Total que pasaban los días. Decir que era la expectación en el barrio a la hora de pasear. La gente salía a los balcones y todo el mundo me observaba. Supongo que la policía no me paraba porque salía tan de lo común, que hasta les generaría un problema.
Me vi un día en las noticias de TV3, como el que ciudadano que se va con el perro y el mono.
Los del zoológico de Barcelona se habían portado muy mal. Porque no quisieron hacerse cargo de Bush. Pero ahora me daba igual, había pasado a formar parte de mi familia. También en un articulo del dominical de Barcelona, aparecía compartiendo un articulo sobre “los excéntricos” de Barcelona, con un hombre que se había tatuado todo el cuerpo y se paseaba con tanga por la diagonal y con otro que vivía en una pequeña embarcación de cuatro metros en el Port Vell.
Cada vez más contactaban conmigo representantes de zoológicos de todo el mundo para comprarme el raro ejemplar de mono con la cola verde.
Llegó a aparecer un articulo en el National Geográfic, cuestionándose si era realmente una especie de mono que no se había descubierto todavía, o bien una incidencia genética que había conseguido esa pigmentación.
En el lavadero de casa había tenido que hacer una adaptación para colocar la jaula de Bush. Aunque campaba a todas horas por la casa.
A pesar del colapso que había sido la convivencia con Bush los primeros meses, ahora habíamos llegado a una cierta “estabilidad”.
Me llamaban de todas las cadenas de televisión para aparecer en programas. Pero les decía que no a todos porque no me quería convertir en un personaje aún más “Friki” de lo que ya era.
Me llamó de nuevo el zoo de Barcelona ofreciéndome “quedarse” a cuidar a Bush. Le colgué el teléfono. Mientras zoológicos como el de Nueva York o el Los Angeles me pasaban ofertas de hasta tres millones de dólares por Bush.
En Barcelona perdieron la oportunidad porque se podía convertir en un animal único, tipo Copito de Nieve que tan pingues beneficios les había reportado.
En fin, que cada vez me incomodaba más la fama. Y mis negativas en salir en programas se convertían en que todavía tuvieran más interés y que fuera aumentando mi “cache”. Llegaba a igualar el “caché” de la Pantoja. Por un reportaje combinado en prensa rosa y programa del corazón con Bush me llegaron a ofrecer 300. 000 euros. Pero yo seguía testarudo en mis trece de no venderme. Tenía lo suficiente para ir tirando.
Pero en el fondo sabía de que Bush no era feliz viviendo en el piso de Barcelona, por lo que ocho meses más tarde accedía a vender a Bush al Zoo de San Francisco por 4 millones y medio de Euros.
Llegaron a Barcelona los representantes del zoo en un jet privado, con todo un despliegue mediático. Se debían pensar que era un buen negocio el en el zoo al único ejemplar de mono africano con la cola verde.
Al fin había acabado todo después de casi un año de trajín con Bush. La verdad es que no me acababa de sentir bien. Tenía la impresión que había traicionado a Bush. Si le había cogido cariño al puto mono!.
Había vuelto a la normalidad. A pesar de que todavía me buscaban para entrevistarme a pesar de que ya no tuviera ese extraño mono africano de cola verde.
Un día paseando a Fosc, a las siete de la tarde, no daba crédito a lo que estaba viendo!. Al mismo grupo de inmigrantes con un mono del más joven de ellos, era un mono como Bush pero con una diferencia ….Tenía la cola naranja!!!!!!!!!
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