Regata Panerai

Martes pasado tomé la decisión de ir a la regata de clásicos en Menorca.
Miércoles tarde cogía el avión de vueling para Menorca para embarcarme en el Kanabel y participar en la regatas de barcos clásicos Panerai. (Jueves, viernes y sábado)
Jueves empezamos las regatas con buen pie. De hecho, un quinto puesto en nuestra categoría es un gran resultado. Viento. Entramos de pleno en una fuerte borrasca. (35 nudos de viento)También es mala suerte. No ha habido ningún día de mal tiempo en Menorca este Agosto a excepción de este fin de semana. El primer día costó algo dormir pero luego el cansancio supera con creces la incomodidad de la litera...luego te acostumbrás y duermes bien.

Me quedo con la belleza de esos barcos. Son alucinantes. Además los tienen todos impecables, como si acabaran de salir del astillero. Al lado teníamos al “Kalpie” un velero de 1903. La belleza de esos barcos es indescriptible. Ver como surcan las olas y navegan escorados como si nada con vientos de 35 nudos!!!...parece que estuvieran diseñados para impresionar.

Concretamente el Kalpie es propiedad de una potentada familia inglesa que a todos les gusta navegar, y que disfrutan haciendo el circuito Panerai.
Es cierto que para tener y mantener este tipo de barcos se necesita mucho dinero. Pero más que el dinero es una prioridad. Una forma de vida.
Cada barco es un compendio de historias increíbles pero con final feliz.
Son barcos de casta. En la que la regata y el resultado es lo de menos. Lo más importante es el orgullo de pertenecer a una tripulación que seguirá escribiendo páginas de gloria en las regatas del mediterráneo.
El nuestro era un clásico más moderno. Un poco distinto. Mucho más asequible y con bastante menos glamour. También más moderno , pero bien restaurado y sin perder el espíritu de navegar como antes.
Kanavel. Diseñado por un tal Cornu. Único, con un diseño del 1966, 12 metros y dos palos. La popa acabada como si fuera otra proa. Estéticamente diferente, pero simpático. Todos los de madera lo son. Con siete tripulantes. Navegación compleja pero sorprende la nobleza del barco. Maniobras lentas hacen que cualquier decisión táctica equivocada se convierta en perdida de posiciones.

Pero aguantando estoicamente rachas de 35 nudos...que eso para los que no están muy puestos, eso es mucho viento.
Viernes y sábado continuaba el temporal del Norte y decidieron con buen criterio anular las las regatas previstas. Fuimos a Favaritx (En el norte) en coche para ver el temporal, y la verdad es que te das cuenta de lo insignificantes que somos cuando mar y viento se unen para mostrarnos que a veces, y por mucho que podamos llegar a la luna, hay cosas que desde luego nunca podremos dominar.
Luego otra regata, la del arroz caldoso en Es pla de Fornells...y ante la previsión de no poder estar lunes en el despacho. Billete en Rayanair (nunca más) y sábado noche en Barcelona.
Campeonato con sensación agridulce porque sólo pudimos navegar jueves pero orgulloso de haber podido compartir unos días entre esas joyas del pasado. Es un privilegio. !el año que viene vuelvo!