domingo, febrero 01, 2009

mi fiel amigo

Ya se sabe. El perro. Es impresionante. Nunca se enfada contigo. Te obedece y te aprecia. No pide nada y te da mucho a cambio. Lo recomiendo. Porque todo lo esclavo que parece es lo contrario.
Por la mañana me obliga a despertarme pronto. A pesar de que aguanta sino lo paseo tan temprano, me da mal rollo. Por lo que me despierto y lo paseo a las siete y media de la mañana. Luego le doy su ración de pienso y a trabajar. A los mediodías estoy un rato con el cuando estoy y por las tarde me pasea a las siete y media. Esto es toda “mi esclavitud”. Reconozco que a veces me da cierta pereza, pero es lo que hay. Hay familias que gestionan el paseo del perro compartido. Pero yo no. Si quería un perro con todas sus consecuencias. Seguí las indicaciones de un libro sobre adiestramento de cachorros y creo que nos ha salido muy bien. A veces cuesta por que debes reeducar a los niños más que al perro pero el resultado es muy satisfactorio.
Está conmigo mientras leo, mientras escribo y también aguanta todo tipo de notas desafinadas que salen de mi guitarra. Y sin pedir nada a cambio. Yo le exijo disciplina y creo que lo he conseguido. Mi perro es de una raza muy noble, que aunque pequeño de tamaño tiene todo el carácter de un perro. Y no de un faldero. Ha sido una buena decisión un sacrificio, pero como todos con su compensación.

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