Pues nada, a Google vas mono “bush”!
Cientos de fotos, casi un master en primates, visionando todos los tipos de monos, gorilas, macacos, que existen y ninguno igual que Bush!
Jooooder! Vaya marrón! Y ahora que coño debo de hacer?. La verdad es que Bush ya ha aprendido a comportarse más o menos y le encanta subirse a mi hombro.
Van pasando los días, y nos vamos acostumbrando a Bush, y nos vamos acostumbrando principalmente mutuamente. Hay cosas, que son complicadas como el que haga las necesidades en el lavabo…pero todo se andará.
He tenido que dejar a Bush sólo con Fosc, porque tengo de volver al trabajo. Y cada vez que llego a casa me encuentro el percal. Las juergas que deben pasar el perro y el mono.
Con mi mujer, continuo negociando para que vuelva y conozca a Bush, pero de momento está complicado que vuelva.
En el Ayuntamiento dí de alta a Bush como animal de compañía como Macaco, sin especificar la rareza de lo de la cola verde. Por lo menos que no me multaran cuando me vieran con Bush paseando. Aunque me firmaron un certificado de pertenencia provisional durante tres meses adjuntando una notificación del zoológico conforme Bush no era considerado un animal peligroso.
He hablado con especialistas, investigadores, foros en google, y siempre me encuentro con que se parece a una especie que llaman mono verde o mono tota, caracterizados por su cola larga, la cara pequeña y normalmente negra el pelo largo y grueso, manos y pies oscuros y en el caso de los machos el escroto azul. Pero ninguno tiene la cola verde!
El tema es que me comuniqué con Balmer, un especialista americano, interesándose por la rareza de Bush. Le envie por e.mail varias fotos, y al poco tiempo me informaba que vendría a Barcelona para estudiarlo más a fondo…
jueves, abril 23, 2009
miércoles, abril 22, 2009
sobre Bush, el mono africano de cola verde...
¿El puto mono o yo?- me gritaba amenazante mi linda mujercita.
Yo creo que el silencio que se produjo emulando una cierta duda fue el detonante de todo.
Pues ya os lo podéis imaginar. Menos sangre hobo de todo. Gritos, amenazas, insultos. No fue una noche muy agradable. El puto mono de los cojones que menos tumbar la lavadora, que pesa lo suyo, y por como encontré el lavadero al día siguiente, estoy seguro que lo intentó. Que no hay mono que valga. Como lo primero es lo primero, y se trata de intentar hacer que la parienta vuelva a casa. Que sus padres ya la han aguantado los suficientes años.
- “que me cojo el día de fiesta para irme al “valle”!- dije al recepcionista a primera hora para avisar.
- Muy bien. Ya lo comunicaré. Buena esquiada.
Si supiera que el Valle es el Hospital del Valle Hebrón y no Baqueira Beret…pero bah! No valía la pena dar más explicaciones. Era obvio que el cerebro me fallaba.
Y ya me veis, con “Bush” que así decidí llamar a mi puto mono. Era evidente que debía de solucionar el tema, para que el agua volviera a su cauce.
“Que raro mono” – me comentaba el veterinario de Gracia. – Yo no te puedo ayudar, porque como comprenderás no me lo puedo quedar, pero te aconsejo llevarlo directamente al zoológico, que seguramente se lo quedarán.
Y una hora más tarde, ahí estaba con Bush, cogido con su correa, que no debía de entender nada, aunque pareciera lo contrario. Sentados en una fría pasillo delante de una puerta con la inscripción de “departamento de primates”.
Ahí dentro debía trabajar mi cuñado, porque como es político…
Al cabo de media hora salió un Sr. Con bata de médico. Debería ser el especialista en monos, deduje.
- Así que nos quiere donar su mono no?- Me dijo con cierto “Rintintin” . Supongo que no debo ser ni el único ni el primero en pasar por eso.
- Si,si. Porque debo solucionar este tema con carater de urgencia
- Ya me imagino…- comentaba el señor mirándose al mono. – Que raro….Espere un momento por favor.
Y volvió a entrar en su despacho. Hasta media hora me tuvo con “Bush”.
- Pasé por favor con el mono.
Estuvieron mirándolo a Bush por todas partes. Se lo llevaron toda la mañana. Hasta me dio pena, pobre Bush.
“¿Tan difícil es dejar un mono en el zoo?
Lo jodido fue cuando salieron todos los veterinarios, o lo que sean, para devolverme el mono.
El mayor de los especialistas me dijo: “lo siento pero no nos lo podemos quedar” “no sabemos de que especie se trata porque no encontramos referencias. Hay alguna especie con rasgos parecidos, pero ninguno con la cola verde. Es realmente raro, y es que además lo hemos corroborado con diferentes zoos y especialistas y nadie tiene la menor idea de donde puede haber, salido. Y lo peor de todo es que como no está catalogado no nos lo podemos quedar….
“Qué?????????????????????” ¿Estará bromeando…no?- Grite
Pero no bromeaba…
Yo creo que el silencio que se produjo emulando una cierta duda fue el detonante de todo.
Pues ya os lo podéis imaginar. Menos sangre hobo de todo. Gritos, amenazas, insultos. No fue una noche muy agradable. El puto mono de los cojones que menos tumbar la lavadora, que pesa lo suyo, y por como encontré el lavadero al día siguiente, estoy seguro que lo intentó. Que no hay mono que valga. Como lo primero es lo primero, y se trata de intentar hacer que la parienta vuelva a casa. Que sus padres ya la han aguantado los suficientes años.
- “que me cojo el día de fiesta para irme al “valle”!- dije al recepcionista a primera hora para avisar.
- Muy bien. Ya lo comunicaré. Buena esquiada.
Si supiera que el Valle es el Hospital del Valle Hebrón y no Baqueira Beret…pero bah! No valía la pena dar más explicaciones. Era obvio que el cerebro me fallaba.
Y ya me veis, con “Bush” que así decidí llamar a mi puto mono. Era evidente que debía de solucionar el tema, para que el agua volviera a su cauce.
“Que raro mono” – me comentaba el veterinario de Gracia. – Yo no te puedo ayudar, porque como comprenderás no me lo puedo quedar, pero te aconsejo llevarlo directamente al zoológico, que seguramente se lo quedarán.
Y una hora más tarde, ahí estaba con Bush, cogido con su correa, que no debía de entender nada, aunque pareciera lo contrario. Sentados en una fría pasillo delante de una puerta con la inscripción de “departamento de primates”.
Ahí dentro debía trabajar mi cuñado, porque como es político…
Al cabo de media hora salió un Sr. Con bata de médico. Debería ser el especialista en monos, deduje.
- Así que nos quiere donar su mono no?- Me dijo con cierto “Rintintin” . Supongo que no debo ser ni el único ni el primero en pasar por eso.
- Si,si. Porque debo solucionar este tema con carater de urgencia
- Ya me imagino…- comentaba el señor mirándose al mono. – Que raro….Espere un momento por favor.
Y volvió a entrar en su despacho. Hasta media hora me tuvo con “Bush”.
- Pasé por favor con el mono.
Estuvieron mirándolo a Bush por todas partes. Se lo llevaron toda la mañana. Hasta me dio pena, pobre Bush.
“¿Tan difícil es dejar un mono en el zoo?
Lo jodido fue cuando salieron todos los veterinarios, o lo que sean, para devolverme el mono.
El mayor de los especialistas me dijo: “lo siento pero no nos lo podemos quedar” “no sabemos de que especie se trata porque no encontramos referencias. Hay alguna especie con rasgos parecidos, pero ninguno con la cola verde. Es realmente raro, y es que además lo hemos corroborado con diferentes zoos y especialistas y nadie tiene la menor idea de donde puede haber, salido. Y lo peor de todo es que como no está catalogado no nos lo podemos quedar….
“Qué?????????????????????” ¿Estará bromeando…no?- Grite
Pero no bromeaba…
martes, abril 21, 2009
Ferrán Adriá
Es curioso lo de Ferrán Adriá. Y es que según el Financial Times es el español más influyente. Lo ves físicamente y da la sensación de sucio, sin afeitar y con la camisa por fuera con barrigón cervecero… Hoy lo he visto en las noticias, porque le han concedido el premio al mejor restaurante del mundo ( por quinto año consecutivo!). Lo oyes hablar y se te cae el mundo a los pies. Como puede ser, si parece inculto y además tartamudea. Pues a pesar de todo ello debe de ser un tipo muy especial. Tiene muy claro que lo que no busca son premios sino que la gente disfrute. Y experimente. Y eso debe ser la ostia porque con la facturita de marras que te debes encontrar, ¿ no fue un restaurador inglés que hizo un “sinpa” y la policía lo buscaba porque pensaba que lo habían secuestrado?. Tiene delito el tema.
Coincidí por casualidad con él, en una fiesta de la revista Elle en Valencia hace unos tres años mientras hablaba con Andrés Sardá, Ferrán se acercó para saludar… al sr. Sardá, claro, que os pensabais. Pero Ferrán Adriá educadamente se presentó. Estuvieron durante cinco minutos charlando animosamente y yo boquiabierto como espectador de lujo. Y es que resulta de que Andrés había estudiado restauración en Paris, durante casi tres años en cursillos de tres semanas, mientras que Ferrán Adriá consiguió tocarle el pecho a una novia suya, pero sin haberle podido soltar el complicado cierre del sujetador de la marca de Andrés Sardá. Y los dos se reían pensando en lo gracioso de la situación.
Después de esta anécdota. Mi opinión sobre él cambio. En cualquier caso debería pasar la prueba del público, que no es más de dejar que sus clientes pagaran lo que quisieran, en función del grado de satisfacción. Y entonces se comprobaría realmente si lo que paga la gente corresponde a lo que cobra.
Y es que esto que parece una falacia, es precisamente lo que hizo el propietario de un restaurante que adaptándose a la crisis, no quería cobrar un precio a sus clientes sino que lo que dejó es un sobre vacío en cada mesa, comentándole a los comensales que pagaran lo que quisieran, o mejor dicho lo que consideraban que tenían de pagar.
Por la noche hizo el recuento, el propietario no daba crédito a lo que veía. Había ganado más que si hubiera cobrado el menú habitual.
Por eso si la satisfacción fuera la misma, ¿pensáis que los clientes del Bulli pagarían los 300 euros del menú?. Yo tampoco.
Para mí. Sería justo de que funcionáramos así. Hubo un grupo ingles de rock que decidió pasar de la discográfica y decidió que la gente se bajara el disco por Internet y que pagara lo que quisiera. Pues bien lo mismo. Se forraron y eso da que pensar. Hay que asumir que las cosas cambian y que las discográficas no pueden cobrar lo que cobran por los CD´s. Y si se hunden, pues que se hundan. Se lo merecen.
Para mi todo eso de los derechos de autor sí que se tienen de considerar, pero no pagando las barbaridades que se pagan. Yo, si bajarme un disco legalmente me cuesta dos o tres euros los pagaría. Si me cuesta 20 euros que me busquen.
Bueno lo dicho, a reservar una mesa en el Bulli, para dentro de dos años, y tener el gusto de anular la mesa el mismo día para irme con una amiga al Kaiku de la Barceloneta. Me encantaría. Si pa chulos yo.
Coincidí por casualidad con él, en una fiesta de la revista Elle en Valencia hace unos tres años mientras hablaba con Andrés Sardá, Ferrán se acercó para saludar… al sr. Sardá, claro, que os pensabais. Pero Ferrán Adriá educadamente se presentó. Estuvieron durante cinco minutos charlando animosamente y yo boquiabierto como espectador de lujo. Y es que resulta de que Andrés había estudiado restauración en Paris, durante casi tres años en cursillos de tres semanas, mientras que Ferrán Adriá consiguió tocarle el pecho a una novia suya, pero sin haberle podido soltar el complicado cierre del sujetador de la marca de Andrés Sardá. Y los dos se reían pensando en lo gracioso de la situación.
Después de esta anécdota. Mi opinión sobre él cambio. En cualquier caso debería pasar la prueba del público, que no es más de dejar que sus clientes pagaran lo que quisieran, en función del grado de satisfacción. Y entonces se comprobaría realmente si lo que paga la gente corresponde a lo que cobra.
Y es que esto que parece una falacia, es precisamente lo que hizo el propietario de un restaurante que adaptándose a la crisis, no quería cobrar un precio a sus clientes sino que lo que dejó es un sobre vacío en cada mesa, comentándole a los comensales que pagaran lo que quisieran, o mejor dicho lo que consideraban que tenían de pagar.
Por la noche hizo el recuento, el propietario no daba crédito a lo que veía. Había ganado más que si hubiera cobrado el menú habitual.
Por eso si la satisfacción fuera la misma, ¿pensáis que los clientes del Bulli pagarían los 300 euros del menú?. Yo tampoco.
Para mí. Sería justo de que funcionáramos así. Hubo un grupo ingles de rock que decidió pasar de la discográfica y decidió que la gente se bajara el disco por Internet y que pagara lo que quisiera. Pues bien lo mismo. Se forraron y eso da que pensar. Hay que asumir que las cosas cambian y que las discográficas no pueden cobrar lo que cobran por los CD´s. Y si se hunden, pues que se hundan. Se lo merecen.
Para mi todo eso de los derechos de autor sí que se tienen de considerar, pero no pagando las barbaridades que se pagan. Yo, si bajarme un disco legalmente me cuesta dos o tres euros los pagaría. Si me cuesta 20 euros que me busquen.
Bueno lo dicho, a reservar una mesa en el Bulli, para dentro de dos años, y tener el gusto de anular la mesa el mismo día para irme con una amiga al Kaiku de la Barceloneta. Me encantaría. Si pa chulos yo.
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