jueves, diciembre 17, 2009

Tears in heaven Cap.2

Felipe ya llevaba dos meses ingresado en el Hospital del Mar.
No le supieron decir cuanto tiempo permanecería. De hecho, él ya se encontraba bastante mejor. Cuando se movía todavía notaba la tensión de los 70 puntos que le dieron para cerrarle la herida provocada por arma blanca en su estomago. Y a veces tenía fuertes dolores de cabeza.
Según le dijeron había estado a punto de morir. Cuando ingresó de urgencias tenía reventado el bazo, y eso le provocaba hemorragias internas.
No se sabe quién avisó a la ambulancia para que lo recogieran en estado grave del suelo de Rambla Cataluña, pero desde luego ,el que hubiera sido,l e salvó la vida. El médico que le atendía le confesó que estuvieron a punto de perderlo cuando le operaron. Había perdido mucha sangre.
Felipe recordaba lo que había pasado vagamente. Una pelea, había un chica a la que le estaban haciendo daño. Un fuerte puñetazo. No podía respirar. El duro suelo.
La primera semana había estado inconsciente. Fue luego que Briggite, su eficiente secretaria, preocupada de que no tener noticias de Felipe, empezó a indagar. Llamó a todos los hospitales hasta dar con Felipe.
Briggite le visitaba casi cada día. Le informaba sobre todo. Al respecto de su exposición de cuadros había sido todo un éxito, y habían vendido prácticamente todos. 48 cuadros de los 50. De hecho 49, porque de los dos que quedaban uno se lo quería quedar Felipe. “aguas bravas” probablemente el más bonito de la colección pero también el más caro. Estaba tasado en 55.000 euros.
Pero poco le importaba eso ahora a Felipe. Ahora quería salir de ahí., y perder de vista el hospital. Se entristeció al pensar que ya no volvería a ver a Manolo. Su compañero de habitación, al que en un principio no soportaba pero que luego no tuvo más remedio de admitir que le había cogido cariño. El pobre Manolo. Tenía un cáncer avanzado. No saldría del Hospital con vida. Felipe lo sabía y Manolo también. Echaría de menos esos momentos de locura de Manolo cuando ponía a todo volumen su “loro” Sony con la melodía de Bach, DoubleViolin Concerto in D minor: I vivace. Eso hacía que todo el hospital se escandalizara, pero al “loco” de Manolo le encantaba. Manolo le contó que esa idea la sacó de una película de Tim Robbins, Cadena Perpetua . Cerraba la puerta y la atrancaba con una silla inclinada apoyada sobre el pomo para que el personal de enfermería no pudiera entrar a la habitación. Era emocionante. Manolo se levantaba desu cama, abría la ventana, encendía un porro y escuchaban los 3: 12 segundos de Bach mirando al mar.
Al cabo de unos días, los médicos le comunicaron a Felipe que le darían el alta la semana siguiente. Una buena noticia.
Ese mismo día, alguien entró esa noche en su habitación. Eran las 12 de la noche y Felipe ya dormía. Un hombre con gabardina negra entró abrió la puerta de  habitación 114, la de Manolo y Felipe y preguntó con una voz ronca... “Sr. Lizondo?
Manolo que estaba despierto respondió : “soy yo…¿quien es?”. Felipe supuso que Manolo lo dijo para que no le despertara…
En ese momento Felipe se despertó.
Todo pasó muy rápidamente. El hombre se aproximó a la cama de Manolo. Alzó el brazo, en la mano llevaba un cuchilo o una navaja. Efectuó un preciso y rápido movimiento de bajada cortándole la yugular a Manolo. El hombre huyó rápidamente. Felipe se incorporó de un salto.
“!Manolo, Manolo tranquilo…!” exclamaba Felipe intentándole tapar con la mano el cuello mientras la sangre salía a borbotones!
Socorro! Ayuda por favor! Gritaba desesperado Felipe. Sabía que lo perdía. Manolo lo miraba con tranquilidad, con la mirada propia del que se despide. Y se fue.
Manolo sabía que iba a morir en breve y había querido salvar a su amigo. Esto es lo que pensaba Felipe.
Tan frío que había en su vida con todo que no lloró ni cuando murió su padre, y ahora estaba llorando por alguien que prácticamente acababa de conocer.
Fue todo muy triste. Le dieron a Felipe el alta en seguida. Manolo tenía mujer y tres hijas. Felipe las visitó el día antes del funeral. Les regaló el cuadro de “aguas bravas”. Era algo que Felipe quiso hacer. Estaba en deuda con su familia. Si. Manolo se hubiera muerto igualmente al poco tiempo, pero el caso es que había muerto por él.

Al poco de estar instalado en casa,  el su ático del Born, se presentó el teniente Romerales y le interrogó. Romerales le comunicó algo que Felipe ya sabía. Alguién quería matarlo.
Pero…¿ porqué me quieren matar?. ¿ tendrá algo que ver el incidente de rambla Cataluña? pensaba Felipe asustado..

miércoles, diciembre 16, 2009

tears in heaven



Felipe Lizondo ese día no quería llegar tan pronto a casa ese día.
Aunque vivía sólo en un ático del Born, quería bajar andando desde donde trabajaba, en una elegante oficina de la planta 15 del edificio de Deustchbank de Paseo de gracia con Diagonal.
Bajaría andando como casi siempre por el paseo de Rambla Cataluña hasta Plaza Cataluña, y luego por Trafalgar hasta la calle Argentería 27.
Pero ese día, después de trabajar se metió en la “bodeguita” para tomarse un Gin Tónic.
Eran las nueve de la noche de ese frío día de Diciembre. Llevaba siete meses viviendo en Barcelona, y a pesar de la humedad de la que no se acababa de acostumbrar a pesar de haber vivido en NY, era una ciudad que le gustaba.
Felipe se consideraba un “trotamundos”. Nació en Teruel, pero a los 17 años dejó su casa para irse a vivir a Madrid, a un internado para estudiar en la universidad de económicas de Madrid, luego vino la beca y acabó su formación en Harvard.
Se graduó brillantemente, y para estudiar luego  un Master de management financiero y empezar a trabajar como asesor financiero en Goldman& Sachs en Chicago. Al cabo de dos años lo trasladarían  a Nueva York donde vivió durante ocho años. Viviá en Manhattan. Ganó una fortuna especulando. Pero su vida sólo era trabajo. Después del banco montó su propia empresa. Tenía 45 años y buena presencia, pero no había conseguido nunca una relación estable, de más de tres meses de duración a pesar de que le gustaban mucho las mujeres. No tenía tiempo para ellas, y al final le acababan abandonando. Él buscaba sólo sexo fácil, ellas un proyecto. Pero ya estaba cansado de vivir así. Ya eran muchos años viviendo con demasiada tensión. Estaba sólo. Tenía la sensación de que la vida la estaba pasando a mucha velocidad. Decidió dejar esa vida, Nueva York, Manhatan, su empresa de Hedge Funds , Lizondo brokers, y largarse. Montar un nuevo negocio en otra ciudad que no tuviera nada que ver con las inversiones en bolsa, se especializaría en Arte, consiguiendo la representación de varios artistas americanos para el extranjero. En poco tiempo se convertiría en marchante de arte, principalmente de pintura, pero sin descartar otras especialidades.
Era la primera exposición de cuadros que montaba en la sala Ortuño de Paseo de Gracia.
No necesitaba el dinero, ya había ganado lo suficiente para no preocuparse, por lo que tampoco se angustiaba sino vendía ningún cuadro de Perkins, el pintor que representaba, era sólo una cuestión de orgullo.
Cuando decidió cambiar de ciudad para vivir, la única premisa que se impuso era que estuviera cerca del mar. Dudó entre Londres y Barcelona. Al final se decidió por la ciudad condal. Buen clima y ciudad medianamente cosmopolita.
Debían ser las 10 de la noche y andaba deprisa. Estaba ya a la altura de Consejo de ciento, cuando delante de él, a unos diez metros un hombre estaba amenazando a una mujer, en romperle el brazo que tenía inmovilizado. “O callas o te rompo el brazo” le amenazaba
“socorro….decía llorando, sin casi fuerzas para gritar”
Fue entonces que Felipe se dirigió al hombre de la chaqueta de cuero
“Que la dejes…que la dejes ya o llamo a la policía”
“Tu a lo tuyo, gilipollas
No solo no la dejaba, sino que parecía que le retorciera más el brazo, cuando Felipe se abalanzó contra el hombre consiguiendo tirarlo al suelo y liberando así a la mujer que corrió paseo abajo.
Cuando el hombre se incorporó le pegó un puñetazo en la boca del estomago a Felipe, el cual cayó al suelo quedándose estirado en el suelo en posición fetal, intentando recuperar la respiración.
Vio como el agresor sacaba del cinturón una navaja de esas náuticas desplegando la afilada hoja “!Te voy a matar cabrón!” y fue cuando Felipe perdió el conocimiento.
Se despertó en una habitación del hospital del mar, un poco mareado, con una sonda que salía de su brazo para llegar a una botella de cristal transparente, y todo la parte del estomago con una amplia venda.
Felipe no se podía mover, tampoco lo intentaba, simplemente intentaba recordar como había podido ir a para allí. Pero no recordaba nada. Miraba esa fría y blanca habitación. Sentía que tenía el mar cerca.
No sabía si podía hablar, ni moverse. Probó de mover la cabeza hacía la izquierda cuando vio a una persona también estirada como el pero sin sonda que le miraba a los ojos y gritaba
“enfermera, enfermera!! Ya se ha despertado!” “Enfermeraaaaaaaaa” gritaba a todo pulmón el vecino de la cama de al lado.
“Como tenga que estar mucho tiempo aquí con este histérico me muero seguro” pensó Felipe.

Hoy menú...

Hoy tenemos de primer plato dos asuntos terribles, Berlusconi e Ibrahim, el segundo plato es un sugerente viaje para enviar a los políticos al carajo, y de postre, el dulce. Un tema que me llena de orgullo que es la Maratón. ¿Quién dice que los catalanes somos insolidarios?.




De acuerdo, que Berlusconi genera antipatía. Para mi es un chulo engreído que se cree que desde el poder puede manipular todo lo que quiera. Es un impresentable. Pero eso no justifica la brutal agresión que ha recibido. Además se ha formado todo un movimiento en el Facebook partidarios del agresor, Massimo Tartaglia, de 42 años y que estaba en tratamiento psiquiátrico. Opiniones a favor del agresor, “que si Berlusconi se lo merece, que es la respuesta del “pueblo” etc….y muchos otros comentarios que están generando polémica en Italia. Es impresentable. No hay nadie que merezca una agresión.


Una original campaña publicitaria trata el tema para “librarse” de los políticos sin violencia y con la ironía que a mi me gusta.
Proponen que a través de una pequeña donación puedas enviar a los lideres de los principales partidos políticos, Rajoy y a Zapatero, de vacaciones navideñas a el Carajo, en el valle del Cauca, Colombia
Unas vacaciones pagadas por el bien social. Unas vacaciones lejos de su rutina diaria para que consigan relajarse, centrar sus ideas y afrontar el 2010 con el mayor optimismo posible por el bien social y no personal. Zapatero y Rajoy tienen reservados sus billetes en el vuelo AV9227 (Madrid–Cali) con salida 23 de diciembre y vuelta 2 de enero. Durante su estancia en Colombia podrían disfrutar de la Noche Buena en Cartago, degustaciones de gastronomía típica en Cerrito, visita a la ciudad de Palmira… y una Noche Vieja de Reggeaton en el Club Discoteca Chango en Cali, donde nació este ya popular baile.
La agencia de publicidad ha habilitado un site donde todo aquel que quiera mandar al carajo a estos dos políticos lo haga aportando una pequeña cantidad para contribuir a la compra de los pasajes. Ambos líderes ya han sido informados de esta acción ciudadana por medio de carta certificada a La Moncloa y la calle Génova, respectivamente.
Si los líderes políticos renunciaran, el dinero recogido iría destinado a una ONG colombiana llamada “Niños de Papel”.
Hay leyes y leyes. Y las peores son aquellas que vienen de fundamentalismos religiosos como lo que pasó ayer en Somalia: Lapidaron a Ibrahim por adulterio según una sentencia de un jurado islámico. La mujer salvo la vida, porque no estaba casada y “sólo” le azotaron con un látigo cien veces. ¿Cómo puede ser que todavía estemos a estos niveles tan impresentables de civismo? ¿Cómo pueden ser sensibles a los cambios climáticos si no respetan a los propios seres humanos? ¿Qué leyes pueden castigar la lapidación por adulterio? ¿Dónde está la justicia?.



La buena: “La Maratón”. Me enorgullezco estar rodeado por gente sensible a enfermedades abandonadas por los intereses comerciales, que tanto hacen sufrir.

Es impresionante ver las declaraciones de una niña en silla de ruedas, resignada con su terrible enfermedad pero con un positivismo sobrecogedor. Es un ejemplo para todos. Para que luego nos estemos quejando. Que si la lotería, que si esto que si lo otro. En definitiva seguimos sin saber valorar lo que realmente tenemos y valoramos lo que no tenemos.