SINOPSIS DEL “CERVEZA”
Guillermo e Ignacio. Ambos buenos profesionales.
Guillermo es arquitecto e Ignacio abogado.
Comparten aficiones. Principalmente motos y barcos. Especialmente barcos clásicos. Han navegado juntos en algún regata de clásicos en Barcelona y de Menorca. Se obsesionan en comprarse un barco clásico. En concreto les fascina los barcos construidos por William Fife jr. El problema es que hay pocos y están muy cotizados.
De todas maneras empiezan una búsqueda de un WF sin éxito.
Pasan dos años y un día Guillermo recibe una llamada del que había sido contramaestre en las regatas de clásicos en la Puig. Un francés, banquero, conocedor de los barcos y muy bien relacionado.
Le comenta a Guillermo que hay un barco en Copenhague un WF por 30.000 € y en buen estado. Es de un empresario que ha estado unos años en la cárcel y como no tiene un duro tiene urgencia en vender. Cerveza se llama.
Guillermo e Ignacio lo organizan para ir a buscarlo esa misma semana. Les hace tanta ilusión que lo traerán a Barcelona navegando.
Llegan a Copenhague y se dan cuenta que deben hacer unas reparaciones mínimas para el viaje. Se quedan un mes en Copenhague y hacen amistad con Gertrudis, una empleada en el Hotel, propiedad de sus tíos. Gertrudis se se obsesiona en acompañarlos en su singladura.
Cuantas más manos mejor píensan ellos. Además Gertrudis puede ayudar y mucho en la intendencia de las comidas. Y la embarcan.
El viaje es largo y se encuentran con algún temporal.
A raíz de los pantacazos del barco durante el temporal se levantan las maderas del suelo (sentina) y descubren un raro objeto dorado de unos 50 cm.
Siguen su travesía y deciden hacer una parada técnica en Vigo. Donde alguien los dispara. Logran huir. Pero se dan cuenta que los siguen. A lo lejos pero alguien los sigue durante todo el resto de la travesía.
Ignacio se enamora locamente de Gertrudis pero al llegar a Barcelona esta desaparece.
Ponen el objeto raro a resguardo en una caja de seguridad de un banco y piden consejo a expertos marchantes de orfebrería.
Desvelan ese extraño objeto, y parece ser el famoso “salero de Cellini” bueno una imitación porque este se encuentra en el museo de Arte de Viena.Por lo menos es lo que piensan.
Con la rutina del día a día pasa el tiempo, Alguna vez quedan para navegar y se olvidan del Salero.
Un día Guillermo sale de ver a un cliente, y entra en un Bar de las ramblas. Se encuentra con Gertrudis que parece ser que ella no lo reconoce, o no lo quiere reconocer.
Han pasado 3 meses desde su llegada a Barcelona. Está cambiada pero Guillermo está convencido de que es ella. Decide seguirla y Gertrudis se mete en una portería de la calle Enrique Granados con Diagonal. El se queda en la terraza de un bar desde donde vigila la portería por si vuelve a salir cuando de pronto ve a Ignacio que entra en la misma portería.
Guillermo alucina. Debe meditar que hacer
Guillermo decide no decirle de momento nada a Ignacio hasta descubrir más cosas.
Mientras Gertrudis escapa a Santa Ponsa (Mallorca)durante un tiempo….
Guillermo e Ignacio. Ambos buenos profesionales.
Guillermo es arquitecto e Ignacio abogado.
Comparten aficiones. Principalmente motos y barcos. Especialmente barcos clásicos. Han navegado juntos en algún regata de clásicos en Barcelona y de Menorca. Se obsesionan en comprarse un barco clásico. En concreto les fascina los barcos construidos por William Fife jr. El problema es que hay pocos y están muy cotizados.
De todas maneras empiezan una búsqueda de un WF sin éxito.
Pasan dos años y un día Guillermo recibe una llamada del que había sido contramaestre en las regatas de clásicos en la Puig. Un francés, banquero, conocedor de los barcos y muy bien relacionado.
Le comenta a Guillermo que hay un barco en Copenhague un WF por 30.000 € y en buen estado. Es de un empresario que ha estado unos años en la cárcel y como no tiene un duro tiene urgencia en vender. Cerveza se llama.
Guillermo e Ignacio lo organizan para ir a buscarlo esa misma semana. Les hace tanta ilusión que lo traerán a Barcelona navegando.
Llegan a Copenhague y se dan cuenta que deben hacer unas reparaciones mínimas para el viaje. Se quedan un mes en Copenhague y hacen amistad con Gertrudis, una empleada en el Hotel, propiedad de sus tíos. Gertrudis se se obsesiona en acompañarlos en su singladura.
Cuantas más manos mejor píensan ellos. Además Gertrudis puede ayudar y mucho en la intendencia de las comidas. Y la embarcan.
El viaje es largo y se encuentran con algún temporal.
A raíz de los pantacazos del barco durante el temporal se levantan las maderas del suelo (sentina) y descubren un raro objeto dorado de unos 50 cm.
Siguen su travesía y deciden hacer una parada técnica en Vigo. Donde alguien los dispara. Logran huir. Pero se dan cuenta que los siguen. A lo lejos pero alguien los sigue durante todo el resto de la travesía.
Ignacio se enamora locamente de Gertrudis pero al llegar a Barcelona esta desaparece.
Ponen el objeto raro a resguardo en una caja de seguridad de un banco y piden consejo a expertos marchantes de orfebrería.
Desvelan ese extraño objeto, y parece ser el famoso “salero de Cellini” bueno una imitación porque este se encuentra en el museo de Arte de Viena.Por lo menos es lo que piensan.
Con la rutina del día a día pasa el tiempo, Alguna vez quedan para navegar y se olvidan del Salero.
Un día Guillermo sale de ver a un cliente, y entra en un Bar de las ramblas. Se encuentra con Gertrudis que parece ser que ella no lo reconoce, o no lo quiere reconocer.
Han pasado 3 meses desde su llegada a Barcelona. Está cambiada pero Guillermo está convencido de que es ella. Decide seguirla y Gertrudis se mete en una portería de la calle Enrique Granados con Diagonal. El se queda en la terraza de un bar desde donde vigila la portería por si vuelve a salir cuando de pronto ve a Ignacio que entra en la misma portería.
Guillermo alucina. Debe meditar que hacer
Guillermo decide no decirle de momento nada a Ignacio hasta descubrir más cosas.
Mientras Gertrudis escapa a Santa Ponsa (Mallorca)durante un tiempo….
2 comentarios:
Santa Ponsa..... ha hecho mella en ti, no sé que debió pasar en Santa Ponsa, pero cuando la idea recurrente se convierte en obsesión...
Seguro que el objeto brillante tiene algo que ver. Los capitanes de barco tenéis todos un tornillo que apretar... por lo menos
Jjajajajaj si yo te contara. Santa Ponsa es como Magaluf ...te suena. Pues nunca vayas
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