miércoles, abril 18, 2012

La cena con casas III




Esperé ansiosamente hasta el lunes para volver al circulo del liceo. Esta vez debería de improvisar algo para poder quedarme un buen rato dentro de la sala “rotonda”
Mientras cerraba la moto aparcada en la ramblas, iba pensando que carajo podía decirle al portero para que me dejase entrar. Entonces, se me encendió la luz, esa que siempre se enciende cuando la necesitamos.
Me fui a hablar con la estatua humana que iba vestida del discóbolo griego. Cierto que el cuerpo no era lo mismo pero impresionaba lo bien que lo hacía el hombre. Y más que eso, impresionaba el tiempo que era capaz de estar en esa posición tan forzada.
"Que te doy 50 euros si despistas al portero y dejas que me cuele cuando se gire para llamarte la atención" le decía yo
" Te lo despisto por 100 ! " me decía el discóbolo sólo moviendo los labios, sin ni tan siquiera mirarme
“Ok por 70 lo cerramos Ok? “
Hecho.
Abrí mi cartera y vi que solo tenia o 60 o 100...que burro soy! lo podía haber mirado antes...Discóbolo se hizo cargo y se conformó con los 60 euros.
Y así fue como mientras el discóbolo recubierto de papel albal le cogía el cenicero en el mostrador al portero, y se hecho a correr, el portero no lo dudó y fue tras de él. Ya estaba dentro, solo hacia falta vigilar que no apareciera nadie.
Permanecí cinco minutos asegurándome un rato de que no subiera nadie y entoncesme dirigí a la sala rotonda, para acceder a la trampilla. Sabía donde estaba el interruptor, así que lo presioné y se encendieron los focos de los cuadros. Me fui directo a la trampilla, pero anes me di un susto de muerte cuando me di cuenta de que el cuadro del automóvil estaba en su sitio.
Joder! Ya deben haber encontrado al ladrón, fue lo primer o que pensé.
Me tranquilizo saber que habían encontrado el cuadro, aunque me sorprendía con la discreción que se había llevado todo el asunto. ninguna mención por ningún medio de comunicación, ninguna alarma de que se hubiera robado el Casas. Absolutamente nada.
En el fondo estaba un poco decepcionado conmigo. Por algún instante debo de reconocer que pensar que pudiera descubrir la pista del cuadro, me hacia subir la adrenalina. Ahora todo había pasado. Seguramente la Sra. Soler ya debía estar en casa. Se debió despistar la señora por el principio de alzheimer que padecía, y probablemente durmiera un parde días en algún hotel de lujo de la zona.
En fin, que apagué los focos contemplando los cuadros como desaparecian en la oscuridad y abrí la gran puerta de madera, salí y la cerré detrás mío. Ok todo solucionado, mientras me dirigía a la escalera...cuando de repente se me ocurrió que no podía dejar el “circulo” sin averiguar que coño era la palanca metálica situada en el armario camuflado debajo del cuadro.
Volví sobre mis pasos, volví a abrir la puerta, abrir la luz. Y me dirigí hacia el armario camuflado.
ahora era todavía mas complicado de darte cuenta porque, la oscuridad del ambiente hacia que tu mirada inevitablemente se dirigiera hacia el cuadro iluminado.
Pulse fuerte con el dedo la pestaña que ya conocía hacia abajo y el portón se abrió.
Metí la mano y estire fuerte de la palanca mecánica cuando me di cuenta de que se esta ba abriendo el suelo. Eso si, sorprendente que se abriera el suelo con tanto sigilo, cuando al fin las losas del suelo se detuvieron quedó un espacio de un metro de ancho.
Joooder! Estábamos apañados.
Se podían ver perfectamente unas escaleras de piedra que se perdían en la oscuridad.
Que miedo....pero el nivel de adrenalina me volvía a hacer hervir la sangre....y empecé a bajar las escaleras hacia las tinieblas....

1 comentario:

latorres dijo...

Vueeeelve!,,,,,