martes, septiembre 15, 2009

"insisto...es que quiero que lo pruebes!!"


Es respecto a mi viejo Subaru que tengo de jubilarlo, por aquello del consumo y que los que podemos tenemos que ayudar a los demás a salir de la crisis… (los que podemos?).
Pues eso, que uno se presenta con “carta de recomendación” al director del concesionario. Primer error. Que hoy en día se podría llamar confesionario perfectamente porque uno tiene que explicar que es lo que hace o hará para elegir unos “extras u otros” que además los listillos de los que fabrican estos coches, lo hacen para que no puedas luego en función de tus necesidades. Se tienen que elegir los extras en ese momento o callar para siempre. En fin, de intentar incrementar el importe del pedido sea como sea.
Pues como uno se deja convencer con relativa comodidad, luego vino lo de “es que lo tienes de probar..” “es que deberás estar convencido y meterlo en el parking, etc…porque no queremos que te equivoques…”
“no, no…que no hace falta que me imagino que va muy bien…” le decía yo
“insisto…que no puedes dejar de probarlo, que ahora digo que te lo preparen…”
Pues nada, que antes la insistencia reiterada uno se deja. Segundo error y el más grave. En esto que orgulloso yo paseaba con un coche por mi ciudad, hasta que llego la hora de meterlo en el maldito parking.
“pero…¿que no hicistes caso a las ayudas del parking assist del coche?” me preguntaba el director del concesionario incrédulo al contemplar la impresionante rayada en el bonito coche de disposición a los clientes…
Es que uno con lo cansado que llega a casa después de su jornada laboral, meter un gran coche en un pequeño parking es lo que tiene.
Para empezar, tuve de desconectar susodicho “park assist” por que en cada curva era un infierno de pitidos por todos lados. Hasta que decidí desconectarlo, porque como ese artilugio tiene en cuenta el margen de seguridad que yo necesito para tomar la curva con garantías, pues para mucho no me sirve, pensé.
Hasta la cuarta planta tuve de llegar. Primera bien, despacio pero bien, segunda mejor, ahora ya lo tengo, y la tercera fue la fatídica la de pillado entre las paredes de la curva. Con la gotita de sudor notándola que baja por la sien, con el pie presionando fuertemente el pedal de freno. Porque ha todas estas los coches de hoy en día ya no llevan la palanca de freno de mano, sino que “sólo” hay un botón. “¿cómo cojones se calcula la sincronización entre que vas soltando progresivamente la palanca del freno mientras aceleras para inmovilizar el coche?...
Si ya os digo que los que somos de la “vieja escuela…”
“Pues ya me lo pensaré…pero si le debo algo de la rayada me lo dice…”
“No, no…bueno, no se preocupe…y vuelva cuando quiera…” me comentaba sin ninguna

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