viernes, noviembre 16, 2012

A reir y perder el miedo...nunca es tarde!


Elsa Punset (si,si...la mismísima hija del "pelos"...)
Esta mujer que yo no sé si es psicóloga o filósofa o periodista o un poco de todo, dice cosas muy interesantes.
Entre esas cosas dice que a los niños se les debe de moldear pero no presionar. Están llenos de creatividad que nosotros cuando les exigimos determinados parámetros tanto a nivel educativo como a nivel social lo que estamos es impidiendo que a los niños que desarrollen todas sus capacidades creativas, que son muchas.
No sólo el crear, el no tener miedo, o su pasión por vivir sino la risa. O mejor dicho el reír. Un niño rie una media de 300 veces al día. Los adultos sólo 40 veces.
Reir fomenta la creatividad, la salud y el pensamiento creativo.
El miedo es al revés cuando el niño se hace mayor aumenta sus miedos…y cuando somos mayores ese miedo nos bloquea.

Nosotros tenemos mucho más miedo que el necesario y si a eso le sumas que no reímos…pues ya la tenemos "liada"…´
Con el paso del tiempo se exageran esas dos tendencias. Por un lado más miedos y por el otro menos risas…Fatal.
La Punset cita un ejemplo curioso de lo consciente que era Shakelton a principios de siglo (1913) lo importante de reunir a una tripulación para explorar el polo sur.






“Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito”.

Cinco mil hombres contestaron al anuncio y, para escogerlos, una de las preguntas que el aventurero les hacía era: ¿Sabes cantar? Shackleton conocía la importancia de la ilusión, la risa y la felicidad para sobrellevar los tiempos duros.

“Todos llevamos dentro nuestro Polo Sur, dice también Punset. “Shackleton era un líder soñador y práctico a la vez. Los niños son capaces de esforzarse si están motivados. Los adultos también”.

Pero el esfuerzo se trabaja también. Se enseña. “Vivimos en una cultura en la que prima la distracción y no nos enseñan a esperar. Eso empobrece nuestra sociedad. No tenemos capacidad de autocontrol y es una capacidad que se puede fomentar. Dicen que para ser bueno en algo hay que trabajar en ese tema un mínimo de 10.000 horas”, comentó Punset. “Hay que crear hogares donde haya alegría y curiosidad. Donde no exista el miedo, donde se incorporen constantemente ideas y personas nuevas”.

Y si hasta ahora no se ha hecho no pasa nada. No os preocupéis porque siempre estamos a tiempo.

“El cerebro está dotado de la paradoja de la plasticidad. Es capaz de cambiar hasta el último día de nuestras vidas”, concluye Punset. “No tiréis la toalla. Es muy probable que no estemos retando lo suficiente al cerebro”.

Me encanta todo lo que dice y creo que eso explica muchas cosas. Pues lo dicho, voy a reclutar gente para la tripulación este año, como Shackleton, que rían y si saben cantar…mejor! y si además no tienen miedo (miedo se debería referir a miedo al ridículo…no creéis?)…Cheapeau!

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