miércoles, diciembre 09, 2009

el amigo invisible


¿Porqué se llamará amigo invisible?
Ni es amigo, ni invisible.
Probablemente suegro/a o cuñado/a o hermano/a pero no amigo y lo de lo invisible sería cuestionable, raro es que no se entere quién le hace el regalo.
Ocurre en casi todas las familias. Ante el problema de tener que comprar regalos para todos los miembros de una familia, con la complicación logística y el gasto que todo ello supone, nos hemos inventado algo que llamamos el amigo invisible.
Se trata de sortear entre todos los miembros de la familia al candidato de tu regalo. Siempre suele ser un regalo “común y go invisible es errónea. Se tendría de llamar “el regalo obligado”.
Puede que casi siempre sea práctico. A veces son coincidentes. Porque para asegurar si te ha “tSe ocado” un chico, pues con aquello de un “jersey” de Furest… pues es lo que toca, y si no le convence que se lo cambie. Y eso no es regal, ni sorpresa ni ilusión. Es un coñazo!
El concepto es lógico. Porque de lo que se trata es de que el dispendio navideño sea comedido, cosa difícil de por sí. Navidad, Reyes…
¿Pero como debería ser esto del regalo?
Pues otra cosa. Desde luego diferente.Que invitara a soñar!
Y ya que estamos, que cada uno apunte lo que le gustaría. No, no, no le que le hace falta ni lo que es útil sino lo que le gustaría pero que nunca se compraría.
Se deberían apuntar tres sueños aunque fueran irrealizables.
Por ejemplo cenar con una “top model”,los solteros claro…que huevos y los casados también (¿no hablamos de sueños?…je,je) Heliski en Canada o submarinismo en la barrera de arrecife de Australia… Ya sé que eso excede del regalo invisible, pero hay que romperse los cuernos para encontrar el camino para que se cumpla. Y haberlo lo hay. Aunque sea empezando por unos “pies de pato”!
Es complicado contentar a todos. Aunque el esfuerzo se haga. Hay que reivindicar la diferencia. Personalizar el “regalo”.
Este año ya es tarde para reaccionar pero lo plantearé para el que viene.
El año pasado a mi cuñado le hice un “mix”. Por un lado caí en la parte convencional, que pasaba por el jersey de turno. Pero por otro lado le imprimí los dos “relatos” que tengo publicados, con la esperanza de que se los leyera…pero sobre todo que le gustaran.
Ahí están, supongo…uno lo llegó a empezar…pero como él no lee “tonterías”…sólo libros de Management y de autoayuda. (aún más tonterías…)
Pero qué poca sensibilidad, la mía por ingenuo…si no hay hábito, no hay hábito…que pena.
Pues el amigo invisible de este año no sabe que le estoy preparando. Le voy a interpretar una canción de Pink Floïd. Wish you were here en guitarra…Lo voy a bordar…je,je.
No sé si le gustará mi regalo. Bueno si que lo sé… no le gustará. Pero la idea es hacer algo diferente.
Creo que le regalaré un curso de pintura.
“joder…pero si no soy manitas!”
“eso da igual. Todo es ponerse. En una semana garantizan salir del curso sabiendo pintar.
“¿pero que puedo pintar?
“lo que quieras. Es dejar volar la imaginación…”
“bueno vale cojonudo. Mil gracias me hace mucha ilusión. Si me salen bien te regalaré un cuadro!”
“pero…¿ que cuadro?”
“coño! Los que pinte después del cursillo.
“Si es un curso de pintor, no de artista!
“perdona, pero ahora si que no entiendo nada…
“Pues mira que es fácil. Un curso de pintura. Para pintar la pared, o lo que quieras… brocha gorda y rodillo…lo coges? O es que pensabas que después de una semana sabrías pintar un Van Gogh?...no me jodas!.
“que cabrón que eres…”
“pero si es cojonudo!...Puedes aprender la técnica para poder dejar tu casa que sea de esas de casa decor…”
“pero si ya se pintar…todo el mundo sabe!”
“Y un jamón! Todo el mundo se cree que sabe. Y eso es diferente…”
“bueno cabroncete…ya creo que me voy haciendo a la idea!
“pero si prefieres de canto otra canción….”
“NOOOOO….eso si que no!...
Bueno pues eso, que bon Nadal!





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martes, diciembre 08, 2009

anastasio."el alcantarilla"


En tres años no he bajado al metro. No porque tenga nada en contra, todo lo contrario, sino porque supongo que con la moto y los autobuses me siento más cómodo.
En la Plaza Molina están ya acabando las obras, por fin! , o por lo menos eso parece... Aún hemos tenido algo de suerte los vecinos si lo comparamos a la duración de obras como las de la Sagrada Familia o a la de Plaza Lesseps. Porque lo de las obras de Lesseps, que tampoco nadie sabe en concreto que obra faraónica deben estar haciendo… ya duran una eternidad. Por lo menos veinte años. Hay que recordar que Ferdinan de Lesseps fue el responsable de la construcción de canal de Suez (1859-1869). En tan solo diez años, y a golpe de pico y pala consiguieron abrir el canal. “Su” plaza de Barcelona, es otra historia pero ya tiene cojones el asunto.
Hablando del metro, y del subsuelo de la ciudad leía hace ya algún tiempo, una entrevista a Anastasio trabajador del Ayuntamiento de Barcelona y que supervisaba el “buen estado” del alcantarillado de Barcelona. Su trabajo consistía en pasearse por el complejo y extenso entramado del alcantarillado  ( 1.300 km.de alcantarillado en Barcelona).
Anastásio, que así era como se llamaba. Trabajaba en un submundo. Era un tipo solitario pero cuando no estaba “trabajando” se iba a un gimnasio exclusivo o se deleitaba con óperas del liceo.
Cuando le preguntaban si no le molestaba tan mala olor. Argumentaba de que uno se acostumbra a todo y que no todo eran malos olores. De siete a ocho de la mañana, cuando la mayoría de los ciudadanos se duchan, le llegaban los perfumes de los jabones y champus.
Ante la pregunta de las leyendas urbanas como lo de los cocodrilos, el lo negaba todo.
Yo oí esta historia que pasaba en NY.
Era un trabajo al que Anastasio, de buena familia, le costó aceptarlo pero despues de veinte años yase había acostumbrado. Debe de ser una sensación curiosa, ascos al margen, el pasearte por una ciudad desierta cuando a pocos metros hacia arriba viven miles de personas.
Cuando llovía o intuía que iba a llover, no bajaba. Evidentemente por el peligro que entrañaba. En cuanto a las ratas. Si que veía cada día, evidentemente, pero le restaba importancia. No me atacan, decía. No se puede decir que las apreciara pero tampoco realmente le molestaban. Si se encontraba con un grupo numeroso de ellas, daba media vuelta. La gente puede pensar que murió porque fue devorado por las ratas, o que caminando por esos siniestros pasillos resbaladizos, patinó y se desnucó, apareciendo flotando a tres millas de la costa. Nada que ver. Murió cuando un día de Febrero. Escuchaba de fondo una sinfonía de Wagner. Calculaba que debía estar en el casco antiguo, pero no las ramblas ni en el Raval. Sobre la calle Pelayo. Anastasio extrañado por el sonido de la música subió los peldaños de hierro oxidados y a duras penas pudo abrir la compuerta que le separaban sus dos mundos. Mientras lo hacía, cada vez más oía más fuerte la música. Era como si la orquesta se hubiera instalado en mitad de la calle. Iba pensando que debía de ir más al Arsenal, su exclusivo gimnasio de la zona alta de Barcelona, porque la edad le estaba pasando factura. Solía ir dos veces a la semana, y vestía un elegante traje azul oscuro de Zegna, para ir al gimnasio!. La gente se pensaba que Álvaro era un broker y que tenía de cliente principal al Ayuntamiento. ..
La entrevista la recuerdo vagamente. Pero casualidades de la vida. En un cóctel presentación de una nueva revista me encontré con Bea la periodista de esa entrevista sobre Anastasio. Bea llevaba alguna copa de más. Pero ya que le pregunté por Anastasio me comentó “¿sabes que Anastasio no se paseaba sólo por ahí abajo?” con una sonrisa maliciosa
“¿que quieres decir?- le pregunté yo
“que “off de record” me confesó que tenía un “compañero” que caminaba a su vera y provocaba que las ratas no le molestaran”
“otro empleado del ayuntamiento?
“no.no….un animal que una vez se encontró mientras hacía la ronda”
“un perro?” Le pregunté yo pensando en la posibilidad de un cimarrón. Así es como llaman a los perros asalvajados que abandonan sus propietarios
“no. Me dijo que tenía colmillos pero no era un perro”
“no me jodas. Entonces que era?”
El sonido era ensordecedor y veía como Bea se alejaba de mi. Ya no la volví a ver.
Cuando leí en una esquela del ayuntamiento que Anastasio había muerto en un accidente laboral, atropellado por un camión mientras salía de la tapa de alcantarilla de en medio de la calle Pelayo, confluencia con Balmes.
Me dirigí al forense del Clinico, que es donde llevaron a Agapito todavía con vida y pregunté por el forense de guardia, un tal Dr. Ruperez, este me comentó…”Lo de cómo murió Anastasio esta claro, estaba reventado por dentro a consecuencia del camón que no pudo evitarlo, pero lo que también parece es que algo le atacó porque tenía el cuerpo desgarrado y eso no lo provoca un camión.”
“¿desgarrado?”
“si, si seguro parece herida de colmillo de jabalí”

jueves, diciembre 03, 2009

Death Valley


Hay misterios y misterios.


Hay cosas inexplicables en la historia de la humanidad. Desde las figuras de Nazca en Perú, que solo son visibles desde el cielo, hasta la construcción de las pirámides. Desde las desapariciones de barcos y aviones del triángulo de las Bermudas hasta declaraciones de gente que ha tenido contacto con aliénigenas. O también el origen del hombre con la desaparición de los Neardentales, conviviendo durante 15 años con el Homo Sapiens, como es posible que desaparecieran cuando eran más “fuertes”.
Hay teorías para todo, que a toro pasado son “fáciles” de defender. Pero también existen misterios actuales que parece increíble que no los resuelvan.
Supongo que cuando no tienen objetivos comerciales, pierdan un poco el interés de llegar hasta el final.
Y me explico.
En un desierto de California, llamado Death Valley, se encuentran una serie de rocas de gran tamaño (unos trescientos kilos) que se mueven solas, dejando un surco, que permanece imborrable durante unos siete años. Nadie se explica el fenómeno. No hay ni trazas de coches ni huellas de ningún tipo. Durante un tiempo se creyó que las movía la fuerza de gravedad. Pero se ha comprobado que las piedras se mueven cuesta arriba.
Claro que se mueven muy despacio. Y que se trata de un lugar en medio del desierto, que es de difícil acceso. Pero yo si fuera el alcalde del pueblo más próximo a esas rocas, montaría una acampada hasta descubrir que es lo que mueve a esas rocas. Claro que si en la acampada invitamos a unos amigos, y llevamos unos gin tónics al final, lo que se moverían sería las tiendas de campaña.
Desde luego sólo no me iba a Death Valley.
Pero si vais a Death Valley no hagáis como aquel grupo de cuatro amigos que se fueron a cazar a un coto de caza de Granada, evidentemente sin cobertura, o eso es lo que dijeron, durante diez días. Llevaban ya tres años escapándose diez días para practicar su afición.
Casualmente la policía encontró un coche lleno de armas en el parking del aeropuerto de Barcelona. Se investigó el coche y llegaron a la conclusión que pertenecía a uno de los cazadores ante la incredulidad de su asustada mujer. ¿Mi marido en el aeropuerto? Imposible se ha ido a cazar a Granada” decía la mujer sin entender nada.

Los cuatro amigos cazadores volvieron de caza y cuando salieron por la puerta de llegadas internacionales riendo, y con la resaca correspondiente de haber estado practicando la caza salvaje de Cuba, se quedaron helados al ver que sus mujeres y la policía los estaban esperando.

Tuvieron que dar explicaciones. Incoherentes y contradictorias. Principalmente presas de pánico ante sus mujeres que no ante la benemérita. Los cazadores habían sido cazados.

No sé que debió pasar luego en las casas de los cazadores, pero me lo puedo imaginar y no debió ser muy agradable..

Como veis, los misterios a veces no son tales y tienen una explicación. Aunque los cazadores no entiendan como fueron abducidos para que sin ninguna explicación racional pasadas doce horas encontrarse en un burdel de la Habana.