domingo, diciembre 13, 2009
Curso de piloto para aprendices...o algo así
Es curioso pero cada año cuando se acercan estas fechas recuerdo una anécdota que me pasó un día antes de Navidad. Ocurrió ahora hace 6 años. Yo trabajaba por mi cuenta y estaba en el despacho de un proveedor, que estaba agobiado por la Navidad, en este caso agobiada porque era una mujer. El caso es que no podía “escaparse” del despacho para ir a comprar un libro en una librería del barrio de Gracia.
“no puedo ir, y me falta un libro para regalar y no llegaré a tiempo…y con el tráfico que hay…!” me decía lamentándose Rosa.
La verdad, es que yo ya lo tenía todo hecho y me ofrecí a ir a buscárselo en un “golpe de moto”. Pensé que le hacía un gran favor, y a mi poco me costaba…
Me encargó tres libros iguales. Y me dio la dirección de la librería. Estaba en Gracia, pero en la misma calle de Travesera de Gracia por lo que no me costaría llegar, pensé.
Rosa no se acordaba del número de la calle, ni tan siquiera del nombre de la librería, pero me dio unas indicaciones que no generaba dudas. “aparcas justo antes de llegar al mercado, y la librería esta a unos 50 metros en la acera del lado de montaña.
Como era vísperas de Navidad se palpaba en el ambiente un nerviosismo propio de esas fechas. Las calles colapsadas, y yo en moto en lugar de llegar en 10 minutos, tardé 40 minutos!.
El libro en cuestión era un libro un poco especial, me contó Rosa, porque era el primer libro que publicaba esta escritora y sólo lo vendían en esa librería. Me extrañaba que no lo tuvieran en el FNAC ni similares. Pero Rosa me aseguraba que no.
Se titulaba algo así como “curso de vuelo para aprendices”.
-Bahh…¿me estás tomando el pelo? – le preguntaba riendo a Rosa
-No. no….te lo juro…no te fíes del titulo, que no tiene nada que ver. – me decía totalmente convencida. – yo lo he leído y es un libro maravilloso!.
Mientras me dirigía a la librería, iba pensando en lo absurda de la situación: me he ofrecido ir a comprarle a Rosa sus regalos de Navidad, que aunque tengo una relación comercial y es proveedora, no la conocía tanto, y de hecho, tampoco me había pedido que fuera , fui yo que al verla tan desesperada me ofrecí. “seré tonto!” pensaba. “Bueno, si es un libro tan especial compraré uno para mi, y ya tengo un complemento para los regalos de Navidad” reflexionaba intentando justificarme.
Era un día frío y estresante, pero al final, llegué a esa librería. Tenía poco aspecto de librería. Puerta pequeña de madera con cristales cuadrados. Fuerte olor a incienso. Y me cruzo con una señora, probablemente la jefa, que en ese momento sale de la tienda.
Ahora vuelvo. No estaré más de un minuto…te apetece café, o cortado o algo?
Miro para ver confirmar que está hablando conmigo, porque la verdad sin conocer a nadie no te van ofreciendo cafés…pero como fue tan inesperado…le dije
“Cortado…pero tengo monedas si quieres”
La seguí con la mirada como cruzaba la calle y se metía en un barucho.
Joooder!...Con el estress que tiene todo el mundo y yo aquí. En no se sabe que librería esperando que me traigan un café. Si es que igual no es la librería, pensaba. Pero tenía toda la pinta.
Mientras esperaba el café, me saqué el Barbour y la bufanda. Y lo colgué del respaldo de una de las dos sillas. Miré la estantería. Todo eran libros de esos de Autoayuda y esotéricos. Me pareció leer algún titulo sobre el Tantra. Y habían varios sobre yoga…
A decir verdad, la librería no estaba mal puesta. No era grande pero tenía cierta gracia…si no fuera por el olor ese…
Sonreía. No podía hacer nada más que esperarla. Pero iba notando como me iba relajando. Entonces llegó la señora con los cafés.
“siéntate, por favor” mientras dejaba mi cortado y su café en el mostrador.
“azucar…?”
“si gracias…una cucharada…Muchas gracias por su amabilidad pero yo sólo vengo a comprarle un libro.., ” le dije sonriendo. Igual se había confundido y se debía confundir con otra persona…
“si,si…ya me lo imagino…todavía me quedan varios, pero los he vendido muy bien. Si quieres la semana que viene la escritora nos dará una charla aquí mismo y estás invitado”.
De pronto me di cuenta que no le había dicho que libro quería! Se estaba confundiendo de persona.
“perdone…es que no le he dicho de que libro se trata” le insinué educadamente.
“de tu, de tu…por favor” respondió sonriendo. “no hace falta que me digas el libro porque es el de “curso de aviación..”
Me quede no sorprendido. Sino acojonado. ¿Qué era aquello? Y quién era esa señora?
Me di cuenta que me había levantado de la silla un poco nervioso, y ella también se dio cuenta y me intentó tranquilizar.
“no te asustes…pero he adivinado el libro que quieres porque ya habéis sido bastantes los que como tú, han llegado por primera vez a está pequeña librería buscando el mismo libro…cuantos quieres?”
“Joder con la tía. Además sabe que quiero más de uno, y eso tampoco yo se lo he dicho y creo que es más difícil de deducir…” pensaba
“Me llevaré seis ejemplares…si es tan especial…”
“Si que lo es…además de ser muy especial, cada ejemplar va con una carta que tienes de escoger personalmente. Es la tarjeta de tu suerte…” me dijo totalmente convencida.
“ pero tres de los libros no son para mi, y no sé para quién son!”
No te preocupes, pero lo único que pasa es que si no eligen la carta, no les funcionará…En cuanto a tus tres libros, tienes que escoger la carta pensando en quién se los vas a regalar…”
“ Uno es para mi cuñado Ignaçi, que me a tocado como amigo invisible…Otro para mi hermano Toni y el otro para mi..”
Sacó una baraja de cartas del tarot. Y sin que me dejara verlas, colocó cada carta en los libros que le indicaba.
Apuntaba en Boli en la primera hoja de cada libro el nombre para quién era el libro con mi elección de la carta para cada uno.
Mejor que no mires las cartas hasta que regales el libro. Y tu hasta que lo empieces…
Luego otra carta de la caja de cartón de donde las sacaba y me la enseño. No era bien bien del tarot, porque las cartas tenían una pequeña descripción.
Pague 12€ por cada libro y no me dejó pagar el cortado. Era una persona muy amable, y con el tono de voz muy relajante. Parecía que estuviera realmente en otro mundo, sin prisas. Y creo que lo estaba.
Cuando salí de la librería me sentía sumamente contento. Era una sensación pera esa señora me había dado muy buenas vibraciones.
Calculé que había pasado casi una hora y media en esa extraña librería, hablando del libro y de muchas otras cosas, con una persona que no me conocía de nada, luego estuve pensando y no sé cómo pero llegué a la conclusión de que si me conocía. También era extraño que en ese intervalo de tiempo nadie hubiera entrado. Era como si estuviera esperándome.
Total que le lleve los tres libros a Rosa. Y cuando se los entregue me preguntó ¿Qué tal?
“ha sido increíble. En todos los sentidos”. Le dije a Rosa sin entrar en detalles
A veces pasan cosas que no entendemos porque pasan, pero creo que lo que pasó ese día estaba escrito que tenía de pasar.
Y para acabar os diré que regalé el libro con las cartas a cada uno.
Yo también me lo leí. En una noche!. Y debo de decir que realmente fue un libro increíble. A veces lo he buscado, pero no sé donde lo puedo tener porque no lo encuentro. Y me gustaría volverlo a leer a pesar de que casi nunca releo los libros. Mi cuñado tampoco se acuerda y mi hermano no recuerda ni que le regalara un libro.
El despacho de Rosa cerró. Y no sé donde trabaja. Alguna vez he pasado en moto por la calle travesera de gracia a la altura de la librería. he intentado acordarme donde está esa librería para pararme y no la veo. No se si han cerrado… Tal vez algún día lo encontraré.
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