Hace un par de años sonreía al ver a un ejecutivo conectando su GPS para llegar del despacho a su casa. Pensé lo absurdo de la situación. Porque probablemente ese ejecutivo llevaba varios años haciendo el mismo recorrido. Era un tema de snobismo. Bueno pues eso sólo era la punta del iceberg. Hoy en día la mayoría de los coches llevan GPS. Los coches buenos llevan los de 3.000 euros. Como opción. Estos son los BMWs Audis, Lexus…Los coches malos llevan los de 300 euros.
A veces es gracioso observar donde se instalan el GPS. Algunos lo llevan en medio del parabrisas. Contra más grande mejor. Y si tapa toda la visibilidad, aún mejor que por algo es GPS. ¿Que nos está pasando?
Otro tema es el consumo lógico. O que nos parece lógico. Hace tan sólo tres años era una anécdota encontrar alguna persona esquiar con casco. Hoy en día el 98% de los que esquiamos lo hacemos con casco. Argumentamos que es más seguro. A pesar de no conocer a nadie, ni haber oído de alguien que se haya lesionado el cráneo esquiando, parece ser que sí, que es más seguro. Lo que sí es más cómodo y caliente que el clásico gorrito de lana.
El otro día esquiando en Andorra observé como por lo menos tres esquiadores en grupos diferentes tenían una cámara de ordenador fiada al casco. Pensé el porqué necesitaban llevar aquellos esquiadores la cámara en la cabeza y supuse que lo que grabaran luego lo colgarían en You Tube. Me imaginé a todos los que esquiamos asiduamente llevando una cámara en la cabeza.
Hasta donde nos llegará la tontería. Mentalmente, pensé en recuperar para el próximo fin de semana mi antiguo gorrito de lana. Y por cierto… ¿Hay alguien interesado en comprarme el GPS que llevo a veces en la bici?
lunes, febrero 02, 2009
los sueños en fichas
A veces uno piensa si estaremos predestinados, o constantemente conformamos nuestro futuro inmediato. No lo sé. Pero creo que hay algo de los dos.
Hace unos años, bastantes, unos quince años aproximadamente ,en una empresa donde trabajé y que tengo muchos y buenos recuerdos Interdeco nos dierón un curso de formación basado en incentivos y objetivos de unos tres días de duración.
Era algo similar a lo que se llevaba por entonces, curso tipo Dale Carnegie. Aquello de si quieres algo lo puedes conseguir. Debes estar convencido de ello.
El profesor en cuestión era una de esas personas que se le van cayendo las medallas, que si había formado a directivos de la IBM, que también a los de Coca- cola, que si su sistema era infalible. Era tan bueno que se hacía poco creíble. Y dicho de paso un poco pedante. En fin, que entre el programa que seguía había una aplicación práctica para conseguir lo que uno se propusiera. Os podéis imaginar las miradas entre los compañeros que nos cruzamos, de incredulidad, claro.
De lo que se trataba, era que debíamos de escribir en unas fichas de cartón, tipo targetones, un objetivo o varios. Los objetivos podían ser cuantitativos o cualitativos, era lo mismo. Si que debíamos de apuntar un objetivo en cada ficha. Valía todo. Desde ganar tanto al mes, como el hecho de aprender de informática, por ejemplo. Sólo había una condición, que cada mañana, sin falta, uno debía de leerse los objetivos. Nada más. Su teoría era que el cerebro generaba todo un mecanismo para predisponernos y conseguir esos objetivos. Increíble ¿no?
Particularmente seguí la metodología de las fichas durante seis meses. Los compañeros se rieron. No era para menos. Los únicos que de toda la empresa seguimos durante un tiempo esta historia fueron el mensajero de la empresa en Madrid y un servidor. No sé de la suerte del mensajero, ni de cómo le había ido en la vida.
Hace dos años y por casualidad, encontré las seis fichas. Se me aceleró el pulso. De los seis objetivos, se habían cumplido cinco.
Y vuelvo al principio. Los objetivos se cumplieron porque yo los dirigí de alguna manera o porque ya estaba predestinado el que pondría esos objetivos. ¿curioso no?
Hace unos años, bastantes, unos quince años aproximadamente ,en una empresa donde trabajé y que tengo muchos y buenos recuerdos Interdeco nos dierón un curso de formación basado en incentivos y objetivos de unos tres días de duración.
Era algo similar a lo que se llevaba por entonces, curso tipo Dale Carnegie. Aquello de si quieres algo lo puedes conseguir. Debes estar convencido de ello.
El profesor en cuestión era una de esas personas que se le van cayendo las medallas, que si había formado a directivos de la IBM, que también a los de Coca- cola, que si su sistema era infalible. Era tan bueno que se hacía poco creíble. Y dicho de paso un poco pedante. En fin, que entre el programa que seguía había una aplicación práctica para conseguir lo que uno se propusiera. Os podéis imaginar las miradas entre los compañeros que nos cruzamos, de incredulidad, claro.
De lo que se trataba, era que debíamos de escribir en unas fichas de cartón, tipo targetones, un objetivo o varios. Los objetivos podían ser cuantitativos o cualitativos, era lo mismo. Si que debíamos de apuntar un objetivo en cada ficha. Valía todo. Desde ganar tanto al mes, como el hecho de aprender de informática, por ejemplo. Sólo había una condición, que cada mañana, sin falta, uno debía de leerse los objetivos. Nada más. Su teoría era que el cerebro generaba todo un mecanismo para predisponernos y conseguir esos objetivos. Increíble ¿no?
Particularmente seguí la metodología de las fichas durante seis meses. Los compañeros se rieron. No era para menos. Los únicos que de toda la empresa seguimos durante un tiempo esta historia fueron el mensajero de la empresa en Madrid y un servidor. No sé de la suerte del mensajero, ni de cómo le había ido en la vida.
Hace dos años y por casualidad, encontré las seis fichas. Se me aceleró el pulso. De los seis objetivos, se habían cumplido cinco.
Y vuelvo al principio. Los objetivos se cumplieron porque yo los dirigí de alguna manera o porque ya estaba predestinado el que pondría esos objetivos. ¿curioso no?
Santa Luz
Hoy es Santa Luz. Santa Luz?. Que raro. ¿No será santo Tomás Edison?
Será el mismo día. Hoy se hará la luz, o es que veremos la luz después de este mal sueño llamado crisis…o veré a Luz. Pues yo hoy ya la he visto!. Es curioso que en Santa Luz sea un día tan lluvioso. Y que más da. Lo importante es ver la luz, por tenue que sea. ¿o no?.
A veces pienso en aquellos que nunca han visto la luz. Les da igual porque se la debe fabricar ellos mismos. Se imaginan un mundo sin luz pero feliz igualmente.
Con “su” luz. ¿Difícil no?
Bueno es una cuestión de intentar ser feliz vivir con “su” luz que puede ser una voz o el silencio o un olor o el tacto de algo suave, o posiblemente el calor de incluso la luz.
Más jodido lo tendrán aquellos que han visto la luz y luego la han perdido. Porque saben lo que se están perdiendo. No es comparable, pero cuando castran a un perro te aconsejan que lo hagas antes de que monte a una perrita, porque siempre el perrito recordará que fue algo…no sé como lo describiría un perro: bonito? Gustoso? Cansado? En cambio si no han tenido esa experiencia, no saben lo que se han perdido. ¿Y porqué “todo eso” se suele hacer sin luz? ¿Será cierto que en el polo tienen seis meses de luz todo el día y seis meses sin?. Y acabose ya el tema porque veo que el cielo se abre y pasa toda la luz del atardecer.
Será el mismo día. Hoy se hará la luz, o es que veremos la luz después de este mal sueño llamado crisis…o veré a Luz. Pues yo hoy ya la he visto!. Es curioso que en Santa Luz sea un día tan lluvioso. Y que más da. Lo importante es ver la luz, por tenue que sea. ¿o no?.
A veces pienso en aquellos que nunca han visto la luz. Les da igual porque se la debe fabricar ellos mismos. Se imaginan un mundo sin luz pero feliz igualmente.
Con “su” luz. ¿Difícil no?
Bueno es una cuestión de intentar ser feliz vivir con “su” luz que puede ser una voz o el silencio o un olor o el tacto de algo suave, o posiblemente el calor de incluso la luz.
Más jodido lo tendrán aquellos que han visto la luz y luego la han perdido. Porque saben lo que se están perdiendo. No es comparable, pero cuando castran a un perro te aconsejan que lo hagas antes de que monte a una perrita, porque siempre el perrito recordará que fue algo…no sé como lo describiría un perro: bonito? Gustoso? Cansado? En cambio si no han tenido esa experiencia, no saben lo que se han perdido. ¿Y porqué “todo eso” se suele hacer sin luz? ¿Será cierto que en el polo tienen seis meses de luz todo el día y seis meses sin?. Y acabose ya el tema porque veo que el cielo se abre y pasa toda la luz del atardecer.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)