Estuve todo el día pensando el que hacer con esa carta
náutica. Tenía muchas preguntas sin
contestar. Qué hacía que esa carta estuviera tan valorada? Porqué? Como sabían
de su existencia? Como sabían lo de mi abuela?
Quién era esa tal Lersundi ?
Lo primero que hice fue descolgar la carta de la pared,
sacarla del marco de cristal y mirar había “algo” , alguna señal o alguna marca
que indicara algo relevante.
Si que habían trazos en lápiz, y alguna cruz como si fuera una marcación,
y también anotaciones de horas , pero como eran cartas que se habían usado nada hacía
pensar que hubiera algún tesoro
escondido o algo parecido.
Pero tenía que haber algo. No me podía creer que alguien
pagara 60.000 euros por una carta náutica.
Le di la vuelta a la carta y tampoco había nada que hiciera
pensar que tuviera ese valor.
Después de dos horas intentando ver algo raro en esa dichosa carta me daba por
vencido y tiraba la toalla.
Lo había decidido. Llamaría a Lersundi y le diría que lo había encontrado.
Además bien pensado ese dinero me iría bastante bien.
Consulté en la Wikipedia a ese tal Lersundi y simplemente indicaba que murió en el noviembre de 1874. Según la fecha de la carta náutica era de 1856 por lo que probablemente fuera cierto que él la había presentado a S.M. (Me imagino su majestad) . Lersundi había sido militar y político….pero ninguna referencia de si tenía familia ni de que hubiera ningún tesoro. En fin, un tipo sin pena ni gloria.
Quedé con Francisco al día siguiente a las 11h. El traería
el dinero y yo le daría la carta. Era lo
más fácil.
Me costó dormir pensando que si había hecho lo correcto.
Otra persona más aventurera y con recursos hubiera cogido el mapa y se hubiera presentado
en la embocadura de San Jorge con un compás y un gps, alquilado un barca y un submarinista
y habría ido a el punto exacto donde se situaba la cruz, a escasos metros del
meridiano 0 el llamado de Greenwich. Pero uno con ya casi 50 años no está para
tonterías.! En cualquier caso hice varias fotos de la carta…por si las moscas,
Al día siguiente tocaban por el interfono a las 10.50.
Seguro que es
Francisco- pensé- , todavía no me creo que venderé una carta por 60. 000€.
-Hola Francisco - le
dije mientras abría la puerta de mi casa- Adelante
- Hola. Gracias – me dijo Francisco
Parecía educado aunque demasiado formal. De unos 40 años con
bigote, con la cara agrietada del sol , debía de ser o navegante o pescador, pero
seguro que se pasaba muchas horas al sol!.
Le hice sentar en el sofá y le ofrecí una Estrella, la única
bebida fresca que me quedaba en mi triste nevera.
-
Bueno…aquí tengo el mapa. Me traes el dinero?
-
Si ,si… claro!. Cuéntalo -Me dijo abriendo una
bolsa de deporte y colocando los fajos de billete encima de la mesa del salón. Parecía
que todo era correcto
Empecé a contar el dinero mientras él sacaba la goma de
pollo y Lersundi desenrollaba la carta del
Canal de Bristol para mirarla!.
-
Perfecto!. – Decía Francisco mientras volvía a
enrollar la carta! Te propongo un negocio?. Me proponía.
Ahora si que yo ya no entendía nada. Un señor que no conozco me
llama hace dos días, me compra una carta
y me propone un negocio???
- - No sé quien eres. No se que pretendes. Me pagas 60.000 euros por
una carta náutica y ahora me dices que me propones un negocio?- Le respondía
con cierta incredulidad
-No has encontrado nada en la
carta, porque no hay nada que buscar en
el mapa sino tienes las pistas que tengo yo en una carta que me dejo mi
bisabuelo. Créeme. Puede ser algo importante…- me decía dejándome leer una
carta que parecía auténtica.