martes, noviembre 24, 2009

Luís, el de la Yamaha



Un día cualquiera de Octubre. Luís estaba parado en un semáforo del Paseo de Gracia, en la ciudad de las motos.
Rojo. Naranja incandescente y verde.
Luís engranó la primera de su potente motocicleta Yamaha Vmax 1250 cc. En pocos segundos cogió una velocidad endiablada. Los que lo vieron, no entendían porque no giró en la plaza del Lápiz, en la confluencia de Diagonal con Paseo de Gracia sino que fue en línea recta hasta impactar con el monumento.
Dicen que voló literalmente unos veinte metros hasta impactar con el obelisco de granito.
Permanecía inmóvil, sin poderse mover de aquella triste habitación compartida en la UCI del Hospital de la Cruz Roja. Se había partido la vértebra 23. No podía hablar, ni moverse.
“No entendemos porqué lo has querido hacer…¿tan mal nos portábamos contigo? –l e decía su padre mientras que su madre no paraba de llorar.
Luís la miraba incrédulo. Sin poder mover la boca, ni las manos. Lo único que podía hacer era mirarlos con tristeza. Impotencia.
Los médicos, y fueron muchos los que pasaron, le pronosticaron la invalidez permanente y ni los compañeros de la empresa ni los amigos de Luís podían entender porque lo había hecho.
Los médicos tuvieron diversas reuniones con psiquiatras, que decidieron además de tratarlo con ansiolíticos, para una más que probable depresión.
Lideraba el equipo de médicos el Doctor Pibernat, que había estado durante muchos años como jefe de servicio de cuidados intensivos en la prestigiosa clínica Mayo de Rochester (USA).
La conclusión consensuada es que fue un ataque de stress espasmódico, de fuerza cuatro en la escala de Rubin, lo que había sufrido Luís, y eso le llevó a hacer esa locura.
“Ahora ya es tarde para Luís, pero a los pacientes con síntomas de S.E. les decimos que hablen…que hablen con la gente…con quién sea pero que hablen …aquí en el Hospital tenemos un especialistas psicólogos que tratan estos casos …” decían los otros “especialistas” . “Cuando Luís se recupere. Tenemos que tratar de su stress” para que no lo vuelva a hacer.
“¿Pero como quieres que lo vuelva a hacer sino puede moverse?” le preguntaba su madre al médico
“oiga, mire…por aquí se ven casos muy raros…y tal como fue este, y perdone que sea tan directo…esto es un caso difícil”.
Luis los miraba a todos alucinando de sus opiniones sin tener ni puta idea porqué todos opinaban, pero en lo que había unanimidad era en que había tenido un trastorno psicológico.
Habían pasado dos semanas y él seguía sin poderse expresar. Hasta su jefe se dignó a visitarle. “si querías aumento de sueldo, lo podías haber dicho. Mecagoenlaleche ..!Luis!. Que mi puerta… está siempre abierta, ya lo sabes. Lo único que no te dejaría sería tirarte a mi secretaria..” le comentaba sarcásticamente, sabiendo que no podía ni reír. Y aunque pudiera, a Luís no le hacía ni la más mínima gracia. Se daba cuenta de que no lo conocía.
Fue cuando le visitó su amigo Ferrán, que era el único que le conocía y con el que se pudo comunicar.
Ferrán, fue el único que no le recriminaba nada, porque sabía que Luís era incapaz de intentar suicidarse. Sabía que a Luís le gustaba vivir.
Su amistad venía de cuando hicieron el servicio militar en el “Juan Sebastián Elcano”, en Cartagena, el majestuoso velero de la armada española. Luís movía los parpados con rapidez hasta que Ferrán interpretó que Luís le hablaba en morse.
F-E-R-R-A-N – L-E-S –P-U-E-D-E-S-D-E-C-I-R- -A-E-S-T-O-S-C-A-P-U-L-L-O-S –Q-U-E-S-E-M-E-M-E-T-I-O-U-N-A-P-U-T-A-A-B-E-J-A-D-E-N-T-R-O-D-E-L-C-A-S-C-O

lunes, noviembre 23, 2009

Flash forward


En el transcurso de un día cotidiano, toda la población mundial pierde el conocimiento durante 2 minutos y 17 segundos en los cuales cada persona tendrá una visión de su propia vida dentro de 6 meses, concretamente hasta el 29 de abril de 2010.
Este es el argumento de esta serie de tv, Flah Forward, bastante innovadora de concepto.
Hay las dos versiones, la de los protagonistas que les “toca” un buen futuro y los que se encuentran que su situación será muy “chunga”. También hay un tercer grupo, el de la gente que no ve nada. Es decir, que estarán muertos. Que también es un buen marrón.
Se trata de la lucha  de los que ven que su futuro “negro” para intentar cambiarlo. Son los que no creen que el destino esté escrito y que modificando algo, no sé sabe exactamente el que, lo puedan cambiar.
El futuro no es algo que me preocupe, aunque reconozco que eso va por caracteres. Los hay que se obsesionan por ello, y eso es tan digno como los que no. Yo me considero de los que no se obsesionan.
Creo bastante en el destino. Pero también creo en que todo dependerá de lo que des a la vida, la vida te devolverá. Nunca me he ido a tirar unas cartas, a menos que no sean las de la baraja española, para jugar un musete con unos amigos, y si es acompañado de un gin tónic, mejor. Gran invento vasco, esto del mus.
Si me ofrecieran la posibilidad de durante dos minutos ver mi futuro, creo que diría que no lo querría saber.
Igual haría como los gallegos. Depende. "miralo tu primero y si ves que estoy mal, no me lo digas".
Porque que ganas de escuchar “cosas” malas tampoco apetecen en demasía.
Ya bastante tenemos con la incompetencia de los politicos y los casos de corrupción.
Como era aquello de “no news, good news”…y si vienen malas ya se andará. En Estados Unidos, este programa arrasa.
Supongo que el quid de la cuestión estriba que aún sabiendo lo que el destino nos depara si lo podemos cambiar. Es un programa que no he visto nunca, porque no suelo ver la tv. Pero si el miércoles no escribo el post es que me ha “enganchado” la serie.
Tema interesante ¿conseguiré cambiar mi “mini destino” de que os encontréis un post el miércoles?.
De momento mirar este video y encontrareis alguna pista…
http://www.youtube.com/watch?v=QyIPz3oR3rE&feature=player_embedded

Escribir no sólo es escribir!


Un pensamiento. Un deseo. Un proyecto .Un sueño. Un sentimiento. Algo bonito. Una mejora… Cualquier cosa. Lo que quieras pero escríbelo.
Aunque con faltas de ortografía, aunque te de la sensación que pierdes el tiempo, aunque creas que teniéndolo en la cabeza, ya lo tienes en cuenta. Escríbelo.
Siempre escríbelo. Es vital. Es un ejercicio de reafirmación. En el que cuando se plasma en un “papel”, adquiera otra dimensión. Totalmente diferente.
Las cosas se ven desde otra perspectiva. Rectificas el fondo y la forma. Corriges. reflexionas. Inconscientemente. Se nos activa un proceso neuronal a medio camino entre lo irracional y lo onírico.
El texto plasmado, sale del cerebro para volverse a introducir por los ojos. Es como si estuviera encriptado y cuando lo lees pasa a una segunda dimensión. Es la sutil línea del dicho al hecho. Entonces, si se sigue el proceso, sin cuestionarlo, y convencido simplemente de que tiene de ser así, se inicia el mecanismo automático que activa unos sensores cerebrales que hacen que de una forma u otra “eso” se cumpla.
Creerme no es sólo un acto de fe. Funciona. Y sino os invito a probarlo.
Sé que es difícil convenceros de que todo en la vida es tan fácil como el hecho de escribirlo y ya está. Forma parte de la “magia” o de las capacidades ocultas del cerebro. Pero ocultas por desconocimiento. Dicen que conocemos el funcionamiento del cerebro en un porcentaje muy pequeño ( sobre un 5%) pero el hecho es, no que conozcamos como funciona, que también sino lo que este puede hacer por nosotros. Que eso es todo.
Creo que os expliqué una vez lo que pasó con ese curso de “ventas” que hice hace ya unos cuantos años en la empresa que trabajaba por entonces, entre otros ejercicicios había uno que consistió en hacernos escribir unos objetivos personales y profesionales en unas fichas. Cada objetivo en una ficha. No había límite ni de fichas ni de objetivos. Podían ser cuantitativos o cualitativos, daba igual. Cada día debías dedicar unos pocos segundos a leer las fichas. Cada día. Eso activaba el “mecanismo”.
Fueron muchos lo incrédulos. De hecho, de una 80 personas que hicimos el curso tan sólo un mensajero de la oficina de Madrid y yo seguimos creyendo y estuvimos durante un tiempo siguiendo “el procedimiento”.
Al cabo de unos años encontré esas fichas de objetivos. El resultado fue sorprendente. Se cumplieron todas!. Hasta la que decía “un día seré capaz de escribir algo que pueda entretener y hasta divertir a los que me lean”. Y por entonces, no existían ni los ordenadores…y mucho menos eso de las blogs.