miércoles, febrero 16, 2011

Toni

Que difícil es escribir este post.


¡Joder!. Es una mezcla de sentimientos. Sufrimiento de ver a tus padres sufrir, impotencia de no poder haber ayudado más a Toni. De preguntarte porque una enfermedad desconocida se lo ha llevado. Igual tampoco era tan desconocida. La impotencia de tan siquiera ni saberlo. Bah!...que más da…

Cansancio acumulado. Recuerdos de Toni, sobre todo los buenos. Las olas del mar. El frío del viento de febrero golpear en la cara. La vida se ha mostrado injusta con Toni. Pero todo lo que tenía de diferente y de especial también lo tenía buena persona.

Pocos remilgos y relaciones de hipocresía. No era lo que se podría considerar un triunfador, le daba igual. Y era feliz. Se rodeaba sólo de lo que le gustaba y no quería ataduras ni compromisos. Quién lo quería, lo quería de verdad. Había de entenderlo, pero tampoco era tan difícil. Tenía su mundo.

Cuando veo que en el tanatorio mis hijas entran solas para mirarlo por última vez… Pero no se conforman en no verlo más. Sé que lo pasan mal, pero mis hijas entran y salen continuamente de la sala donde Toni ya muerto, ya descansa.

A veces las acompaño y lloramos todos en silencio. ¿Cómo decirles que no lloren más?. No quieren decirle adiós definitivamente. Se me encoje el corazón. El recuerdo de Toni jugando con las niñas....

Joder,joder,joder,…joder….Toni!

El apoyo de todos. Los emails y sms de los amigos, todo eso hace que el dolor se transforme en algo de alivio. Reconforta. Esa debe ser la palabra…

El viento frío de febrero golpeando en la cara, pero ni lo noto… Sus ganas de vivir y su convencimiento que al final entre todos lo sacaríamos de esa extraña enfermedad de la que nadie entendía nada…Y sé que confiaba en mi. ¡Y no he podido sacarte de ahí.!

Toni, lo siento…!pero no he podido!…No paro de darle vueltas…Tengo ganas cuando esto se acabe y hablar con tu médico, el mismo que decía que ya creía que sabía lo que tenías!!! Joder, si se descuida…pero sobretodo decirle 4 cosas. Ahora ya está, la muerte no tiene ya solución. Pero preguntarle porque no dejó que fuéramos con otros médicos, o …bah!...Rabia contenida. Mezcla de incompetencia. Ahora descansa Toni! Estés donde estés, porque ya te toca …que te dejen en paz…que es lo que siempre has querido…hacer tu vida. Libre y feliz. Aunque sea en otro lado…Te quiero Toni. Aunque nunca te lo haya dicho….pero tu ya lo sabías…¿no?

Y lo de salir en barco…a corto plazo lo tenemos un poco complicado…!con lo que te apetecía!..ya lo organizaremos…

Ahora ya eres libre, y tienes todo el firmamento para navegar!

Hasta siempre Toni.

lunes, enero 24, 2011

Caza y pesca. ¿Qué estamos haciendo?


Soy poco o nada admirador de Pilar Rahola. Reconozco que no es mi tipo, y tiene una manera de ser que se aleja de lo que entiendo que debe de ser una mujer elegante y consecuente. Pero a veces me engancho a leer su columna y me gusta alguna de las conclusiones y reflexiones cuando no son interesadas. Y el otro día, leí una columna sobre el tema de la crueldad de la caza y debo reconocer que lo hacía desde una óptica muy interesante. Cuestionándose cuan retorcidos debían ser los pensamientos de los cazadores cuando disfrutan al ver como sufre un animal, que ellos llaman “pieza” a la cual acaban de abatir por un disparo y el animal se debate retorciéndose de dolor en una lucha que ya tiene perdida hasta que muere. Simplemente por el hecho de haberse cruzado en el camino de un cazador. Un asesino de animales, que ni tan siquiera se puede llamar depredador. Probablemente la pieza la tirará o la regalará, porque su mujer le “dejara ” ir a cazar, pero ella no preparará ningún plato con los trofeos. Faltaría más.
Los cazadores defienden su territorio y su afición argumentando que son los que más cuidan y “aman” a los animales y son los que establecen un equilibrio, que además pagan ingentes cantidades de dinero para la conservación de la fauna y de los parques nacionales.
Probablemente, pero conservan la fauna para que sea más abundante y por ende los puedan abatir más fácilmente. Probablemente sea así, pero la cuestión va un poco más allá de la caza, como un mero ejercicio de puntería y de concentración e incluso de estar rodeados de naturaleza. Lo preocupante es el placer que produce a esa gente cuando mata.
Ese mismo día veo un anuncio de Carrefour anunciando que ellos no venden ni venderán nunca atún rojo ni otras especies en extinción. Bien por ellos, aunque sea mas fachada que otra cosa, por algo se empieza. Y me viene a la memoria una buena amiga que en una comida este mes pide atún rojo, y me comenta que ya sabe que el atún rojo está en peligro de extinción, le sabe mal pero cuando se extinga comeremos otra cosa. Al final fui yo el que se comió el atún rojo. Exquisito por cierto. Es cierta esa reflexión de mi amiga pero no deja de ser triste y cruel. Y eso que yo soy el primero que he pedido a veces atún y si era rojo mejor. Y también he pescado atunes, bueno he participado en la pesca de atunes y para mi era un orgullo. Y de eso no hace mucho tiempo, pero ya no me siento orgulloso. Ni de ir a los toros. Ni del sufrimiento en general. Creo que ya no me veréis pescando ni cazando. He intentaré no volver a comer atún rojo. Lo hecho, hecho está. Y lo lamento de veras.

domingo, enero 23, 2011

Vuelo rasante. Por encima del agua.


Suenan  los primeros compases del Réquiem in D minor K626 de Mozart. La música está bastante alta, como a mi me gusta (ventajas del IPOD, que no molestas a nadie). El cielo azul intenso como pocas veces. Tan azul, que incluso sorprende el contraste de los dos azules en la línea que los separa. Viento creo que será suficiente. Un poco mar de fondo. Frío, bastante, pero con el neopreno térmico y las botas de agua, solo lo noto en la cara, un poco en la frente y en los pómulos, en donde no me tapa las gafas polarizadas Oakley. Las mismas que regalaron a los mineros chilenos. Esas que se no reflejan los brillos en las olas.

Vamos allá. Si esto debe de ser una mariconada!
Parece que es como todos los barcos. Aunque todavía no he cogido la velocidad para volar. Cazo la escota, El barco empieza a escorar. Los movimientos míos son muy prudentes, propios ya de una persona entrada en la madurez, y me empiezo a colgar a medida que el barco, o lo que sea ese cacharro va adquiriendo velocidad. Y los tambores del réquiem no cesan. Es justo en el momento que suena el trombón y el tenor con su potente voz, me debe querer decir algo que evidentemente no entiendo pero a juzgar por el tono parece enfadado, yo no le hago caso y extiendo ya del todo mi piernas, cuando el barco se acelera y de golpe se eleva, y me doy cuenta que me dirijo a toda velocidad hacia el hotel vela. Pero volando. Estoy volando. Entones entra el coro, los violines, las violas. Debe ser la suma de todo. Pero me da la impresión de que el mismo Mozart desde allá arriba me debe estar mirando muerto de envidia, al verme volar por encima del agua. El corazón lo noto. Calculo que las pulsaciones las debo de tener casi al máximo. En mi pulsómetro eso deben ser por las 195 revoluciones por minuto. Pero me da igual. La sensación es única. Debo de ir pensando en virar y dirigirme hacia mar abierto, porque voy realmente rápido. Pienso en lo que deberé de hacer mentalmente antes de virar. El agua debe estar muy está fría, y muchas ganas de mojarme no tengo. Cuando cuente a tres. Dos. Uno. Ya. El barco traslucha y la vela cambia rápidamente de lado, el barco ya ha girado. Pero no he sido lo suficiente ágil para colgarme rápido.
Pasan unos segundos interminables. Pienso que no me tengo de poner nervioso aunque este en el agua, debajo del agua, liado con la escota. Lo más curioso es que no noto frío, ni me pongo nervioso, la música sigue sonando. Siento el coro del réquiem , van por el IX domine Deus, parece que me intenten animar para que salga de ahí. Debe hacer 30 segundos, y ahora que lo pienso no sé cuanto tiempo puedo aguantar debajo del agua. Un minuto y medio?. Está bien me daré prisa. Pienso que el coro se está poniendo más nervios que yo. Debe haber pasado un minuto porque no tengo todavía la sensación de que me falte el aire. Probablemente debajo del agua los segundos pasan más lentos. Mucho más. Si ya lo pensé cuando me dejaron ese barco. Foncu! Que te harás daño!...y yo sin hacer caso. Me debo haber enganchado con la escota.
¿Qué pensabas? ¿Qué era coser y cantar?. Pensando en lo del cantar. Me gustaría tener buena voz. Cuando cantan, se deben emocionar tanto como yo lo hago cuando les escucho…me diréis que soy un carca, que esas cosas ya no pasan…
Subo otra vez al barco o a ese inventillo de 3,5 metros que me ha dejado probar Román. Por suerte es muy ligero y desvuelca bastante rápidamente. Porque eso de volcar tiene su gracia. Pienso en una ducha calentita y además los del coro ya se han tranquilizado y yo me vuelvo al puerto después de experimentar unas sensaciones muy difíciles de explicar. Lo que no entiendo es cómo el Ipod no ha dejado de sonar, ni cuando estaba debajo del agua. Será que no querían interrumpir el réquiem...será eso.
Os envío un link para saber que es eso del moth. ¿Ves Lino que pasa? Si es que me provocas....