martes, junio 30, 2009

El contrato 10


Tomás se levantó. Cansado. Se había ido a dormir a las cuatro de la mañana.
Había sido una noche larga. El inspector Martín le recogió después de la llamada a la comisaría, y se fueron a tomar una copa.
Y la noche se alargó. Tomás le explico lo del encuentro con los policías de la secreta Santi y Jose y como habían trazado un plan para desenmascarar a los presuntos terroristas.
Martín llevaba veinte años en el cuerpo de policía y no había oído hablar de esos policías del cuerpo especial. Pero tenía muchas sospechas y después de el segundo Gin Tonic en el Dry Martini se fueron a la comisaría de Iradier al despacho de Martín desde donde accedía a la base de datos de la policía nacional y de la Interpol.
Se pasaron dos horas observando fotos de delincuentes. Y Tomás pudo reconocer a los supuestos policías relacionados con grupos paramilitares. Lo curioso es que también reconoció a Carolina como presunta delincuente y estafadora y al doctor Maciá, claro que en la ficha se llamaba Jesús Navas.
Total un lío. Pero el sargento Martin le convenció para que siguiera el plan de Santi y Jose. La policía los estarían esperando en diferentes sitios estratégicos del Real club náutico de Barcelona, para impedirles la escapatoria.
Podía ser la operación que Martín había estado esperando los últimos dos años para justificar una promoción.
Tomás se vistió de corto con el uniforme blanco y bermudas azules de la tripulación del Bribón.


Solo pedía a Eolo que no bufara con fuerza, porque con su posición en el barco, un día de viento sabía que sufriría, todo llevaba mucha más tensión y las maniobras se endurecían. Aún y así solo estaría a salvo si salía el plan trazado por Martín.
La duda de Martín era la de avisar a la seguridad personal del Rey, y lo estuvo valorando pero determinó que era mejor no decir nada ya que podrían hacer que el Rey no apareciera y que toda la operación fracasara.
Se lo debía a Isabel y Rosana que le salvaron la vida, pero también quería solucionar todo ese complot porque sino sabía que no podría relajarse.
Llego con su Harley Davidson 1200 nigthster al RCNB, donde no loe pidieron acreditación. El uniforme del Bribón ya era suficiente acreditación.
Se dirigió a luna mesa de la terraza donde le esperaban el resto de la tripulación, su majestad y el principe Felipe incluído.
- Hola Tomás. Estás preparado? Hoy tenemos de ganar …- le comentaba su majestad contento.
- La previsión es de fuerza 5 a 6 de Garbí- Dijo Paco, el táctico y a veces en situaciones complicadas también era el skipper del barco. Siempre y cuando no vieran presencia de la prensa.
- Bien…bien. Juan Carlos…he tenido un mes un poco complicado por lo que una poco de adrenalina me irá estupendamente…- Le comentaba Juan Carlos al Rey
- Me alegro, por cierto ¿como fueron las velas nuevas…?
- No le sé…, porque tuve un imprevisto y no pude entrenar ayer, sin embargo y si que la pudieron testar y le comentaron que velas “andaban” mucho..
Tomás apreciaba a su majestad y en algún momento se le pasó por la cabeza explicarle que le habían puesto una bomba en el cuerpo y con toda seguridad iba dirigida a él.
Eran ya las 10:30 y estaban apunto de zarpar cuando Tomás desembarcó alegando, que debía saltar al muelle para ir al lavabo…era una necesidad.
Teóricamente “ellos”, los polis falsos, no sabían nada de que Tomás sospechaba algo.
Y entró en el lavabo donde le estaban esperando. Le colocaron el reloj con avisador. Aunque ya no tenía claro si era un reloj bomba o similar. También le introdujeron el auricular para escuchar las indicaciones y para hablar el reloj tenía un orificio lateral que hacía de micrófono si presionaba el botón rectangular.
Santi y Jose iban uniformados con polos blancos con el nombre de Marietta bordado en azul.
- Ok. Tomás. Todo va conforme el plan. Si hace viento están previstas tres regatas, deberás estar pendiente del reloj. En cuanto veas que se activa la antena, nos avisas
- De acuerdo. Debo marchar ya….el bribón está a punto de zarpar.
El Marietta era un barco clásico americano. Una goleta de 25 metros de eslora botado en 1915 y con veintidós tripulantes.
Mientras soltaban el muerto y las amarras Tomás no paraba de pensar “ Teóricamente Martin estaba preparado para una redada en el náutico en el momento que zarparan los barcos hacía el campo de regatas. Lo que no había previsto es que los terroristas se embarcaran en un barco clásico y compitieran en la regata…”
Tomás había acordado con Martin que para cualquier imprevisto se comunicaran por el móvil con sms y si eso fallaba tendría un receptor de VHF con la emisora en la frecuencia 72.


Era un buen día de viento, es decir un mal día para Tomás. La previsión estaba acertando, antes de salir de la bocana del puerto ya aparecían los llamados borregos, esa espuma blanca sobre las olas provocadas por el fuerte viento.
Tomás no había podido parar de trabajar preparando la maniobra, y cuando por fin había acabado y estaba empezando a escribir el SMS a Martín oyó el grito de “izar genova nª3!” Eso era una orden y significaba que no podía estar tranquilo para enviar el mensaje. Se fue a proa mientras iba colocando la vela ordenadamente por el stay de proa. Sólo había podido escribir están en el Marietta! Pero no había podido marcar el movil de Martin, lo haría mientras fueran izando. Le quedaba poco para enviar el mensaje. En quince segundos lo podía enviar cuando de repente cogieron una gran ola que hizo que a Tomás se le cayera el móvil al agua…
“ostia puta!...Estoy perdido no los he podido avisar. Deben estar como locos registrando el club náutico” pensó Tomás.
Todavía quedaba la radio. Debería pasar al interior del barco y sintonizar la radio que ya estaba abierta en el canal 72, y emitir el mensaje.
El Bribón navegaba a buena velocidad escorado hacia el campo de regatas. Era el barco más rápido y el que llegaría primero. Estaba dejando atrás al resto de la flota una vez llegaran al barco de comité arriarían el génova y tendría tiempo para enviar el mensaje. Sino estaría perdido.
Llegaron al campo de regatas a la altura del comité cuando Tomás oyo la ansiada orden “arriando genova!”
“!joder, ya era hora! “ exclamó Tomás.
Debía volver a proa para ir doblando el génova a medida que se arriaba. Operación que se tenía que realizar por tres tripulantes. Acabaron y Tomás decidió meterse dentro del barco.
“voy a buscar un grillete de la caja de herramientas” comentó Tomás a Luis mientras se introducía en el interior del Bribón. Ahí estaba, la radio. En el mamparo de estribor.
Sintonizó el canal 72 y presionó el boton de “talk”
“Martin están en el Marietta!” dijo Tomás
No le dio tiempo de nada más. Tomás volvió a cubierta. Estaban esperando señales del comité cuando pasó rozando el cuerpo de su majestad y entonces a Tomás de pronto se le ocurrió.
“claro que idiota soy” – pensaba Tomas
“Se han subido al Marietta porque es el único lugar desde que me pueden vigilar y si me acerco a Juan Carlos, pueden activar la señal del reloj que debe ser una bomba! “
Mirando como se acercaban los barcos clásicos con el Marietta entre ellos. Era el más grande y no tenía mucho tiempo. Se debería alejar de la bañera y dirigirse a proa lo más lejos del Rey. Ellos intentarían activar la bomba cuando estuviera al lado del Rey por lo que pensaba que se tenía de alejar lo máximo y no era solo para salvar al rey sino para salvarse el mismo.
Las pulsaciones le iban a un ritmo muy acelerado. El Marietta se acercaba. Tomás no estaba seguro de que llevara el explosivo en el reloj. Pensaba que el Dr. Maciá también era cómplice por lo que igual el explosivo lo llevaba todavía en su interior.
El guardacostas de la marina controlaba desde dos millas todos lo movimientos del Bribón. Supongo que en caso de explosión lo último que buscarían es en un barco clásico. El plan era diabólicamente perfecto.
“sólo tengo una opción” pensó Tomás mientras se sacaba el reloj y lo tiraba al mar antes de que se cruzaran con el Marietta.…”

lunes, junio 29, 2009

El contrato 9

Era ya viernes . Ese día Tomás debía bajar al barco a entrenar y probar velas nuevas. Un día antes de la regata, pero no estaba con ánimos y llamó para disculparse.
Todavía estaba sufriendo los efectos de la operación. Prefería aparecer al día siguiente, directamente para la regata. La policía no le había dicho nada más desde que los vio en la clínica. Era raro porque habían quedado que recibiría instrucciones y la regata era el sábado, es decir el día siguiente.
“igual se lo han repensado mejor, y creen que yo no les puedo servir de señuelo…” pensaba Tomás
Cuando de pronto y en el momento que había decidido irse a dormir sonó el timbre de la puerta.
“Esto es Murphi”… pensó Tomás
Miró por la mirilla y ahí estaban. Los dos policías de la clínica.
“un poco tarde no?” les ironizó Tomás
“lo estábamos preparando todo…” dijo el policía que parecía más joven.
“ siéntense por favor” “ya me dirán que quieren que haga…” – les preguntaba Tomás.
-“bien. “ El plan es el siguiente. Te llevas este reloj Brietling que en su interior lleva una radio frecuencia ultrasensible. Si detecta ondas teledirigidas hacia ti, porque está programado para la misma frecuencia que el mecanismo que te extrajeron, se desplegará automáticamente una pequeña antena, y en la pantalla aparecerá la posición desde donde se ha activado el mando del dispositivo. Deberás apuntar la esfera giratoria hacía el norte. Y te indicará el rumbo y la distancia desde dónde están emitiendo. Nosotros te preguntaremos el rumbo y la dirección. A través de un auricular que te pondremos mañana antes de embarcar.- decía el policía mayor, que llevaba barba y que parecía el que llevaba la voz cantante
“ Pero si antes de embarcar procedemos a pesarnos y es ahí donde la seguridad personal del Rey nos hace un registro, con discreción pero nos hacen pasar por un arco de seguridad y si detectan algo sospechoso procedan a investigarlo a fondo.” Le explicaba Tomás
“Ya lo sabemos y debemos actuar con suma cautela. Porque la seguridad personal de su majestad no debería ni enterarse. Eso puede suponer pánico y en definitiva que no podamos capturar a esos peligrosos terroristas.”
“lo tenemos todo pensado. Una vez que pasas el control de seguridad y el pesaje, te embarcas en el bribón y cuando quede poco para zarpar, te bajas del barco comentando que tienes un “apretón” y te diriges al lavabo del vestuario del club. No te volverán a registrar. Y en el lavabo te estaremos esperando. Allí es donde en dos minutos procederemos a implantarte el auricular y te daremos el reloj localizador, y entonces te vuelves a embarcar” le dijo el poli de barba
“ok. Así lo haremos” les dijo Tomás levantándose y acompañándoles a la puerta.
- Gracias por todo Tomás. Estás haciendo un gran favor a la justicia, y ahora descansa que mañana será duro.
- Buenas noches…ah, se me olvidaba…no sé ni como os llamáis?
Se miraron extrañados como si estuviera preguntando algo super secreto porque tardaron en reaccionar.
- Ah si…si…claro yo me llamo Santi y mi compañero José…- Se le notaba algo nervioso como si esa pregunta ni hubiera estado en el guión.
- Ok. Pues buenas noches.

Tomás se metió en la cama aún sabiendo que le costaría dormir. Era una operación contra los terroristas que lo utilizaban a él de cebo. Había algo de todo eso que le chirriaba. Se levantó y se fue al salón para abrir el mueble bar y prepararse un Whysky con hielo, también tenía pensado tomarse un orfidal para acelerar los proceso del sueño.
Se sentó con el whisky en el sofa, cuando se dio cuenta que el contestador tenía un mensaje. Pulso el botón de nuevos mensajes
Del aparato contestador salía una voz de hombre maduro con cierto nerviosismo_
“Hola Sr. Conesa, soy el sargento Martín del cuerpo de policía nacional de Barcelona. Me gustaría que me llamara porque tengo que comentarle…mi número es el 61732 06 46..Llame a cualquier hora. Es urgente. Muchas Gracias.”
“que raro era todo eso…” “¿porque recibo un mensaje de la policía nacional si la “secreta” que es del mismo cuerpo me han venido a ver una hora antes?
A Tomás sólo se le ocurría un motivo que le hacía poner los pelos de punta: Que los de la “secreta” Santi y Jose no fueran policías”. “ “¿Entonces quién coño eran?
Es complicado de explicar pero Tomás apuró el whisky y no se tomó la pastilla de Orfidal se volvió a vestir y salió de casa. Tenía una premonición. Eran las once de la noche cuando Tomás buscaba una cabina de teléfonos por la calle Balmes.

domingo, junio 28, 2009

Monarquía solidaria

Ojeando un reportaje de una revista del corazón (curioso nombre para las revistas que los suelen destrozar) me encuentro con la “noticia” de que la monarquía ha decidido con motivo de la crisis apostar por la austeridad. Cielos, me embriaga la emoción. Por fin atisbo un indicio de sensibilidad…Bueno voy a seguir leyendo.
Avanzo en el reportaje y no tiene perdida.
Está decidido ahora o nunca. La casa real ha decidido tomar medidas de acorde con la crisis:
-Cambiaran las bombillas por bombillas de bajo consumo. En cualquier caso la intención es aprovechar más las horas de sol. (debe ser que tendrán de dormir menos...digo yo)
-El material de papelería lo traerán directamente de Madrid, para evitar comprarlo en Mallorca. (no veo donde está el ahorro, que me lo expliquen…)
-Instalarán un sistema de regadío para los jardines del palacio de Marivent aprovechando las aguas de las lluvias (como en Mallorca en agosto debe llover mucho…).
La cuestión es si la inversión en austeridad procederá como siempre del erario público, o del bolsillo de la monarquía. ¿Hay alguna diferencia?
Del caviar y del champán francés no dice nada este artículo. Tampoco sobre el Yate real Es que el objetivo real del artículo es reírse de nosotros o reírse de ellos. O es que eso vende, como quieren hacernos creer.
Otra historia es que vendieran el reportaje de su “austeridad” y lo donaran a las Ong. O hasta si me apuráis hasta para cambiar las sillas de la terraza del Real Club Náutico de Palma.
Hasta ahora para mi la monarquía ni fu ni fa. No era un defensor acérrimo pero tampoco los vilipendiaba. Creo que hasta jugaban su papel de “embajadores”. Pero de eso a que nos tomen el pelo. Como que no.
Pero tú, Carod Rovira, no te hagas ilusiones que no te puedo ni ver.