Hoy tenía dos compromisos ineludibles que me daban cierta pereza.
El primero era ir a comer a un japonés con la directora de una famosa revista para mujeres de unos 20 a 35 años (parece que las demás no existan…), probablemente sea la revista mensual femenina que más vende. Y lo de la pereza es porque me imaginaba que detrás de la dulzura de mis anfitrionas , Elena y Judith, y entre plato y plato desenfundarían cada una “katana” bien afilada, de esas que cortan cabezas limpiamente de un tajo, y me amenazarían haciéndome escoger entre comerme el pez “fugu” de dudosa procedencia o incrementar la facturación por parte de unos anunciantes cada vez más reticentes en invertir...Os recuerdo que el pez fugu era aquel que en Japón se morían de una manera fulminante unas 1.500 personas al año…
Siento defraudaros. Porque ha resultado una comida deliciosa, a pesar de no saber exactamente que he comido y muy instructiva. Ahora soy consciente de la importancia de una buena portada en la revista. Y otras muchas cosas más. (secreto profesional...)
La comida ha sido corta porque a las 3:30 me tenía que batir en duelo, no ya con una afilada katana sino con potente pero pequeño taladro de 600 rpm y con una fina pero agresiva broca, luchando por suavizar el agreste contorno de una muela rota.
Te estiras comodamenteesperando que llegue el “dr”. Como cuando esperas en el tendido al toro que salga.
Es una tensa calma antes de la batalla…Aposentado en un cómodo sillón odontólogo.
Te sientes indefenso y en cierta forma humillado, en el fondo acceden a partes intimas de tu ser. Coño! Que ya sé que no me manipulan los genitales, pero están manoseando dentro de mi boca!!!
Eso es mucho peor que el corte limpio de una katana.
En la consulta sientes que no eres nadie. Con la boca abierta, mirada forzada hacia el florescente de la esquina de la habitación, esperando que el doctor no se despiste y acabe con la broca destrozando la lengua. Los músculos se tensan. Y él lo sabe.Lo nota. Ni me ha dormido, pienso. “Así es mejor”, me dice…con una medio sonrisa muy delatora.
Al final prueba, superada se ha conseguido salvar la pieza, bueno que encima de lo que pagas, toca lo de “muchas gracias…” que bien lo has hecho….
- No era fácil, no era fácil….Por cierto, deberás de ir viniendo…que ya tienes una edad….y la boca es la boca…
Cobarde extorsionador – pienso yo- Porque no tengo la katana a mano…que si no!
1 comentario:
Hombre, que vas teniendo una edad... es cierto. Lo de sin anestesia mejor, con dudas serias, yo siempre prefunto ¿ como te gustaría que te lo hiciesen a ti? y nunca me creo ninguna respuesta que no sea ¡ con anestesia!
La buena noticia es que en la comida aprendiste algo, y eso es sintoma inequívoco de vida, el dia que no aprendas... por eso confio en el fondo que algún día dejarás de hacer carreras para hacer deporte.
Conociéndote creo que peco de optimismo!!!!
Publicar un comentario