Al principio me
daba miedo meterme sólo en el bosque.
La verdad es que
lo hago cada día de madrugada, y a veces es oscuro porque no ha salido todavía el sol . Suele salir cuando ya llevo
unos 20´ pedaleando. (hasta que cambien el horario).
Por supuesto
llevo gafas con cristales transparentes. A esa hora son la mejor opción.
Pero no te
aburres haciendo siempre el mismo recorrido? Me preguntarán algunos. De hecho
siempre encuentras algo diferente. Y además según tu estado anímico pedaleas
más intensamente o menos pero siempre cambia. Además el ir con bici eléctrica me
permite regularme la intensidad del pedaleo y por ende el bombeo del corazón, y con la ventaja de que si puntualmente
fallara una pierna con la otra puedo
seguir perfectamente.
Es muy curioso la
gente que me suelo encontrar (en el primer tramo hasta Can Borrell, luego suelo estar sólo) . Siempre es la misma. Algunos caminan en grupos y
otros van solos. En el fondo seguro que es su manera de meditar.
Es un ejercicio
muy recomendable y divertido. Simplemente hay que madrugar algo más de lo
habitual. Claro que a Fosc le doy de comer y lo paseo antes de salir en bici.
Cuando llego limpio
la bici con una manguera, la engraso y subo a ducharme.
A veces a las 10
am ya estoy en el despacho en Barcelona. Entonces desayuno algo y medito unos
10´. Teniendo en cuenta que vivo en Sant Cugat no está mal. Es mi actual forma
de encarar el día.
Forma parte de mi
rutina. Me encuentro bien y me ayuda a pensar en cosas. Me ahorro en psicólogos
y otras alternativas. Claro que a veces da pereza, que uno no es de piedra, pero ayuda el pensar que
algún día todo eso se acabará. Entonces superas todos los inconvenientes y
empiezas a pedalear.
Cada uno se
conoce físicamente. Yo sé que si me esfuerzo mucho puedo llegar a las 200 ppm (
pulsaciones por minuto) aunque prefiero no llegar y mantenerme entre las 130ppm
y las 180ppm. Cuando permanezco entre las 130 ppm y 150ppm el cerebro se activa
y se puede llegar hasta ser creativo
haciendo deporte. A partir de los 150 ppm la intensidad de los latidos y el
ritmo de la respiración hace incomodo el
pensar más que por donde tiene de pasar la rueda o cuanta falta para acabar la
loma y poder relajarte algo.
Ahora después de algunos
años de meterme en el bosque sólo, puedo constatar que me gusta. Cada día ves
los agujeros que hacen los jabalíes por la noche, y es inevitable pensar que te
los acabarás encontrando. De hecho, he visto muchos pero nunca en situación comprometida.
Pero no llamemos al mal tiempo. Además, el susto se lo llevaran ellos al ver a un tio vestido con esa pinta.
No creéis?
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