Probablemente el mejor sitio para tomarse una bravas en Barcelona. Sorprende que con lo aficionados al tapeo, deporte nacional, no afloren mas sitios como el Tomás. Ni tan auténticos. Recuerdos imborrables, patatas con amigos. Algunos ya no están. Recuerdos de un sitio para mi muy entrañable. Hace 25 años que voy y sigue como siempre.
Con lo que me llegaban a gustar las dobles mixtas. Por raras circunstancias, el alioli ya no me sienta bien … y mira que me lo han recomendado porque es uno de los productos mas sanos y beneficiosos para la salud.
Pero bueno, el que no me siente bien el Alioli no quita que de que no me pueda tomar unas “que piquen”. Recuerdo que podías elegir dos medidas e incluso cuando pedías Coca-cola te traían la botella individual grande de 250 cc. Y bravas y Coca-cola costaba 125 ptas…El antiguo propietario traspasó el negocio, pero realmente lo que más se valoraba era la formula “secreta” de las bravas. Y lo sigue siendo.
Anécdotas muchas. Recuerdos imborrables de compartir aperitivos con amigos, con alguno que ya no están. Como me he vuelto “mayor” ahora me he pasado a la cerveza .
Y ya sólo hay una medida, la de las dobles. Algo realmente lógico, porque debía haber muy poca gente que se conformara con sólo una ración de patatas. A veces las he pedido “para llevar” y comerlas en casa . Pero no es lo mismo. Es como ir al Frankfurt de Pedralbes, hay productos que se deben de tomar en el sitio, porque sino pierden todo su encanto. El “ambiente” el olor, la gente, el griterío todo ello hace de este tipo de sitios atractivos.
La cuestión es si debería evolucionar el Tomás. Supongo que muchos considerarán que debe de seguir tal y como está, sacrificando algo de higiene en favor de la autenticidad. Yo pienso que deberían modernizarse. No ya el producto, esencia del negocio, pero sí su presentación. Los palillos deberían de presentarse con los envoltorios individuales habituales. No estaría nada mal hacer un giro, hacia el diseño, que fuera un lugar algo más acogedor y original. Optimizar el espacio de otra manera. Darle un aspecto más actual. E incluso intentar incorporar alguna opción de tapas (que ya se que ya las tienen) que pudieran ser más atractivas. Dicho esto. Supongo que el dueño actual se preguntará porque debería de cambiar algo si en las horas punta lo tiene todo lleno. Yo creo que si, antes de que se vuelva un lugar hasta desagradable y caduco, con un excelente producto….¿que pensáis lo tiramos abajo y lo rehacemos, optimizando espacio o lo dejamos tal como está?
3 comentarios:
Yo, personalmente, lo dejaria tal como está. Me encanta el ambiente casi decadente que se respira. Vale, lo de los palillos,si. Por higiene. Pero ese griterio (odio los lugares ruidosos, pero el Tomàs, es el Tomàs)de los camareros es de toda la vida y casi no me molesta. Me gusta el olor característico que solo tiene ese bar. Y sus papeles en el suelo. Tengo miles de recuerdos encerrados ahí... El hijo del antiguo dueño era amigo de juventud y un dia cerró el bar para toda la peña. Nos pusimos las botas de bravas e hicimos una fondue. Felices, acabamos la noche cantando todos. Y de los berberechos, que me dices? Y mira hay bares que no deben cambiar, son como son. Eso si, respetando la higiene, insisto.Como el Roble, con su regusto a viejo. Mira, a mi me guataba más el Velódromo de antes que el de ahora. Ya ves. Como dicen: para gustos los colores. Venga, hasta pronto!
Yo no cambiaría ni los palillos, empaquetaría el concepto y me lo llevaría a Madrid.
Eso sí, mejorar un poco las tapas no le vendría mal, las croquetas y empanadillas son.... muy mejorables.
Los recuerdos pesan y mucho, van los de siempre, los que hacían las campanas a al vez, con menos pelo y más kilos, pero con la misma cara de malos delante de las patatas
También es verdad. Que si algo es auténtico hay que dejarlo, porque quiere decir que no es una moda pasajera...y pensándolo bien ¿os acordais del ¿bar Paris? Pues desde que lo "modernizaron" no he vuelto a entrar...querrá decir algo?...pues el Tomás yo tambien voto dejarlo como está!
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