que los ruidos que oía eran del cabrón de Felipe, se dió cuenta de que estaba rodeada de jabalíes que no paraban de olisquearle. Ella les empezó a dar patadas, hasta que perdió el conocimiento…Ahora Merche interrumpía la explicación y empezó a llorar desconsoladamente…
“lo siento mucho! “ le decía todavía llorando
“Va anímate. Que ya ha pasado todo…” – Le dije consolándola. Si había algo que no podía soportar era a una mujer llorando. Me trastocaba.
Llegaron a la carretera pero no había manera de convencer a los "taxis mercedes" de que no vinieran a buscar a la carretera de la Rabasada km 15, se creían que era una broma!.
“¿Cómo te encuentras? Es difícil que venga un taxi, creo que iremos más rápidos si bajamos a Barcelona caminando. " le dije a Merche
“ Ya me encuentro mejor…” me dijo
Y así fue como una hora después llegábamos al pie del funicular del Tibidabo.
Bueno, creo que será mejor que te deje aquí y te vas en taxi…
“No me encuentro muy bien. Crees que me puedo quedar solo esta noche en tu casa? Tengo mucho miedo…”- me preguntó.
“Ostiaputacojones!, ya tengo bastante con la tardecita que me has dado…Espero no volverte a ver!” le dije girándome y empezando a caminar calle abajo por la Avenida de Tibidabo. ¡Vaya marrón! pensaba. ¿Cómo coño le explico a mi mujer que llego a casa con una chica separada llamada Merche, que le gustan los juegos sadomasoquistas y que la he desatado de un árbol mientras me robaban la bici?
Los remordimientos no me dejaban tranquilo. Que cabrón soy, pensé.
Me paré en seco. Grité “joooder!!!! Es que todo me tiene de pasar a mí!!!!!
Di la vuelta y la fui a buscar. “!A tomar por culo! ¡Qué pase lo que sea! ¡Me da igual todo!
Volví a por ella y a las diez de la noche llamaba por el interfono a mi mujer que me abriera la puerta. Merche llena de barro y sucia, que a pesar de sus bonitos ojos, asustaba y yo pues ya os podéis imaginar vestido de ciclista, sucio y magullado y lo peor de todo...sin mi bici.
“Merche!” –le dije – “déjame explicarlo a mi…que no será fácil”
“Ah! Y espero que te gusten las niñas, mi perro y un mono llamado Bush, porque sino te cruzas la calle y te vas al hotel!”
“Ostia Juan! – Me dijo Merche riendo – “Tu si que eres un “Friki”!!!!