miércoles, julio 07, 2010
Stromboli
Quiso cumplir un sueño. Le dijeron que era sumergible. Con el cristal de zafiro. Sólo 500 unidades fabricadas.
Se encaprichó de ese reloj, como se podría encaprichar de un cuadro. Era un reloj muy grande, que al principio no le convencía pero con el paso del tiempo cada vez fue gustándole más.
Se le hacía complicado ahorrar los 8.500 euros que costaba el flamante reloj Panerai Luminor 1950 Rattrapante Regattta pero después de dos años lo consiguió.
Estaba tan feliz y orgulloso con su reloj italiano que se pondría en la muñeca. Tenía la muñeca pequeña y como el reloj era bastante grande le quedaba desproporcionado. Se parecía más a un reloj de cocina que a uno de muñeca …pero si era lo que quería….pues nada.
Tenía uno de los retos cumplidos y faltaba otro. Nadar la travesía desde el acantilado del Faro de caballería hasta Fornells.
Miró a su reloj y sonrió. Hoy quería cumplir su segundo deseo. Se tiró desde una altura de 30 metros y empezó a nadar hacia el Este. Un tramo largo para ir nadando pero que otras veces lo había hecho.
Ya en las primeras brazadas notaba como el peso del reloj le dificultaba el poder levantar suficientemente el brazo para nadar cómodamente. Pero el pensó que se acostumbraría. Se dio cuenta que aquella tarde a diferencia de otros días se le acercaban muchos más peces de lo habitual. Lo atribuyó a el reflejo de su reloj en contacto con el agua de ese tono de azul intenso del norte de Mallorca.
Pero él no tiraba la toalla. Sino que estaba empeñado en poder llegar nadando a pesar de la corriente en contra y de lo pesado de su reloj.
En dos ocasiones se le aproximaron un grupo de delfines. Jugueteaban con él y le rozaban la piel a gran velocidad mientras el seguía con su cada vez más inconstante ritmo. Ese día estaba más cansado de lo habitual y todavía después de hora y media nadando estaba a mitad de camino de su trayecto.
Su Panerai cada vez le pesaba más, hasta tal punto que decidió dejar de nadar croll para bracear. Así se cansaría menos. Se juraba una y otra vez que ya no volvería a nadar con reloj.
Al cabo de unos minutos se sentía exhausto. Se planteo la opción de deshacerse de su flamante reloj de 8.500 euros. Porque se daba cuenta que no llegaría. Pero voy a aguantar un poco más…con lo que me ha costado el reloj!... Pensaba…” igualmente y aún sin el reloj tampoco llegaría…” Había calculado mal la corriente, y tampoco contaba a con la siempre inesperada tramontana y se había precipitado ha cumplir ese absurdo reto que significaba llegar nadando hasta Fornells.
Ya no se sentía con más fuerzas. Un pescador pasó de largo y no lo vio. Ya no podía ni gritar ni tan siquiera levantar el brazo. Se desharía del reloj. Lo había decidido, pero sorprendentemente no tenía ya ni fuerza para desabrochárselo. Ya llevaba cuatro horas en aquel mar que tantos temporales y tantos naufragios había contemplado y que estaba a punto de cobrarse otra victima. Que absurdo! .pensó mientras el peso de su reloj le ayudaba a sumergirse. Le venían imágenes de su familia, de su infancia, de su mujer, de amistades mientras iba irremediablemente hacia el fondo del mar.
Debían ser unos 150 metros de profundidad calculó mientras contemplaba a los delfines que le intentaban con el hocico clavándole en el estómago devolverlo a la superficie. Se turnaban en la labor. Pero él parecía que ya había tirado la toalla…Vio la popa de un pecio semienterrado pero en el cual todavía se podía leer su nombre. “stromboli”.
Se despertó sudando. Había tenido una pesadilla…se duchó y comenzó su rutina diaria.
Llegó al despacho a la hora habitual, y la recepcionista le dejo un mensaje muy extraño: Te ha llamado un tal Horacio. Y que te dejará un mensaje. “El único superviviente del Stromboli fui yo!”
Miedo a la crisis o la crisis del miedo...
Dudo que salgamos de esta crisis.
Porque no se ve luz al final del túnel porque simplemente no hay túnel.
El problema es…¿que actitud tenemos cada uno de nosotros para hacer que las cosas cambien?. ¿Depende de nosotros?. ¿Podemos hacer algo?. No se trata tampoco de hacer un reset y empezar de cero porque no creo que esa sea la cuestión, pero si el intentar cambiar de actitud para enfrentarnos a ese “dragón” que es la crisis.
Desde la humildad, y si las cosas no funcionan de una manera, probarlas de hacer de maneras diferentes aunque eso quiera decir arriesgar. Porque no hay nada que frene más la iniciativa y la creatividad que el miedo.
Pero…¿qué tendrá que ver el miedo con la crisis? Pues yo diría que todo!. Porque el miedo hace que se tomen posiciones mucho más conservadoras, no se consuma porque además el miedo hace que se tenga miedo a perder el trabajo, a que te digan que no, a que no sea el momento de montar nada, a que cada vez más se piense en “pequeño”, a utilizar esa expresión tan “y si…” como queriendo decir que no hagas cosas porque te aparecerá un “y si…”
Entonces lo que necesitamos son dosis de confianza en nosotros mismos y perder el miedo en proponer o cambiar las cosas.
Dosis de imaginación. Mucho esfuerzo. Pero sobre todo y para superar el miedo ¡valentía!
Porque el ataque es la mejor defensa. Así que debemos ir saliendo de nuestras trincheras, y dejemos de culpar al entorno, porque el entorno lo hacemos entre todos agazapados, entonces hay que salir y tirar la primera piedra
-joder tio! Que daño me has hecho! que coño haces?
-Es que este post me ha animado a tirar una piedra
-Coño! Que era una metáfora!!!. Y además, hacia donde tiras la piedra?
- Pues no sé yo, pero para probar..¿no?
- grrrrrr….
Porque no se ve luz al final del túnel porque simplemente no hay túnel.
El problema es…¿que actitud tenemos cada uno de nosotros para hacer que las cosas cambien?. ¿Depende de nosotros?. ¿Podemos hacer algo?. No se trata tampoco de hacer un reset y empezar de cero porque no creo que esa sea la cuestión, pero si el intentar cambiar de actitud para enfrentarnos a ese “dragón” que es la crisis.
Desde la humildad, y si las cosas no funcionan de una manera, probarlas de hacer de maneras diferentes aunque eso quiera decir arriesgar. Porque no hay nada que frene más la iniciativa y la creatividad que el miedo.
Pero…¿qué tendrá que ver el miedo con la crisis? Pues yo diría que todo!. Porque el miedo hace que se tomen posiciones mucho más conservadoras, no se consuma porque además el miedo hace que se tenga miedo a perder el trabajo, a que te digan que no, a que no sea el momento de montar nada, a que cada vez más se piense en “pequeño”, a utilizar esa expresión tan “y si…” como queriendo decir que no hagas cosas porque te aparecerá un “y si…”
Entonces lo que necesitamos son dosis de confianza en nosotros mismos y perder el miedo en proponer o cambiar las cosas.
Dosis de imaginación. Mucho esfuerzo. Pero sobre todo y para superar el miedo ¡valentía!
Porque el ataque es la mejor defensa. Así que debemos ir saliendo de nuestras trincheras, y dejemos de culpar al entorno, porque el entorno lo hacemos entre todos agazapados, entonces hay que salir y tirar la primera piedra
-joder tio! Que daño me has hecho! que coño haces?
-Es que este post me ha animado a tirar una piedra
-Coño! Que era una metáfora!!!. Y además, hacia donde tiras la piedra?
- Pues no sé yo, pero para probar..¿no?
- grrrrrr….
las salmonas!
Otra vez me pasa aquello de que “donde digo diego quiero decir diego.”
Si es que, para una vez que tengo tiempo por las tardes… No os digo que cada día pero intentaré continuar con el blog.
¡Que bien se está en la montaña los fines de semana en que la gente va a la playa!. De hecho lo que hay que hacer es ir contra corriente, como los salmones.
Y hablando de remontar corrientes, es impresionante la especie de Salmón que nace en el río migra al océano para volver a poner los huevos en el mismo río donde han nacido.
Son los peces del género anádromo. Pues como yo, que ya he decidido acabar con mis vacaciones blogeras y seguir.
Es curioso la capacidad de adaptación del salmón. Primero en cambiar su metabolismo para poderse adaptarse al mar y segundo la capacidad de orientación para volver al río donde ha nacido para “desovar”.
-Joder, mira que tener que volver al mismo sitio habiendo nacido en un río gallego para volver y remontar en el mismo sitio
- Pues vale…cada uno es como es y si me entra la morriña…me entra…y ya está. Y si vuelvo al mismo río es porque no conozco otro…y es ahí donde quiero morir…
-Si …ya si yo eso lo entiendo, pero lo que no entiendo es como encuentras ese río después de dos años de navegar por el océano, con la mierda que echan los humanos, los chapapotes…
- Pues yo tampoco lo entiendo.
Pues con mi blog me pasa un poco lo mismo. No me conformo en concentrarme sólo en un libro y dejar mi blog apartada. Pues yo tampoco lo entiendo.
Hoy (ayer para vosotros) estaba con Diego y el famoso Lino, mi amigo bloguero que tanto me escribe tomando una cerveza en el Barbero, cuando se ha apuntado a tomar una cerveza con nosotros un tipo bastante curioso, conocido de Lino y Diego.
De apellido ilustre, de familia de rancio abolengo, hermano de ese individuo que vivía en Ibiza en una furgoneta, y que le cuesta expresarse. No se sabe si por consecuencia de las drogas que ha llegado a tomar o que “ya no da pa más”. Igual y a juzgar por el hermano, un poco de todo.
El susodicho ha empezado a describir la casa que se ha comprado, las motos que tiene, la navegada del fin de semana, etc, etc…que tío! tan potentado puede llegar a pensar uno. Hasta que se despide con cordialidad y se marcha. Eso si pagándole la cerveza al menda, ni el gesto, por su parte ningún tipo de gratitud por el insignificante hecho…Si es que los plebeyos es lo que tenemos.
Dicho elemento no ha parado de describir las excelencias de su nueva casa, y lo que le cuesta restaurarla, y la piscina que tiene en el ático, y el bonito jardín de palmeras de 40 años, y lo bien que se lo pasa en la costa brava…
Muy simpático eso sí… pero como cansa el chaval!...y en el fondo te das cuenta de que vive en una nube. No puede parar de demostrar. Es como aquello de la estupidez, uno nace o se hace?...Piensas que en realidad debe ser un desgraciado.
Y volviendo a lo de los salmones…¿no os parece increíble que después de recorrer miles de kilómetros por el océano, al cabo de 2 a cinco años decidan volver.
Es increíble, cuando empieza otra vez a remontar el río que a veces tardan hasta 5 semanas no comen absolutamente nada. Llegan famélicas cuando llegan y muchas veces se mueren al desovar, a veces por agotamiento otras veces por los depredadores.
Así que cuando estéis con la tostadita untada de mantequilla con la lámina de salmón a punto del bocado, penséis si valoramos si vale la pena acabar con ese pez para saciar la gula momentánea, y si vamos a comprar salmón, yo por lo menos asegurarnos de que sea de piscifactoría y no de los valientes que han intentado una proeza como esa.
En cualquier caso el merito es de las “salmonas”, como siempre ¿no? que son las que cargando con los miles de huevos remontan el río enfrentándose a los saltos de agua, polución, pescadores, alimañas…para desovar y acabar muriendo, mientras los salmones “machos” se quedan por los aledaños, en los bares de la zona siguiendo el futbol del mundial…Si es que…
Si es que, para una vez que tengo tiempo por las tardes… No os digo que cada día pero intentaré continuar con el blog.
¡Que bien se está en la montaña los fines de semana en que la gente va a la playa!. De hecho lo que hay que hacer es ir contra corriente, como los salmones.
Y hablando de remontar corrientes, es impresionante la especie de Salmón que nace en el río migra al océano para volver a poner los huevos en el mismo río donde han nacido.
Son los peces del género anádromo. Pues como yo, que ya he decidido acabar con mis vacaciones blogeras y seguir.
Es curioso la capacidad de adaptación del salmón. Primero en cambiar su metabolismo para poderse adaptarse al mar y segundo la capacidad de orientación para volver al río donde ha nacido para “desovar”.
-Joder, mira que tener que volver al mismo sitio habiendo nacido en un río gallego para volver y remontar en el mismo sitio
- Pues vale…cada uno es como es y si me entra la morriña…me entra…y ya está. Y si vuelvo al mismo río es porque no conozco otro…y es ahí donde quiero morir…
-Si …ya si yo eso lo entiendo, pero lo que no entiendo es como encuentras ese río después de dos años de navegar por el océano, con la mierda que echan los humanos, los chapapotes…
- Pues yo tampoco lo entiendo.
Pues con mi blog me pasa un poco lo mismo. No me conformo en concentrarme sólo en un libro y dejar mi blog apartada. Pues yo tampoco lo entiendo.
Hoy (ayer para vosotros) estaba con Diego y el famoso Lino, mi amigo bloguero que tanto me escribe tomando una cerveza en el Barbero, cuando se ha apuntado a tomar una cerveza con nosotros un tipo bastante curioso, conocido de Lino y Diego.
De apellido ilustre, de familia de rancio abolengo, hermano de ese individuo que vivía en Ibiza en una furgoneta, y que le cuesta expresarse. No se sabe si por consecuencia de las drogas que ha llegado a tomar o que “ya no da pa más”. Igual y a juzgar por el hermano, un poco de todo.
El susodicho ha empezado a describir la casa que se ha comprado, las motos que tiene, la navegada del fin de semana, etc, etc…que tío! tan potentado puede llegar a pensar uno. Hasta que se despide con cordialidad y se marcha. Eso si pagándole la cerveza al menda, ni el gesto, por su parte ningún tipo de gratitud por el insignificante hecho…Si es que los plebeyos es lo que tenemos.
Dicho elemento no ha parado de describir las excelencias de su nueva casa, y lo que le cuesta restaurarla, y la piscina que tiene en el ático, y el bonito jardín de palmeras de 40 años, y lo bien que se lo pasa en la costa brava…
Muy simpático eso sí… pero como cansa el chaval!...y en el fondo te das cuenta de que vive en una nube. No puede parar de demostrar. Es como aquello de la estupidez, uno nace o se hace?...Piensas que en realidad debe ser un desgraciado.
Y volviendo a lo de los salmones…¿no os parece increíble que después de recorrer miles de kilómetros por el océano, al cabo de 2 a cinco años decidan volver.
Es increíble, cuando empieza otra vez a remontar el río que a veces tardan hasta 5 semanas no comen absolutamente nada. Llegan famélicas cuando llegan y muchas veces se mueren al desovar, a veces por agotamiento otras veces por los depredadores.
Así que cuando estéis con la tostadita untada de mantequilla con la lámina de salmón a punto del bocado, penséis si valoramos si vale la pena acabar con ese pez para saciar la gula momentánea, y si vamos a comprar salmón, yo por lo menos asegurarnos de que sea de piscifactoría y no de los valientes que han intentado una proeza como esa.
En cualquier caso el merito es de las “salmonas”, como siempre ¿no? que son las que cargando con los miles de huevos remontan el río enfrentándose a los saltos de agua, polución, pescadores, alimañas…para desovar y acabar muriendo, mientras los salmones “machos” se quedan por los aledaños, en los bares de la zona siguiendo el futbol del mundial…Si es que…
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