domingo, febrero 22, 2015

The Game . La Barcelona World Race

Mira que siempre he sido contrario a los juegos on line. O virtuales. O como queráis llamarlos.
No lo sé pero siempre he tenido esa sensación de que era una perdida de tiempo.
Y la tengo. Pero os he de confesar que desde que salió un juego estoy "bastante" enganchado.
Es el juego de la world race. Participas a tiempo real de la regata de la vuelta al mundo. No creo que la gane...mucho tendría que pasar para adelanta a los 7.445 barcos que tengo por delante.!!!
Debo de reconocer que es un juego divertido, porque lo haces según una estrategia mirando los vientos y la previsión y cambiando el rumbo y las velas para optimizar la travesía.
Al final compites con los cuatro amigotes que más o menos tienes localizados. Pero es uno de esos juegos que no puede tomarse uno demasiado en serio. Hace que la gente se ponga el despertador para despertarse si ha cambiado el viento, genera una cierta dependencia estar pendiente.
Porque no solo lo controlas a tu barco desde el ordenador sino también lo haces desde una app para el móvil. Me han llegado noticias de médicos del sueño (que no son médicos soñadores...) que están empezando a tratar a gente que tiene insomnio producido por el jueguecito en cuestión.
Y es que los jugadores somos unos 24.000 ...pero casi todos los que conozco que navegan están participando, por lo que no deja de ser una anécdota divertida...ya que no me ganas en el mar hazlo en el jueguecito pensarán algunos.
Estuve en la fiesta de 60 años de Edu, y no eran pocos los que a las 12.00 pm se conectaban para ver la previsión de la Meto...ufff celebrando los 60!!! y es que esto se empieza a acabar.
En fin, que ya estoy por Australia camino hacia el Pacifico. Los buenos ya están llegando a tierra del fuego. Al final mi objetivo es poder ganar  a Puchi  y a Luis Till...pero que seguramente me colaré entre los 7.000 primeros...
Lo que tengo claro es que mucho no me compensa. Si que estoy contento porque es una buena experiencia y referencia de como tiene de ser un juego virtual, y ya lo he probado...pero de aquí a engancharme... voy a mirar si ha cambiado la previsión...






Camino a la escuela. Documental entrañable


Gran documental de como los niños para ir a la escuela tienen de superar adversidades. peligros y un largo camino hasta llegar a la escuela.
La cuestión es que no es un tema de si en el documental ha elegido unos ejemplos muy extremos al filmar a cuatro niños de como van a la escuela.
El tema es que los niños asumen una responsabilidad, ilusión desde muy pequeños porque saben que es la única posibilidad de futuro que tienen para mejorar su situación. Y asumen los riesgos encantados.
Uno es argentino de la Patagonia , otro de Kenya una tribu Massai, otro de la India, discapacitado con silla de ruedas, y otra niña de un poblado de Marruecos, que debe cruzar unas montañas del Atlas para llegar.
Tardan en llegar al colé una hora y media. Me impacta el niño Massai. Porque yo he estado ahí, y es un terreno muy peligroso por los animales salvajes que te puedes encontrar. De hecho, en el documental tiene de atravesar por en medio de un grupo de elefantes. Y eso, es realmente peligroso.
El comentario generalizado al salir del cine es que todos los niños de sitios "civilizados " deberían ver ese documental. Pero no os equivoquéis, porque lo deberían ver los padres.
Cuan diferentes que son a nuestros hijos en el sentido que los nuestros lo han tenido todo. Y no se han encontrado esas dificultades.
Vemos a los niños de hoy en día en una ciudad como Barcelona. Y pensamos lo afortunados que somos.
Mayoritariamente acompañados por sus padres en coches. Pero claro, el fin es el mismo. Llegar al cole. Pero hay tanta diferencia ver lo que les cuesta a unos y lo poco que les cuesta a otros.
Yo la verdad es que ya no estoy en esa fase. Mis dos hijas ya son universitarias y se desplazan en moto. Pero las he acompañado durante muchos años. ( eso ahora no lo valoran, faltaría más...era tu obligación, dirían..) pero mi caso es diferente a los otros, supongo.
Pero no nos equivoquemos porque si son como son (conformistas, mimados y sin valores más que los materiales) es porque los hemos hecho así nosotros los padres. Ahora pasados unos años me encuentros aquello de que "Eres lo que tienes (y lo que nos das) y no lo que eres y como eres conmigo".
Hay que saber ser buen padre, si seguro que en mi caso he hecho muchas cosas mal, pero también hay que saber ser buen hijo.
El otro día por la noche bajando por Vallvidrera hacia Sant Cugat me encontré con un accidente de un chico de unos 18 años que se había caído en la moto. Sin consecuencias, pero me paré para ayudarle.
Hice marcha atrás y conecté los "warnings",  para avisar a los demás coches. Levanté la moto, la saqué de la carretera y me preocupe del chaval. le pregunté si necesitaba algo, o si le podía ayudar en algo. El llamaba a su madre y le explicaba que estaba bien, después se me acerco a mi para decirme "ya estoy bien..."
Me giré indignado y me fui.
Después de todo lo que hice por él, que tampoco fue tanto...no me dio ni las gracias!!!! Eso es lo que me indignó. Sólo necesitaba una palabra de agradecimiento.
Pero la culpa no es de él, sino de cómo lo han educado sus padres. Y eso es lo triste.


miércoles, enero 28, 2015


Lei la semana pasada un articulo (tengo dudas de si fue en Linkedin o en Facebook) de que  no sabemos decir “no”. Era un articulo muy interesante (si lo encuentro lo publico) en el que cuestionaba que la  incapacidad de tomar la decisión de decir no nos lleva a  complicarnos la vida.
Hay que decir No.
No se sabe porque pero España es el país en que más cuesta decir que no.
Y eso es absurdo y  además no sirve  más que para alargar la agonía.
Si uno tiene claro que es no….pues es no! Y sanseacabó.
En este país no sabemos decir no.
Y eso nos dificulta mucho todo. Desde unas gestiones comerciales hasta cualquier propuesta de innovación  o propuesta de negocio o de otro tipo.
Existen no “matizados”. Es famoso el “no “  de pareja que quiere decir si. Pero ese es otro tema.
La verdad es que si supiéramos decir no las cosas irían mejor.
Es como si no diciendo “no”  no quedásemos tan mal. Pero en definitiva quedaremos mucho peor. Es un acto a veces de valentía.
Si me preguntáis si quiero seguir escribiendo sobre este tema, yo os contesto : No.