Hacía años había salido alguna vez por la
noche, pero deje de salir…y lo malo es que no me acordaba porqué.
Expectativas tenía puestas en la salida
nocturna. Muchas. También dudas. Salir por la noche (de hecho estaríamos
hablando de las siete de la tarde por lo que cuando me refiero a noche es
porque es oscuro) sólo le veo una ventaja en teoría y es que no te encuentras a gente…(en teoría, porque
en la practica te vas cruzando a bastante gente, ya sea paseando el perro, ya
sea corriendo o con otras bicis.)
Orondo era el personaje que me pasaba en
la exigente subida de carretera de las aguas a la antena, creándome muchas
dudas sobre mi forma física hasta que me daba cuenta que su mtb era e-bike (de
las eléctricas) …y eso no vale. O si.
Otro (buen) tema es que la salida
nocturna la limitas a una hora y media
máximo, y no porque no tengas ganas de más (que también, para que os voy a
engañar) sino porque la dichosa batería de la luz (farolillo chino de 1800 lumens) dura lo que dura.
Frío, aunque abrigado se soporta bien. Y
lo único que en las zonas de trialeras, o mejor dicho las bajadas por senderos
del bosque, la luz te limita mucho la visibilidad y el halo de luz nunca lo
tienes donde te gustaría tenerlo.
Eso a veces es bueno porque no acabas de
ver por donde “te tiran”, porque si vieras te lo piensas…
En definitiva, una gran experiencia.
Repetible, pero eso sí , siempre y cuando vaya con gente con diferentes
niveles, y no sean sólo los “pros” (y entiendo como tales a los que tienen más
problemas en casa, y por eso salen mucho más).
La foto con el grupo mixto de tres pros y tres que
no es decir “mochileros” , y yo entre ellos. Suerte que la salida fue mucho
mejor que la foto!!!