miércoles, marzo 24, 2010

Acatar la sentencia

Estaba hundido. Nunca me hubiera imaginado que un día entraría en la Modelo.
En el momento del juicio, cuando el juez me miró y sentenció “la pena son pasar tres meses durmiendo en la cárcel además de una multa de 3000 euros.
La multa me daba igual pero dormir en la cárcel no me hacía ninguna gracia. Era reincidente en conducir ebrio. La primera vez fue hace dos años y me sacaron el carné de conducir durante 6 meses.
Desde aquel momento fui con mucho cuidado. O no bebía o si me iba de juerga cogía un taxi. Pero esa noche hice una excepción. Maldita noche!. No debí haber cogido el coche. Si no hubiera querido ir al Otto Sutz!, no hubiera pasado por ese control de Gala Placidia. ...
Recordaba imágenes de películas en que se producían violaciones en la cárcel.
Pánico era la palabra correcta. “Suerte que entro sólo para dormir”, me intentaba consolar. Pero hostias! Vaya puta gracia que me hace!. Tres meses. Además mi trabajo me obliga a viajar entre semana. Probablemente perderé el trabajo.
Yo estaba confiado que se arreglara con una simple multa. Por muy cara que fuera. Ya me había hecho a la idea de no tener vacaciones y las pagas extras invertirlas en pagar la multa. Por no llamar, no llamé el día del juicio ni a Luis ni a Victor, mis amigos abogados para asesorarme. Estuve defendido por un abogado de oficio. No avisé ni a mis padres ni a mi ex mujer de que tenía un juicio por un delito de reincidencia. Ellos no sabían nada pero me lo merezco. Es que con esto de los juicios Express sólo pasaron dos días desde el sábado.
Ya lo sé. Poco sirve ahora lamentarse. Ya tendré tiempo de hacerlo. Además sólo me tome dos Gin tónics! (el vino de la cena en casa de mi hermano, no lo cuento…)Ya sé que está mal, pero no he robado nunca nada ni he matado a nadie. Osti,osti…no me lo saco de la cabeza.
Sólo imaginarme a los compañeros que me puedo encontrar en la celda me vuelve a entrar el pánico.Joder!...que marrón.
Mientras camino hacia el portón de madera de la calle Entenza. Noto que los pies me flaquean. Me identifico y me acompañan. Camino por un pasillo entre celdas donde me dicen de todo. Es como en las películas. Me abren una celda. Me quiero morir. No estoy sólo, sino con tres personas más. Uno me mira y me señala a mi cama, la cama de arriba de una de las dos literas. Sólo una bombilla y sólo un asqueroso vater. Tengo que dormir tres meses ahí. Dejo mi bolsa de Napapijri en una esquina de la cama . Me descalzo y me estiro vestido. No quiero imaginarme nada. Mañana intentaré hablar con los compañeros de celda, para que me protejan. No sé como se lo plantearé. Ahora intentaré dormir. Me tomo una dosis doble de orfidal y miro fijamente el filamento de la bombilla como oscila incandescente. Entonces suena una sirena y se apaga. Lloro en silencio no sea que me oigan y que me intenten “consolar”. No sé si lo aguantaré.
Por un jodido Gin Tónic de más.
¿Quien era que decía que de lo malo siempre sale algo bueno? Que difícil es sacar algo positivo de ello…
Entonces despierto. Y me doy cuenta que es un sueño. Pero un sueño que tiene un protagonista real. El cuñado de Marta G. mi compañera en el despacho. Fue a él al que pararon el viernes por la noche, después de cenar y tomarse dos copas en su casa y lo declararon culpable y reincidente. El es el que está separado, y el que viaja por trabajo todas las semanas, y el que llevaba un gin tónic de más y el que tendrá que dormir en La Modelo durante tres meses. La pregunta es ¿valía la pena arriesgarse?. La respuesta no admite duda. Un rotundo no. Esperemos que lo supere porque psicológicamente para él será una dura experiencia. Probablemente inolvidable…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se puede perder todo por culpa de las drogas. Y el alcohol no se escapa de ese precipicio donde cae la vida cuando la tiras solito. Yo no bebo porqué no me gusta el sabor de las bebidas alcohólicas. No es una cuestión de principio ni nada por el estilo. Perderlo todo, arriesgar tu vida y la de los demás es un sinsentido. Tengo claro que no vale la pena y la gente, en teoria, también lo tiene claro. Mi pregunta es por qué si todo es tan claro y diáfano, se siguen arriesgando de esta manera? No es solo que te paren eun control. Eso es solo la evidencia de la realidad. Es que tejuegas el todo por la nada. Un absurdo, vamos. Y lo que es aún mas grave, por qué demonios reinciden??? Que complicados somos, no?

foncu dijo...

Son cosas inexplicables. Creo que mucho más propio de los hombres que de las mujeres. Nos lanzamos sin valorar las consecuencias. Y aquí meto la copa de más, muchas veces absurda, una infidelidad esporádica fruto de un calentón. o un exceso de velocidad que no te lleva a nada. Son ejemplos de lo estúpidos que somos. En especial los hombres. Bueno, para que no se enfade "mi genero" cambiaré estúpidos por viscerales...pero en el fondo es lo mismo...