martes, mayo 13, 2014

La extraña llamada 2

Estuve todo el día pensando el que hacer con esa carta náutica.  Tenía muchas preguntas sin contestar. Qué hacía que esa carta estuviera tan valorada? Porqué? Como sabían de su existencia? Como sabían lo de mi abuela?
Quién era esa tal Lersundi ?
Lo primero que hice fue descolgar la carta de la pared, sacarla del marco de cristal y mirar había “algo” , alguna señal o alguna marca que indicara algo relevante.
Si que habían trazos en lápiz, y alguna cruz como si fuera una marcación, y  también anotaciones de horas , pero como eran cartas que se habían usado nada hacía pensar  que hubiera algún tesoro escondido o algo parecido.
Pero tenía que haber algo. No me podía creer que alguien pagara 60.000 euros por una carta náutica. 
Le di la vuelta a la carta y tampoco había nada que hiciera pensar que tuviera ese valor.
Después de dos horas intentando ver algo raro en esa dichosa carta me daba por vencido y tiraba la toalla.
Lo había decidido. Llamaría a Lersundi y le diría que lo había encontrado.
Además bien pensado ese dinero me iría bastante bien.
Consulté en la Wikipedia a ese tal Lersundi y simplemente indicaba que  murió en el noviembre de 1874. Según la fecha de la carta náutica era de 1856 por lo que probablemente fuera cierto que él la había presentado a S.M. (Me imagino su majestad) . Lersundi había sido militar y político….pero ninguna referencia de si tenía  familia ni de que hubiera ningún tesoro. En fin, un tipo sin pena ni gloria.
Quedé con Francisco al día siguiente a las 11h. El traería el dinero y yo le daría la carta.  Era lo más fácil.
Me costó dormir pensando que si había hecho lo correcto. Otra persona más aventurera y con recursos  hubiera cogido el mapa y se hubiera presentado en la embocadura de San Jorge con un compás y un gps, alquilado un barca y un submarinista y habría ido a el punto exacto donde se situaba la cruz, a escasos metros del meridiano 0 el llamado de Greenwich. Pero uno con ya casi 50 años no está para tonterías.! En cualquier caso hice varias fotos de la carta…por si las moscas,
Al día siguiente tocaban por el interfono  a las 10.50.
Seguro que es Francisco- pensé- , todavía no me creo que venderé una carta por 60. 000€.
-Hola Francisco -  le dije mientras abría la puerta de mi casa- Adelante
- Hola. Gracias – me dijo Francisco
Parecía educado aunque demasiado formal. De unos 40 años con bigote, con la cara agrietada del sol , debía de ser o navegante o pescador, pero seguro que se pasaba muchas horas al sol!.
Le hice sentar en el sofá y le ofrecí una Estrella, la única bebida fresca que me quedaba en mi triste nevera.
-       Bueno…aquí tengo el mapa. Me traes el dinero?
-       Si ,si… claro!. Cuéntalo -Me dijo abriendo una bolsa de deporte y colocando los fajos de billete encima de la mesa del salón. Parecía que todo era correcto
Empecé a contar el dinero mientras él sacaba la goma de pollo y Lersundi desenrollaba  la carta del Canal de Bristol para mirarla!.
-       Perfecto!. – Decía Francisco mientras volvía a enrollar la carta! Te propongo un negocio?. Me proponía.
Ahora si que yo ya no entendía nada. Un señor que no conozco me llama hace dos días, me compra una carta  y me propone un negocio???
-       - No sé quien eres. No  se que pretendes. Me pagas 60.000 euros por una carta náutica y ahora me dices que me propones un negocio?- Le respondía con cierta incredulidad
      -No has encontrado nada en la carta,  porque no hay nada que buscar en el mapa sino tienes las pistas que tengo yo en una carta que me dejo mi bisabuelo. Créeme. Puede ser algo importante…- me decía dejándome leer una carta que parecía auténtica.

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