Por fin he llegado al punto donde ayer oí el grito. Al mediodía no había nadie paseándose, muy buena mañana. Desde ayer que no paro de pensar en el grito. Apoyo la bici en un árbol un poco escondida, y me adentro en el frondoso bosque. Voy abriéndome camino hacia abajo mirando tanto a la derecha como a la izquierda. No encuentro nada. Tampoco sé lo que busco. He bajado unos 50 metros y pienso que es imposible encontrar nada. Bueno, ya está ya me he quedado tranquilo. Total que pensaba. !Ostras! el desnivel es considerable. Subo abriéndome camino por sendero paralelo al que he bajado. A veces veo tierra levantada. Son las huellas de los jabalies cuando levantan con los colmillos porciones de tierra. Lo dejan todo como pequeños agujeros. Al iniciarme por esos bosques estuve mucho tiempo pensando que esos agujeros los hacían los buscadores de setas, hasta que un día ví a un grupo de jablíes como levantaban la tierra. Ah! Es eso! Pensé. Estaba a punto de ascender por la última rampa, la que me lleva al camino cuando me giro por última vez y me doy cuenta que un poco más arriba hay unas ramas de helechos rotas. Y mías no son, porque he optado por descender y no ascender. Allí hay algo, está todo muy pisado por aquella zona. Me invaden los fantasmas y se me acelera el pulso. Llego al punto en que parece está más movido y veo un pastor alemán estirado. ¿Estará muerto? Lo miro detalladamente. !Está muerto!. No se mueve y se aprecia perfectamente un disparo en el costado superior. Pobre bicho, pienso. Ni lo toco, pero instintivamente sigo subiendo por el sitio que parece más marcado. Las pulsaciones se me aceleran y me veo algo ha unos quince metros. Alguien parece atado a un arbol. Si,si. Distingo claramente los brazos. Es curioso pero ya no tengo miedo, solo quiero ver quien hay atado en ese árbol. Llego y me encuentro a una mujer con el pelo largo con la cabeza bajada. Joder! Parece muerta. Que marrón!. Tiene la boca tapada con un ancho trozo de cinta americana. No se mueve, miro mi móvil pero no quiero perder más tiempo. Cojo de un extremo de la cinta americana y de un tirón se la despego de la cara. Joder! Que daño pienso. Y la mujer me abre los ojos!. !Está viva!.
Le voy dando palmadas seguidas a la cara para reanimarle. “venga, venga despierta”- le digo y esta vez abre los ojos durante más tiempo. Me mira con unos bonitos ojos verdes pero presa del pánico. Susurra algo inteligible. Intento desatarla pero no puedo. Lo intento varias veces, y me doy cuenta de que tiene todos los brazos con cortes. Ostia puta! No puedo! Dios mío!. En la bolsa de la bici de debajo el asiento tengo una herramienta que me puede servir. Noto que la chica se intenta mover. Me giro y la miro, sigue con los ojos abiertos e intenta hablar, “ayúdame” me dice como puede.
“No hables, voy a por agua” y veo que vuelve a cerrar los ojos. Llego deprisa a la bici donde cojo de la bolsa la herramienta multiusos y el bidón de agua, y me vuelvo hacia la chica. Con la precipitación tropiezo y me caigo aparatosamente. Me reincorporo torpemente recojo el bidón y me dirijo hacia la chica. Le doy un poco de agua introduciéndole el pitorro en la boca y apretándolo para que salga un buen chorro de agua. Parece que le gusta, y que se reanima. Intenta zafarse de la cuerda inútilmente.
“ Calma, calma, ahora te libero…” le digo. Abro la herramienta e introduzco el punzón moviéndolo frenéticamente para poder aflojar el nudo. Me paso cinco minutos hasta que libero el nudo. La chica consigue adelantar los brazos doloridos, sucios y ensangrentados. Yo la aguanto por los hombros para que no se caiga. Parece mareada, cuando de repente me abraza y apoya su cabeza en mi hombro. Entonces rompe a llorar desconsoladamente.
“venga, venga, ya ha pasado todo…” la consuelo sin tener ni idea que hacer. Son las cinco de la tarde e intento llamar a la policía. Sin cobertura. “puto móvil” exclamo. La dejo sentada y le pregunto. “¿puedes andar? “creo que si” me dice apoyándose con un brazo en mi hombro. Llegamos al camino. Lo más corto será subir hasta la carretera y parar a algún coche. Que camine apoyada en la bici pienso. ¿Y la bici? No puede ser. Me doy cuenta de que la bici ha desaparecido… !Hay alguién por aquí!. Vaya marronazo!
1 comentario:
interesantísimo como siempre...
Una apreciación, el hecho de agujerear el suelo, de los javalies, se llama hozar, y se hace también con el hocico ( las hembras también hozan y no tienen colmillos)
A la espera del desenlace, hoy no pienso hacer nada más que cabilar...
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