domingo, enero 23, 2011

Vuelo rasante. Por encima del agua.


Suenan  los primeros compases del Réquiem in D minor K626 de Mozart. La música está bastante alta, como a mi me gusta (ventajas del IPOD, que no molestas a nadie). El cielo azul intenso como pocas veces. Tan azul, que incluso sorprende el contraste de los dos azules en la línea que los separa. Viento creo que será suficiente. Un poco mar de fondo. Frío, bastante, pero con el neopreno térmico y las botas de agua, solo lo noto en la cara, un poco en la frente y en los pómulos, en donde no me tapa las gafas polarizadas Oakley. Las mismas que regalaron a los mineros chilenos. Esas que se no reflejan los brillos en las olas.

Vamos allá. Si esto debe de ser una mariconada!
Parece que es como todos los barcos. Aunque todavía no he cogido la velocidad para volar. Cazo la escota, El barco empieza a escorar. Los movimientos míos son muy prudentes, propios ya de una persona entrada en la madurez, y me empiezo a colgar a medida que el barco, o lo que sea ese cacharro va adquiriendo velocidad. Y los tambores del réquiem no cesan. Es justo en el momento que suena el trombón y el tenor con su potente voz, me debe querer decir algo que evidentemente no entiendo pero a juzgar por el tono parece enfadado, yo no le hago caso y extiendo ya del todo mi piernas, cuando el barco se acelera y de golpe se eleva, y me doy cuenta que me dirijo a toda velocidad hacia el hotel vela. Pero volando. Estoy volando. Entones entra el coro, los violines, las violas. Debe ser la suma de todo. Pero me da la impresión de que el mismo Mozart desde allá arriba me debe estar mirando muerto de envidia, al verme volar por encima del agua. El corazón lo noto. Calculo que las pulsaciones las debo de tener casi al máximo. En mi pulsómetro eso deben ser por las 195 revoluciones por minuto. Pero me da igual. La sensación es única. Debo de ir pensando en virar y dirigirme hacia mar abierto, porque voy realmente rápido. Pienso en lo que deberé de hacer mentalmente antes de virar. El agua debe estar muy está fría, y muchas ganas de mojarme no tengo. Cuando cuente a tres. Dos. Uno. Ya. El barco traslucha y la vela cambia rápidamente de lado, el barco ya ha girado. Pero no he sido lo suficiente ágil para colgarme rápido.
Pasan unos segundos interminables. Pienso que no me tengo de poner nervioso aunque este en el agua, debajo del agua, liado con la escota. Lo más curioso es que no noto frío, ni me pongo nervioso, la música sigue sonando. Siento el coro del réquiem , van por el IX domine Deus, parece que me intenten animar para que salga de ahí. Debe hacer 30 segundos, y ahora que lo pienso no sé cuanto tiempo puedo aguantar debajo del agua. Un minuto y medio?. Está bien me daré prisa. Pienso que el coro se está poniendo más nervios que yo. Debe haber pasado un minuto porque no tengo todavía la sensación de que me falte el aire. Probablemente debajo del agua los segundos pasan más lentos. Mucho más. Si ya lo pensé cuando me dejaron ese barco. Foncu! Que te harás daño!...y yo sin hacer caso. Me debo haber enganchado con la escota.
¿Qué pensabas? ¿Qué era coser y cantar?. Pensando en lo del cantar. Me gustaría tener buena voz. Cuando cantan, se deben emocionar tanto como yo lo hago cuando les escucho…me diréis que soy un carca, que esas cosas ya no pasan…
Subo otra vez al barco o a ese inventillo de 3,5 metros que me ha dejado probar Román. Por suerte es muy ligero y desvuelca bastante rápidamente. Porque eso de volcar tiene su gracia. Pienso en una ducha calentita y además los del coro ya se han tranquilizado y yo me vuelvo al puerto después de experimentar unas sensaciones muy difíciles de explicar. Lo que no entiendo es cómo el Ipod no ha dejado de sonar, ni cuando estaba debajo del agua. Será que no querían interrumpir el réquiem...será eso.
Os envío un link para saber que es eso del moth. ¿Ves Lino que pasa? Si es que me provocas....

viernes, enero 21, 2011

Cuando la experiencia resta


La pregunta es ¿porqué negamos la incompetencia de uno mismo en miles de temas?
Probablemente para no perder credibilidad. A veces por prestigio (si algo queda de eso…), o porque a uno no quiere, sobretodo a una edad, que le dejen en evidencia. Tengo una amiga que es muy buena directora de marketing. Es muy curioso, pero no sabe mucho de nada, pero tiene una característica fundamental que es una capacidad especial para reconocer a la gente de la que se puede fiar. Y eso es un don que le ha llevado hasta muy lejos.
Alguien me dirá. Pero ¿algún tema tendrás en que seas competente?. Digo yo…Pero no creáis que lo tengo muy claro…puede que el hecho de ser consciente de mis muchas deficiencias sea la mayor de mis pocas virtudes.
Todo esto me hace pensar sobre el hecho de si debo retirarme o emprender nuevos caminos, y aquí es dónde se debe despertar la parte femenina que debo de tener dentro, y que no paró de darle vueltas a cosas que no solucionan nada. (virtud tan poco práctica…dicho sea de paso).
Si uno tiene una enfermedad, pues se asume….más o menos con la dignidad que uno pueda y su enfermedad le deje, pero le cambian sus valores hasta adaptarse a los nuevos escenarios. Con unas limitaciones evidentes pero también con nuevas expectativas. Con mucho recorrido, aunque sea sólo en un terreno emotivo y sentimental.
La experiencia nos da unas cosas realmente importantes. A veces tener de estar en lugares que uno no quiere pero sabiendo que es lo mejor para uno mismo. Nos cambia la visión de las cosas y la perspectiva.
Pero la experiencia puede servir en muchos terrenos. En la medicina, por ejemplo o en tantas y tantas profesiones, Pero no en publicidad.
Pero el “virgencita, virgencita…que se quede como está….es el peor de los consejos que alguien puede darte.
Pero también la experiencia nos quita otras cosas, que para muchos trabajos son básicas. El desparpajo, el asumir las equivocaciones, el no tener nada a perder y mucho a ganar, el decir y hacer lo que uno piensa son características fundamentales de la “no experiencia”. Y esto a veces se relaciona con la edad, pero no necesariamente.
La “ignorancia consciente” te ayuda a sobrevivir, a prepararte para salir de ese estado momentáneo, intentándose preparar uno para ser un poco menos ignorante. La “ignorancia inconsciente” es la peor, no sabiéndola reconocer hace que te deje en situaciones comprometidas, pero como uno no es consciente le es indiferente….Ayer comentaba con mi buen amigo Lino, el hecho de que después de llevar tantos años en publicidad, creo que no podría ni enseñar a un “training”, es decir, a la gente joven. Porque poco puedo enseñar más que algo de psicología. La experiencia en publicidad produce un efecto negativo. No puedo enseñar algo que tampoco en los cursos de masters del universo tampoco sabrán enseñar. Es todo demasiado nuevo y cambia muy deprisa. Dudo mucho que un catedrático de publicidad sepa más que un inquieto jovencito sobre el Facebook, blogs o tecnología.
La verdad es que creo que en un equipo el buen jefe es aquel que cree que cada uno de sus subordinados es más bueno que él en un terreno determinado, pero aceptar y asumir esto precisamente sólo está en manos de unos pocos privilegiados. La diferencia Lo bueno de lo excelente.
Es lo que distingue la visión de futuro del futuro sin visión.
Así que… vosotros mismos. Porque la vida le da a uno, ni más ni menos lo mismo que ese uno le da la vida. ¿Tantos años “gastados” para concluir que la experiencia es negativa?....Pues vale….como se llamaba eso? ¿Feisbuck?
De la experiencia me quedo con el criterio que le da a cada uno y de la no experiencia me quedo con todo lo demás!!!
pd: Si no crees que la experiencia resta es que debes de ser uno con mucha experiencia...

martes, enero 18, 2011

Intentar no sonreir.


No habeis podido. Lo sabía...es que es imposible no sonreir!

Cuando mi amigo Ignacio, el piloto, me preguntó que debía estudiar su hija Elena, que le atraía este mundillo de la publicidad no supe que contestarle. Y eso, para uno que lleva ya algún tiempo en este oficio desde diversas empresas con diversas perspectivas, el no saber que contestarle es complicado.
Antiguamente lo que se llevaba era el estudiar Periodismo para luego especializarse en Publicidad. Pero hoy en día sinceramente no creo que sea lo más efectivo.
Porque todo está cambiando tan rapidamente que no hay manera de estandarizar un aprendizaje. No vale todo. Pero lo malo es lo que valía antes ya no vale. La experiencia en este sector no sólo no es una ayuda sino que es un freno.
Nos tenemos de cuestionar todo desde el principio. El porqué una empresa que no se anuncia en el mundo de la moda consigue ser la número uno (Zara) y otra empresa que no para de anunciarse (Mango) también le va muy bien. Entonces…¿qué es lo que está pasando? ¿Porqué no lo sabemos explicar?.
El secreto es que no hay secreto. Zara evidentemente hace publicidad. Aunque no sea de la manera que todos lo entendemos, utilizando hábilmente el precio y el boca-oreja como pilares de su comunicación. También es cierto que hacen mucho Internet.
Tampoco Internet por bien que funcione es la “panacea”. Es complicado hacer de un producto nuevo un éxito por haberlo anunciado unicamente por Internet.
En realidad le dije a Ignacio que lo que creo fundamental es tener un cierto sentido de criterio y que Elena estudie comunicación o lo que quiera pero que deberá entrar como sea en una empresa de futuro, esto es de “on line” pero no convencional. A poder ser especializada en Redes sociales o bien en publicidad a través del móviles, el indiscutible rey de todos los aparatos de futuro.
Desde luego Elena, que ya lleva 4 años estudiando en Suiza, el tema del idioma lo tiene superado, indiscutible ventaja. Lo más importante será saber explotar su motivación.
Lo del criterio, es un tema complicado. En mi opinión es más efectivo estudiar psicología que periodismo, y si me apuráis hasta latín.
Lo importante es que Elena se meta a trabajar en una empresa de futuro, aunque sea gratis, y su padre “en cubierto” le pague el sueldo, si fuera necesario. Eso es parte de la formación, desde luego. Otro tema fundamental es que no pierda la motivación. Porque si alguien le tiene de enseñar algo es el jovencito de 22 años que lleva cuatro años en temas de innovación y no un “carca” como yo que nos está cambiando el mundo en nuestras narices y no sabemos como reaccionar.
Si alguien se tiene de comer el mundo es Elena. Cuando hoy, en una comida, con compañeros del sector ,que plantearían una estratégia  de comunicación para nuevo cliente y me comentaban que estudiarían el perfil del consumidor, sociodemográfico, es decir la edad, y la clase social, para presentar una propuesta, los he mirado y he pensado ¿pero es que de verdad nadie entiende que es lo que está pasando?
El ejemplo de O2 (Una empresa de telefonía inglesa muy potente) en el patrocinio de un concierto en Londres, que concretaba con los organizadores del evento que no querían ni una valla ni cartel de O2, que todo el mundo ya conocía la marca. Que lo que querían es que los que tenían móvil contratado con O2 no tuvieran de hacer cola, y que pudieran estar en el salón de Vips tomándose algo con los cantantes. Y eso es lo que genera la experiencia real y efectiva que hace que la nueva forma de comunicación tenga algún sentido.
En cualquier caso una buena creatividad siempre será efectiva y sino, ¿porqué habéis sonreído al ver la foto de mis dos compañeros?....y no me lo neguéis, que no me lo creeré….A cuidarse.