martes, abril 21, 2009

Ferrán Adriá

Es curioso lo de Ferrán Adriá. Y es que según el Financial Times es el español más influyente. Lo ves físicamente y da la sensación de sucio, sin afeitar y con la camisa por fuera con barrigón cervecero… Hoy lo he visto en las noticias, porque le han concedido el premio al mejor restaurante del mundo ( por quinto año consecutivo!). Lo oyes hablar y se te cae el mundo a los pies. Como puede ser, si parece inculto y además tartamudea. Pues a pesar de todo ello debe de ser un tipo muy especial. Tiene muy claro que lo que no busca son premios sino que la gente disfrute. Y experimente. Y eso debe ser la ostia porque con la facturita de marras que te debes encontrar, ¿ no fue un restaurador inglés que hizo un “sinpa” y la policía lo buscaba porque pensaba que lo habían secuestrado?. Tiene delito el tema.
Coincidí por casualidad con él, en una fiesta de la revista Elle en Valencia hace unos tres años mientras hablaba con Andrés Sardá, Ferrán se acercó para saludar… al sr. Sardá, claro, que os pensabais. Pero Ferrán Adriá educadamente se presentó. Estuvieron durante cinco minutos charlando animosamente y yo boquiabierto como espectador de lujo. Y es que resulta de que Andrés había estudiado restauración en Paris, durante casi tres años en cursillos de tres semanas, mientras que Ferrán Adriá consiguió tocarle el pecho a una novia suya, pero sin haberle podido soltar el complicado cierre del sujetador de la marca de Andrés Sardá. Y los dos se reían pensando en lo gracioso de la situación.
Después de esta anécdota. Mi opinión sobre él cambio. En cualquier caso debería pasar la prueba del público, que no es más de dejar que sus clientes pagaran lo que quisieran, en función del grado de satisfacción. Y entonces se comprobaría realmente si lo que paga la gente corresponde a lo que cobra.
Y es que esto que parece una falacia, es precisamente lo que hizo el propietario de un restaurante que adaptándose a la crisis, no quería cobrar un precio a sus clientes sino que lo que dejó es un sobre vacío en cada mesa, comentándole a los comensales que pagaran lo que quisieran, o mejor dicho lo que consideraban que tenían de pagar.
Por la noche hizo el recuento, el propietario no daba crédito a lo que veía. Había ganado más que si hubiera cobrado el menú habitual.
Por eso si la satisfacción fuera la misma, ¿pensáis que los clientes del Bulli pagarían los 300 euros del menú?. Yo tampoco.
Para mí. Sería justo de que funcionáramos así. Hubo un grupo ingles de rock que decidió pasar de la discográfica y decidió que la gente se bajara el disco por Internet y que pagara lo que quisiera. Pues bien lo mismo. Se forraron y eso da que pensar. Hay que asumir que las cosas cambian y que las discográficas no pueden cobrar lo que cobran por los CD´s. Y si se hunden, pues que se hundan. Se lo merecen.
Para mi todo eso de los derechos de autor sí que se tienen de considerar, pero no pagando las barbaridades que se pagan. Yo, si bajarme un disco legalmente me cuesta dos o tres euros los pagaría. Si me cuesta 20 euros que me busquen.
Bueno lo dicho, a reservar una mesa en el Bulli, para dentro de dos años, y tener el gusto de anular la mesa el mismo día para irme con una amiga al Kaiku de la Barceloneta. Me encantaría. Si pa chulos yo.

El mono africano de cola verde

Hay que pensar en las oportunidades. Y aprovecharlas. Lo difícil es saber si realmente son oportunidades o más bien son designios del destino.
Y esto es lo que me pasó la semana pasada mientras paseaba a Fosc a las siete de la tarde por los aledaños de plaza Molina.
Mientras estábamos en la labor cotidiana de dejar “huella” en todos los árboles del barrio. ( Si os compráis un perro que sea perra) se me acercó un grupo de inmigrantes de piel morena. O sea negros, ( la Caixa lo llamaría nuevos residentes, que la pela es la pela) Al principio me asusté porque eran cuatro y la verdad es que no tenían muy buen aspecto. Pero el hecho es que se me acercaron muy educadamente y empezaron a hablar conmigo preguntándome en francés como podían ir para llegar a la Barceloneta. Fosc que al principio se mostraba nervioso acabó relajándose, a pesar de que uno de ellos, probablemente el más joven de unos quince años, llevaba un mono en el hombro. “Pues vaya perrito de “guarda y defensa” me he comprado pensé”. Si me tiene que salvar la vida lo tengo claro.
Entonces me habló el que parecía más mayor sobre el hecho que habían conseguido llegar a través de Francia, y que eran de Gambia. Y que me ofrecían el mono, por cincuenta euros, que era muy “educado” y que no tendría el más mínimo problema con él. Al principio yo me reí mientras les argumentaba la imposibilidad de tener un “bicho” así en casa. Ni me imagino la cara de mi mujer.
Pero entonces me explicaron que estaban en Barcelona de una manera ilegal y que si no colocaban al mono lo tendrían de matar. Porque era obvio que atraía la atención y más de la policía. Yo al principio me negó hasta que le dí la mano al mono y me miró a los ojos. Parecía tan humano!. No sé como pasó si en un ataque de inconsciencia pero los inmigrante se habían marchado dejándome con un mono. Y con cincuenta euros de menos.
“joder vaya marrón! – pensé yo
La verdad es que Fosc no le hacía ni caso, olisqueó al mono y se desentendió del nuevo “amigo”. A estas que acabé del paseo con el mono en el hombro, con la naturalidad de cómo si siempre hubiera estado conmigo. Fue impresionante. Acabé el paseo, y con el perro y el monito en el hombro me sentía realmente observado.
Sebastiana la portera se quedó de piedra al verme entrar en la portería. Cogí el ascensor y me miré al espejo pensando como podría explicar eso con una cierta coherencia a mi mujer y mis hijas.
“imposible de explicar” pensé. Todo lo que pueda decir o hacer desde el momento de que entre por casa será en vano.
Estuve unos segundos pensando en el rellano hasta que me decidí entrar en casa.
Cuando de repente oí la voz de mi mujer desde el salón que me comentaba sin verme mientras miraba el “pasa palabra”, “vaya paseíto…no?” “si supiera…-pensé”
La guerra estaba apunto de estallar…

(Seguirá…)

miércoles, abril 08, 2009

requiem

Tengo ocho minutos del adagio de Albinoni, que estoy escuchando a todo volumen a primera hora en el despacho. Media hora antes de que la gente entre.
El adagio de Albinoni, es espectacular solo tiene un pero que es la música clásica que se oye en casi todos los funerales. Porque emociona. Y el efecto es doble. Por un lado la emoción de la perdida reforzada con los acordes. Y hablando de muerte. Personalmente no es un tema que me preocupe ni que me angustie. A veces he pensado, si me pronosticaran un cáncer fulminante, que cosas me gustaría hacer en la vida que todavía no he hecho. Y me pongo en el lugar y que me gustaría hacer. Claro que mermado de facultades fisicas las ganas de hacer cosas supongo que cambian las prioridades. Adjunto una carta emocionante escrita por Gabriel Garcia Marquez cuando le pronosticaron un cáncer. Realmente impresiona. Y vale la pena recordarla:
" Si por un momento Dios se olvidará de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo. Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más. Entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen, escucharía cuando los demás hablan y ¡cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma. Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, una canción de Serrat sería la serenata. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas y el encarnado beso de sus pétalos...Dios mío si yo tuviera un trozo de vida... no dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero que la quiero. Convencería a cada hombre o mujer de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor. A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse. A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... he aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por vez primera, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre. He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas las cosas que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Si supiera que hoy es última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que ésta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos momentos que te veo, diría TE QUIERO y no asumiría tontamente que ya lo sabes.Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré. El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesites, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles lo siento, perdóname, por favor, gracias y todas las palabras de amor que conoces.Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos cuánto te importan."
Sin comentarios.