Todo iba bien
hasta que Gertrudis desapareció al segundo día de llegar a Barcelona.
Embarcamos en el “Cerveza”
desde Copenhage hasta Barcelona con Gertrudis, una camarera que conocimos en el
Hotel y que nos suplicó que la lleváramos a Barcelona.
Pensamos que podía
echarnos un mano (como así fue), principalmente en las facetas culinarias, por
lo que la incorporamos en la tripulación.
Tres personas
para todo un doce metros del William Five III de 1908 no parecía excesivo.
En cualquier
caso, llegamos a un acuerdo verbal con Gertrudis de que no queríamos tener
problemas con “inmigración” por lo que si nos decían algo diríamos que se había
metido en el barco como polizonte.
No tuvimos ninguna
inspección durante toda travesía…y
Gertrudis nos dijo en una ocasión que lo primero que haría en Barcelona sería
ir a una comisaría a regularizar su situación. Su intención era quedarse
durante una larga temporada a vivir y
trabajar en Barcelona.
La primera duda que
nos surgió al pasar ya tres días de la llegada a BCN y sin noticias de
Gertrudis era si teníamos de denunciar
su desaparición.
Resolvimos de que
denunciar una desaparición de alguien que has traído a España de una manera “ilegal”
nos supondría un verdadero problema…
Nos extrañaba
mucho de que Gertrudis no nos hubiera dicho absolutamente nada y se hubiera
largado sin más…En el mes de travesía la encontrábamos un poco distante, aunque
lo atribuíamos a el carácter danés…pero un mes conviviendo tres personas en un
barco clásico de 12m genera cierta confianza. O por lo menos eso fue lo que pensábamos.
………
………
…………
Esto es un
pequeño “trozo” de un capítulo de mi actual libro “el Cerveza”…Me planteo acabarlo
este año 2017.
Tengo un pequeño “bloqueo”
en como proseguir en un momento dado…pero daré con ello muy pronto…en la próxima
subida a la Font groga en “bici” lo soluciono…
El hecho de
escribir me encanta. Sé que a pesar de todos mis errores técnicos, es algo que me
genera “buen rollo” y cuando estoy inspirado puedo escribir “obras de arte”.
“menos lobos
campeón”
Si tienes toda la
razón. Puede que me haya ido un poco arriba…
Creo que la
escritura ejercita una parte creativa del cerebro, diferente a las otras. No sé
porque, pero lo lo que si sé es que cuando te llegue otra vez la inspiración, mejor
que lo haga cuando estoy escribiendo…
Apa nos vemos
pronto!
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