miércoles, agosto 16, 2023

Cuando la realidad supera la ficción…

 



Cuando uno tiene expectativas altas de pasárselo bien, es muy fácil no pasárselo bien, pero cuando las expectativas son muy bajas  es resultado a veces puede ser sorprendente. Y esto es lo que pasó ayer, en donde todo era un caos. 

Nadie sabia como acabaría el caos

Y esto ocurrió ayer. En un sitio nada glamouroso con una comida totalmente improvisada en donde todos éramos muy diferentes. Todo comenzó a las 8 aunque nos presentamos a las 9.15.Muy poca luz. Alguién luego una camping gas además de una luz de mesa blanca.

Fue una iniciativa que ignoro cómo empezó pero según me explicaron Rosa, la nueva vecina lo propuso. (entendiendo por nueva de hace 3 años…sería más correcto decir la más nueva…)del piso de abajo, la casada con Jose Luis ,el arquitecto como Javier, ambos catedráticos de la arquitectura.

El lugar de la concentración era en el jardín del apartamento ,con el césped ya maltrecho por la falta de riego (es lo que tiene la sequía) .

La cena fue un caos de cena, todo el mundo traía algo…sin tener establecido un orden podías combinar los trozos de pizza con las olivas o la tortilla de patata, intercalados con carquiñoles o mini palmeras.

Alguien bajo cava, vivito ,otro rosado y hasta algún proseco.

Agradecer a Mariona y Pep  que hizo también por nosotros una crema y unas pizzas y nos bajaron gentilmente sillas.

Nos mirábamos todos hablando de temas intrascendentes hasta que alguien comentó que Adolf cantaba en la ducha. Entonces en ese momento empezó la magia. Al principio Adolf se excusaba que no podía cantar argumentando que a palo seco y sin “copas” en el cuerpo, se le hacía complicado cantar. Seguíamos insistiendo y cambio de estratégia, no podía cantar porque al día siguiente tenía que hablar con la “polaca”….

Y al final cantó. Un bolero que desencadenó en un “paraules de amor “  liderado por Jordi y “ayudado”por el resto…wow Creo que nunca he oido una versión tan desafinada…con todo el cariño del mundo. Suerte que Joan Manuel Serrat no veranea en La Fosca… que si no, nos podría denunciar.

La noche fue siguiendo con unas Jotas con cierta maestría por parte de Jose Luis, y todos habíamos perdido la vergüenza. Noche distinta. El arquitecto Javier, que lo teníamos como vecino serio y distinguido sorprendía con una camisa de palmeras caribeñas, y una elección de música de todo menos convencional. Albert Pla con el tema de Torero. 

Acabamos bailando todos en una especie de éxtasis difícil de explicar.

Hacía tiempo que no nos reíamos tanto!


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