Felipe ya llevaba dos meses ingresado en el Hospital del Mar.
No le supieron decir cuanto tiempo permanecería. De hecho, él ya se encontraba bastante mejor. Cuando se movía todavía notaba la tensión de los 70 puntos que le dieron para cerrarle la herida provocada por arma blanca en su estomago. Y a veces tenía fuertes dolores de cabeza.
Según le dijeron había estado a punto de morir. Cuando ingresó de urgencias tenía reventado el bazo, y eso le provocaba hemorragias internas.
No se sabe quién avisó a la ambulancia para que lo recogieran en estado grave del suelo de Rambla Cataluña, pero desde luego ,el que hubiera sido,l e salvó la vida. El médico que le atendía le confesó que estuvieron a punto de perderlo cuando le operaron. Había perdido mucha sangre.
Felipe recordaba lo que había pasado vagamente. Una pelea, había un chica a la que le estaban haciendo daño. Un fuerte puñetazo. No podía respirar. El duro suelo.
La primera semana había estado inconsciente. Fue luego que Briggite, su eficiente secretaria, preocupada de que no tener noticias de Felipe, empezó a indagar. Llamó a todos los hospitales hasta dar con Felipe.
Briggite le visitaba casi cada día. Le informaba sobre todo. Al respecto de su exposición de cuadros había sido todo un éxito, y habían vendido prácticamente todos. 48 cuadros de los 50. De hecho 49, porque de los dos que quedaban uno se lo quería quedar Felipe. “aguas bravas” probablemente el más bonito de la colección pero también el más caro. Estaba tasado en 55.000 euros.
Pero poco le importaba eso ahora a Felipe. Ahora quería salir de ahí., y perder de vista el hospital. Se entristeció al pensar que ya no volvería a ver a Manolo. Su compañero de habitación, al que en un principio no soportaba pero que luego no tuvo más remedio de admitir que le había cogido cariño. El pobre Manolo. Tenía un cáncer avanzado. No saldría del Hospital con vida. Felipe lo sabía y Manolo también. Echaría de menos esos momentos de locura de Manolo cuando ponía a todo volumen su “loro” Sony con la melodía de Bach, DoubleViolin Concerto in D minor: I vivace. Eso hacía que todo el hospital se escandalizara, pero al “loco” de Manolo le encantaba. Manolo le contó que esa idea la sacó de una película de Tim Robbins, Cadena Perpetua . Cerraba la puerta y la atrancaba con una silla inclinada apoyada sobre el pomo para que el personal de enfermería no pudiera entrar a la habitación. Era emocionante. Manolo se levantaba desu cama, abría la ventana, encendía un porro y escuchaban los 3: 12 segundos de Bach mirando al mar.
Al cabo de unos días, los médicos le comunicaron a Felipe que le darían el alta la semana siguiente. Una buena noticia.
Ese mismo día, alguien entró esa noche en su habitación. Eran las 12 de la noche y Felipe ya dormía. Un hombre con gabardina negra entró abrió la puerta de habitación 114, la de Manolo y Felipe y preguntó con una voz ronca... “Sr. Lizondo?
Manolo que estaba despierto respondió : “soy yo…¿quien es?”. Felipe supuso que Manolo lo dijo para que no le despertara…
En ese momento Felipe se despertó.
Todo pasó muy rápidamente. El hombre se aproximó a la cama de Manolo. Alzó el brazo, en la mano llevaba un cuchilo o una navaja. Efectuó un preciso y rápido movimiento de bajada cortándole la yugular a Manolo. El hombre huyó rápidamente. Felipe se incorporó de un salto.
“!Manolo, Manolo tranquilo…!” exclamaba Felipe intentándole tapar con la mano el cuello mientras la sangre salía a borbotones!
Socorro! Ayuda por favor! Gritaba desesperado Felipe. Sabía que lo perdía. Manolo lo miraba con tranquilidad, con la mirada propia del que se despide. Y se fue.
Manolo sabía que iba a morir en breve y había querido salvar a su amigo. Esto es lo que pensaba Felipe.
Tan frío que había en su vida con todo que no lloró ni cuando murió su padre, y ahora estaba llorando por alguien que prácticamente acababa de conocer.
Fue todo muy triste. Le dieron a Felipe el alta en seguida. Manolo tenía mujer y tres hijas. Felipe las visitó el día antes del funeral. Les regaló el cuadro de “aguas bravas”. Era algo que Felipe quiso hacer. Estaba en deuda con su familia. Si. Manolo se hubiera muerto igualmente al poco tiempo, pero el caso es que había muerto por él.
Al poco de estar instalado en casa, el su ático del Born, se presentó el teniente Romerales y le interrogó. Romerales le comunicó algo que Felipe ya sabía. Alguién quería matarlo.
Pero…¿ porqué me quieren matar?. ¿ tendrá algo que ver el incidente de rambla Cataluña? pensaba Felipe asustado..
1 comentario:
Por favor, dale una repuesta a Felipe. Tiene que saber qué pasa a su alrededor.
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