miércoles, diciembre 16, 2009

tears in heaven



Felipe Lizondo ese día no quería llegar tan pronto a casa ese día.
Aunque vivía sólo en un ático del Born, quería bajar andando desde donde trabajaba, en una elegante oficina de la planta 15 del edificio de Deustchbank de Paseo de gracia con Diagonal.
Bajaría andando como casi siempre por el paseo de Rambla Cataluña hasta Plaza Cataluña, y luego por Trafalgar hasta la calle Argentería 27.
Pero ese día, después de trabajar se metió en la “bodeguita” para tomarse un Gin Tónic.
Eran las nueve de la noche de ese frío día de Diciembre. Llevaba siete meses viviendo en Barcelona, y a pesar de la humedad de la que no se acababa de acostumbrar a pesar de haber vivido en NY, era una ciudad que le gustaba.
Felipe se consideraba un “trotamundos”. Nació en Teruel, pero a los 17 años dejó su casa para irse a vivir a Madrid, a un internado para estudiar en la universidad de económicas de Madrid, luego vino la beca y acabó su formación en Harvard.
Se graduó brillantemente, y para estudiar luego  un Master de management financiero y empezar a trabajar como asesor financiero en Goldman& Sachs en Chicago. Al cabo de dos años lo trasladarían  a Nueva York donde vivió durante ocho años. Viviá en Manhattan. Ganó una fortuna especulando. Pero su vida sólo era trabajo. Después del banco montó su propia empresa. Tenía 45 años y buena presencia, pero no había conseguido nunca una relación estable, de más de tres meses de duración a pesar de que le gustaban mucho las mujeres. No tenía tiempo para ellas, y al final le acababan abandonando. Él buscaba sólo sexo fácil, ellas un proyecto. Pero ya estaba cansado de vivir así. Ya eran muchos años viviendo con demasiada tensión. Estaba sólo. Tenía la sensación de que la vida la estaba pasando a mucha velocidad. Decidió dejar esa vida, Nueva York, Manhatan, su empresa de Hedge Funds , Lizondo brokers, y largarse. Montar un nuevo negocio en otra ciudad que no tuviera nada que ver con las inversiones en bolsa, se especializaría en Arte, consiguiendo la representación de varios artistas americanos para el extranjero. En poco tiempo se convertiría en marchante de arte, principalmente de pintura, pero sin descartar otras especialidades.
Era la primera exposición de cuadros que montaba en la sala Ortuño de Paseo de Gracia.
No necesitaba el dinero, ya había ganado lo suficiente para no preocuparse, por lo que tampoco se angustiaba sino vendía ningún cuadro de Perkins, el pintor que representaba, era sólo una cuestión de orgullo.
Cuando decidió cambiar de ciudad para vivir, la única premisa que se impuso era que estuviera cerca del mar. Dudó entre Londres y Barcelona. Al final se decidió por la ciudad condal. Buen clima y ciudad medianamente cosmopolita.
Debían ser las 10 de la noche y andaba deprisa. Estaba ya a la altura de Consejo de ciento, cuando delante de él, a unos diez metros un hombre estaba amenazando a una mujer, en romperle el brazo que tenía inmovilizado. “O callas o te rompo el brazo” le amenazaba
“socorro….decía llorando, sin casi fuerzas para gritar”
Fue entonces que Felipe se dirigió al hombre de la chaqueta de cuero
“Que la dejes…que la dejes ya o llamo a la policía”
“Tu a lo tuyo, gilipollas
No solo no la dejaba, sino que parecía que le retorciera más el brazo, cuando Felipe se abalanzó contra el hombre consiguiendo tirarlo al suelo y liberando así a la mujer que corrió paseo abajo.
Cuando el hombre se incorporó le pegó un puñetazo en la boca del estomago a Felipe, el cual cayó al suelo quedándose estirado en el suelo en posición fetal, intentando recuperar la respiración.
Vio como el agresor sacaba del cinturón una navaja de esas náuticas desplegando la afilada hoja “!Te voy a matar cabrón!” y fue cuando Felipe perdió el conocimiento.
Se despertó en una habitación del hospital del mar, un poco mareado, con una sonda que salía de su brazo para llegar a una botella de cristal transparente, y todo la parte del estomago con una amplia venda.
Felipe no se podía mover, tampoco lo intentaba, simplemente intentaba recordar como había podido ir a para allí. Pero no recordaba nada. Miraba esa fría y blanca habitación. Sentía que tenía el mar cerca.
No sabía si podía hablar, ni moverse. Probó de mover la cabeza hacía la izquierda cuando vio a una persona también estirada como el pero sin sonda que le miraba a los ojos y gritaba
“enfermera, enfermera!! Ya se ha despertado!” “Enfermeraaaaaaaaa” gritaba a todo pulmón el vecino de la cama de al lado.
“Como tenga que estar mucho tiempo aquí con este histérico me muero seguro” pensó Felipe.

4 comentarios:

goldti dijo...

¿cambió londres por barcelona? sorprendente!, pero ya tengo ganas de que continúe la historia, como siempre...

Unknown dijo...

ya estamos otra vez...inconsciente se despierta en un sitio que no esperaba y... tachaaaan! qué habrá sido de Felipe? Tomás? el hombre del anillo de "RABAT"? siempre nos dejas en vilo! Y que hay del "contrato", eh?

ANÓNIMO

foncu dijo...

jajjajaj Ya tienes razón Domenec con el contrato...voy a ver si lo acabo!..en cuanto a Lino, que dejes BCN por la capital es un tema, pero que elijas Londres a Bcn...con lo estiradillos que son...en fin que en todo caso ha sido Felipe el que ha elegido!

Anónimo dijo...

Continuará? Espero que si. Tengo ganas de saber que se hizo del delincuente y de la mujer. Podrá Felipe recordar qué pasó e identificar al agresor? Me alegro que prefiriese bcn a Londres. Siempre es más cercana, a pesar de estat más dejada y decadente.