Me pensaba que
desde que hacía tanto deporte ya no me pondría enfermo y que me inmunizaba de alguna
manera. Pero esta vez ha fallado. Y hoy me he quedado en dique seco. Realmente
poder navegar los viernes por la tarde es un placer. Me siento un privilegiado.
Es normal que
cada vez seamos un grupo más numeroso. Aproximadamente unos 30 masters. Uno es
master de Laser cuando se hace viejo (más de 35 años), pierde algo de memoria,
le duele siempre algo del cuerpo, y sale a navegar los viernes…
Soy muy
consciente que nunca seré un campeón de la vela. Ni lo pretendo. Sólo aspiro a
disfrutar de lo que hago.
La gente
normalmente se cree que navegar en Laser y en invierno es un suplicio. Nada más
lejos de la realidad. El suplicio es pensar que deberías estar ahí cuando no
puedes.
Es cierto que
estoy aprendiendo a conocer mis limites. Sé que por encima de 15 knts de viento
empiezo a sufrir y que dos volcadas significa el volver a casa rápido. Porque el
cansancio hace mella. Simplemente es tomar las decisiones cuando uno se las encuentra.
En el mar cada día es diferente, el mar y el viento cambian constantemente pero
eso todavía lo hace todavía más atractivo.
El deporte hace
que uno genere endomorfinas, y estoy seguro que la sal del agua las multiplica.
2 comentarios:
Leo que vuelves con las notas azules, y con la valentía de skate otras de otro color. Siempre tendrás aquí un lector.
Muchas gracias Fredy...a recuperar el tiempo perdido...o ganado...qui lo sa?
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