jueves, julio 26, 2018

La huida a Santa Ponsa ( capítulo disc.)


Cuando Gertrudis llegó a la isla de Mallorca, era Domingo y un mes de julio. Por lo que pasaba totalmente desapercibida como una turista danesa.
Tenía un contacto que le había proporcionado Philip Duschamp el director de la BNP de Paris.
Recordaba  la conversación telefónica desde el hotel de Copenhague antes de partir con el Cerveza hacia Barcelona.
“Pase lo que pase, tu y yo no hablaremos más”- le decía en tono amenazador Philip
“Si te pasa algo preocupante coges el primer avión para Mallorca.Te paso una dirección de un contacto, será la persona  que hará de puente entre nosotros”. “Se llama Catalina y vive en una casa a las afueras  de el pueblo de Santa Ponsa, te presentas y le dices solo una palabra :Cellini. Y ella te acogerá.
Gertrudis estaba asustada pero quería salir de Barcelona. Quedarse podía ser peligroso para ella.La habían descubierto en el bar de las ramblas donde trabajaba de camarera, y luego  había visto como Guillermo la observaba cuando salía de piso de Enrique Granados en donde había alquilado una habitación. De eso ya habían pasado dos días. Y Gertrudis sabía que si se topaba de frente con Guillermo no podría disimular. Todavía no había podido hacerse con el “encargo”, pero ahora lo prudente era marcharse durante una temporada.
El taxi del aeropuerto de Palma le dejo en el pueblo de Santa Ponsa. Que feo es!. La gran mayoría de gente paseando estaban descamisados y tatuados y muchos ya borrachos a las 5 de la tarde.
Ufff, en donde me he metido….- pensaba Gertrudis mientras iba andando por la playa hacia la zona de las casas donde tenía la dirección de Catalina.
La dirección que tenia y gracias a google Maps le llevó a través de las rocas hasta una casa muy moderna. Con piscina y vistas a la bahía.
La casa prometía, Pensó ella. Pero antes de llamar  y preguntar por Catalina decidió bañarse en un embarcadero natural con una escalera metálica, parecía  como si  el lugar fuera  de la casa. Pero nada indicaba que eso fuera privado.
Sacó una toalla de la samsonite negra y la dejó debajo de un árbol. Se desnudo y se tiró al agua.
El agua estaba caliente. Pero se sintió aliviada de la intensa calor.
Se dirigió nadando “estilo braza” hacia un catamarán que había fondeado a escasos metros. Dos hombres maduros, pero interesantes pensó ella, estaban desmontando el motor de la barca auxiliar.
Llegó a escasos metros del catamarán, de dónde procedía una música muy antigua que le recordaba a su madre. Creyó reconocer algo de ABBA.
Decidió volver y cuando alcanzó la escalera le esperaba una mujer mayor con un perro, que le amenazaba con denunciarla por bañarse en su casa. La escuchaba desde el agua porque no se atrevía a salir del agua desnuda…No callaba y todo eran improperios. Decidió interrumpirla
- Catalina?
- Perdón.. quién es usted?
- Le venia a visitar ud… un mensaje…Cellini!!!.
La mujer cambio el rictus, se tapo la boca y reculó dos pasos…parecía preocupada y asustada.
- Salga del agua …por favor – Le dijo Catalina, con un tono diferente ofreciéndole la toalla.- Cuando esté seca, entra por esa puerta y cuando este dentro la cierra. Yo bajaré a buscarla.
Todo era muy raro, pensó Gertrudis. Qué hacía una mujer como esa en una casa tan moderna en medio de un pueblo tan cutre. Se notó observada. Se giro hacia la bahía y vio como los hombres que estaban arreglando el motor lo habían subido al catamarán pero notaba que le miraban. Es que nunca habían visto una chica desnuda? Se volvió a girar y entró por la portezuela del jardín en la casa.

viernes, julio 20, 2018

El tren. Una buena opción

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Hoy bajo en tren. Ufff Como va de lleno!!
Logro sentarme en un asiento. Luego me doy cuenta de que son de los reservados a gente mayor o embarazadas. Miro si alguien de los que están de pie tiene ese status para que le deje mi asiento y parece que no. Por el momento “salvado”.
La gente que hay parece asidua. Parece que conocen a la gente que va en el vagón, y saben perfectamente en que momento se bajarán y así ocuparan su sitio.
Es inevitable psicoanalizar a esa gente. Uno debe trabajar en un banco, la señora en una cafetería y el de aspecto sudamericano debe ser jefe de almacén, pasando por el estudiante que ultima en el portátil la presentación de fin de curso.
Me fijo y todos consultan el movil. Supongo que más que llamadas es un tema de redes sociales. Parece que el mero hecho de  simplemente pensar mirando el paisaje es una actividad marginal. Que pena porque que a las 7 de la mañana uno este ya conectado a todo y a todos dice muy poco de esta sociedad.
La gran ventaja del tren es que te lleva sin tener de preocuparte por el tráfico o la carretera.
Pienso que a esa hora punta será dificil convencer a Fosc de que el tren es una buena opción.
Otro ejercicio divertido es imaginar a toda esa gente 10 años atrás y 10 años después.
Difícil porque el destino de todos está escrito. Y si no que se lo digan al pobre Daniel Testor, compañero de clase en la adolescencia de escolapios.. Dedicado a la actividad hotelera y que en octubre  se le ocurrió viajar a Florencia. Se encontraba con su mujer visitando la basílica de Santa Croce, uno de los templos más visitado, cuando se desprendió una piedra del techo (unos 40 cm) y fue a caer sobre Daniel provocando una muerte fulminante.

El trozo de piedra se desprendió por el deterioro. La basílica se empezó a construir a finales del siglo XIII y en ella se encuentran las tumbas de Miguel Ángel, Galileo Galilei o Nicolás Maquiavelo.  DEP Daniel.
Bueno me tengo de ir preparando que me bajo en Muntaner y ya me toca. Lo dicho el tren es siempre una experiencia perfecta para el análisis del comportamiento humano y que normalmente llega a la hora prevista. O no.

jueves, julio 19, 2018

La historia de Esteban

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Cuando paseas a tu perro diariamente en el parque es inevitable cruzarte con mas perros y sus dueños.
Yo no soy de los que se quedan en los grupos que se forman y se explican su vida, mientras los perros juegan entre ellos a conocerse. Pero si que hay ciertas personas que vas conociendo porque coinciden en el recorrido diario. Es inevitable.
Este es el caso de Esteban ( no sabía como se llamaba ) y de sus dos perros. Uno era un bóxer con buena planta, que también se me ha olvidado el nombre y el otro un pequeño perro patanés con muy mala leche, llamado Curro.
El comportamiento de los perros era característico de cuando actuaban en grupo. Si a curro no le gustaba un perro lo ladraba y entonces venia el bóxer y a veces se peleaban. Entonces Curro desaparecía como si el no hubiese tenido la culpa. O sea que era como aquellos  que tiran la piedra y esconden la mano.
Algunos dueños sabían del comportamiento de Curro y cuando pasaban por donde estaba Esteban ataban a sus perros y entonces Curro no decía nada.
Otras veces Curro se comportaba como un perro más con los demás. Con Fosc (mi perro) ya se conocían y normalmente se ignoraban.
Esteban saludaba a todo el mundo, y era muy afable. Siempre de buen humor.
Como era el que más horas estaba en el parque casi todos que tenían perro lo conocían.
Alguna vez hablaba con él. Incluso lo felicite en su cumpleaños (como vi que lo felicitaban yo me apunté).
Sabía que estaba enfermo porque comentaba alguna vez que tenía que hacerse pruebas en el hospital.
Tenía cáncer y vivía solo con sus perros. Me acuerdo que una vez me comentó que lo que agradecía de su enfermedad es que había conseguido que su hija que hacía mucho tiempo que no le hablaba le pasara a visitar de vez en cuando.
Hacía tiempo que no veía a Esteban ni a sus perros.  Igual había cambiado de horarios de paseo, pensaba yo.
Pero el otro día me cruce a una señora que llevaba dos perros. Un caniche blanco y un patanés que se parecía mucho a Curro.
Le comenté el parecido de su perro a uno que solía encontrarme que se llamaba Curro pero que tenía muy mala leche.
La señora sonrió. “Es que este perro es Curro!”
Curro había cambiado totalmente su actitud con los otros perros y se comportaba de una manera sorprendentemente diferente.
-Y cómo es que lo paseas tú?. Qué esta enfermo el dueño? – pregunté ingenuamente
- Te refieres a Esteban? ….Murió. Su angustia en sus últimos días era a quién podía dejar a sus perros. Yo lo hablé  con mi marido que al principio se negaba, pero insistí y al final accedió a que nos quedáramos curro. El bóxer lo desconozco.
-Tenía una hija, no?
-si. Pero no quería saber nada de los perros…Supongo que llevó al bóxer a la perrera municipal, yo no me podía quedar a los dos.
-Ostras que triste porque era un señor muy entrañable.
-Si que lo era. Ves ahí (me señalaba su banco) le hicimos un homenaje porque todos le queríamos y le pusimos una placa.
Es una historia que me dejó triste y ahora siempre que paso por su banco pienso en Esteban y sus perros.