Imaginaros un día cualquiera de septiembre. Imaginaros un día de viento, con un poco de mar y borregos (esos que se crean por el viento…no los que circulan por la ciudad…que son muchos! ). Imaginaros un agua de mar relativamente caliente. Imaginaros un sitio recóndito, casi sorprendente con una rampa ancha para salir en barco. Imaginaros un sitio en donde uno pierde el concepto del lugar y del tiempo. En silencio. Un espacio amplio, muy amplio. Es algo así como un oasis en medio de la urbe. Imaginaros todo eso. Haciendo lo que más te gusta. Un descubrimiento desde luego. Pero no sé si lo he imaginado o lo he soñado…tengo alguna duda, pero desde luego esa duda es la que me hará volver a ese sitio tan especial. Para ir otro día, y en otro momento pero es increíble que el ayuntamiento se gastara 9 millones de euros en una infraestructura que solo utilizo yo. Alguien dijo que es como si tuviera todo un CAR de vela, pero para mi sólo.
Imaginaros la perspectiva de las torres mapre desde el mar con el sol cada vez más bajo y una temperatura agradable…sólo me faltaba navegar junto a los delfines jugando con el barco, que igual estaban y aunque no los viera sentía que ahí estaban…imaginaros!
Es sólo un tema de imaginación…no?