¿Porque no gusta la música clásica a mis hijas, ni a mi mujer, ni a mis amigos, ni a la gente joven?. Será porque no la conocen. Es como la tónica. Hay que insistir.
Es cierto que hay música clásica y música clásica, y que hay momentos para escucharla. Pero tiene algo curioso. Contra más la escucho más me gusta. Puede ser porque si fuera una música empalagosa, me cansaría. Nadie les ha explicado nada sobre la música. Bah! Para qué! Demasiado complicado. A mi si.
Agradeceré siempre al profesor Silvestre. Un profesor de música que todos tomaban por loco, y que consiguió convencer a los curas de Escuela Pías de Sarria de adaptar un aula para sentir, y no escuchar, la música clásica.
Puso moqueta grandes almohadones y un buen equipo de música.
Conseguía un ambiente relajado. Nos estirábamos en el suelo. Apagaba la luz. (joder que pervertidos sois, a que estabais pensando en Silvestre como pederasta!!!)
Te explicaba que es lo que decía Tchaicosky con los instrumentos cuando describía una batalla. El previo, la batalla en sí y el final. Impresionante. O como cuando describía con todo detalle como la música de Vivaldi explicaba a la perfección como cambiaba el bosque en cada estación. Las gotas del rocío, o como se abrían los pétalos de las flores en primavera. Puede que a muchos no les llegara, pero a mi si. Gracias Silvestre, estés donde estés.
A veces hay cosas que siempre has querido hacer y nunca has tenido el tiempo suficiente para hacerlas (excusa barata, claro). Y una asignatura pendiente para mi es saber tocar algún instrumento. Siempre he pensado que porque es más fácil “bajarte” cualquier canción que interpretarla tu. Y así pasaban los años hasta el año pasado. Que dí un giro en mi vida y me planté. Pues ahora voy a aprender. Y ahí estoy, luchando un día a la semana por entenderme con ese trozo de madera de formas sinuosas. Algún día seré capaz de tocar algo bonito. Y ese día, me sentiré orgulloso de mí. Entonces me compraré la Harley. Me la habré ganado. Puede que por entonces esté en silla de ruedas y no la pueda conducir, pero la contemplaré. De momento a seguir.
Porque la música nos trae recuerdos. Una primera novia, y una segunda, tercera y cuarta…(menos lobos!)…o una situación determinada. Un momento, o incluso nos cambia el humor o nos entristece. Nos hace sentir y por ende vivir.
En mi ipod (es la mínima expresión) conviven un popurri de canciones ciertamente curioso. Saltan canciones de Robbie Williams, que se combinan con las de los chicos del coro. El fantástico concierto en directo de San Francisco con los tres mejores guitarristas del mundo (Paco de Lucia, Al Di Meola, Mc Lujan). Algún clásico como Breakfast in America de Supertram (uno de los pocos conciertos que he ido en mi vida) o Tears in Heaven . Y por supuesto Mozart con su Réquiem y Vivaldi con sus cuatro estaciones. Ah! Me olvido a las canciones de Melendi…con todo ese “cóctel” musical lo vais combinando de una manera desordenada, con el volumen suficientemente alto para no oír nada más, con los olores del bosque de Collserola después de la lluvia, con los rayos de luz que se cuelan entre los árboles, con el corazón subiendo de pulsaciones a medida que vas acelerando el pedaleo y pasa lo que pasa…
que uno hasta se imagina monos africanos de cola verde!!!.
2 comentarios:
Ei! No generalices chaval! A menda lerenda le encanta la música clásica, no toda claro, tengo mis preferencias como en todo. En mi caso creo que fue pura casualidad, cuando era pequeña (hace dos días como quien dice JA!) los padres de una compañera me llevaban en coche a casa y ponían música clásica. Además me enganché a una serie de TV que narraba la vida de Verdi y aluciné. Hoy en día los peques tienen muy pocas oportunidades de familiarizarse con la este tipo de música a no ser que su familia la ponga en casa, por cierto no te enfades pero a veces cuanto más intentas forzar a alguien a que le guste algo, más manía le coge, lo digo por lo de que no consigues aficionar a tu family. Sé que es frustrante porque seguramente lo que quieres es que disfruten de ella como tú lo haces. Por otra parte, no todos hemos tenido la suerte de tener un “Silvestre” en nuestra vida. ¡Genial la mezcla de diferentes tipos de música de tu iPod!
un recuerdo imborrable:a orillas físicas ( 20 metros del agua)del lago Nakuru (Kenya) noche cerrada, paz absoluta y el adagio de Albinoni, suave... no eres el único!
Aunque si el único que hace semejante cocktail de música...Mozart y Melendi (el del avión??) en realidad ambos empiezan por M ,algo es algo...
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