martes, mayo 11, 2010

Hoy de primer plato...AVE

Pues eso. Ya estoy en vuelo rasante.
Parezco de pueblo. Me meto en otro vagón, e incluso en otro asiento. ¿Desde cuando el tren tienes asiento reservado? Ostras es verdad, que es el Ave.

Salida con puntualidad suiza. 6:30 de la mañana. Dicen que si todo va bien a las 9:00 ya estaremos en Atocha, el centro de Madrid. Miro el panel indicador. Y vamos a 300 km/h. Bueno. Estoy encantado. Puedo escribir. Y lo más importante es que no me he sentido como un presunto terrorista. Ok. Ya sé cual es la opción buena para ir a los madriles…
Los campos verdes de las últimas lluvias van pasando rapidamente. Se me hace dificil pensar en que gracias al cambio climatico estos campos puedan convertirse algún día en desiertos.
La mujer sentada que veía en los asientos de la fila delante de mi, la que me miraba de vez en cuando. Ha caído en el sueño. En silencio. Con una extraña belleza. Es una mujer madura, desde luego, pero a su vez misteriosa. Me imagino que debe ser una ejecutiva agresiva e implacable. Y ahora está descansando del madrugón para coger fuerzas para llegar a estar a la altura de la ejecutiva que ella misma espera demostrar. Porque ser mujer tiene una dificultad añadida, en el juego de las demostraciones de liderazgo. Muchas veces son cuestiones más de índole personal que no profesional, intentar demostrarse a si misma que sigue siendo tan capaz como cuando le promocionaron, que sean conscientes de que no se equivocaron. Probablemente siempre lo han sido.

Ayer comentaba con mi amigo Lino que todavía nos queda esperar otra generación más para que a los trabajadores se les exijan resultados unicamente por objetivos.
Que más da el horario. El lema valido es “ Intento cumplir mis objetivos y punto.”
Salió en la conversación el caso de una empresa americana que el director general sacaba a los empleados del despacho cuando era la hora. A las cinco de la tarde. Nada de aquello que me quedo un rato más a acabar el trabajo…el trabajo se tiene de acabar a la hora. Si no, tenemos un problema. No somos lo suficientemente eficientes y eficaces para conseguirlo. Ahora, eso sí desde primera hora ya están al 100%. Exigencia en la puntualidad. Algo que parece tan banal y que cada vez le doy más importancia, no ya como un tema de eficiencia sino más como un tema de respeto.
Luego y esto es personal, a las siete de la tarde ya me siento cansado. Necesito un extra de concentración. Supongo que también influye que ya esté en danza desde primera hora de la mañana.
La fiera leona de delante sigue durmiendo placidamente. Es como aquello del descanso del guerrero antes de la batalla. Lo que empezó con una leve inclinación de la cabeza, ahora ya ha pasado al dejarse retorciendo parte del torso, quedando en una posición que se aleja de que se entendería como confortable. Y desde luego tan poco glamourosa.
Y hablando de temas posturales. Mi postura al dormir dista mucho de lo que podríamos llamar como convencional. Lo intentaré explicar, que no es fácil. Estirado boca arriba doblo y cruzo las piernas al más puro estilo contorsionista indio. Entonces me coloco las palmas de las manos en la nuca. Me imagino que aparte de poco estético a veces me despierto con un intenso dolor muscular. La clásica “rampa”.
Vaya!... suena el móvil de la leona. Ya se ha despertado. Contesta y sin escuchar su conversación parece que esté dando indicaciones. Me imagino que alguno de sus hijos pequeños se debe haber despertado con dolor de cuello y la filipina de turno espera instrucciones…
Miro al cielo despejado , cuesta creer que haya una nube tóxica que obligue a cerrar los aeropuertos. Claro que bien pensado, puedo pedir audiencia a ese tal Hereu y convencerle que definitivamente en la diagonal haga un aeropuerto para aviones pequeños. No sé si será muy popular eso, pero desde luego si lo que quiere es pasar a la historia y que se hable de él es una idea…pero eso es técnicamente posible?...bueno como lo de las olimpiadas de invierno en un lugar de mar dónde no hay un invierno riguroso…Ah! Vale…pues me lo pienso!...

lunes, mayo 10, 2010

La formula 1

Hoy he estado en el Gran Premio de Formula 1. Que coñazo!. Acepte la invitación de un proveedor porque sabía que a mi hija pequeña, que no había estado le haría ilusión.
Ni que decir tiene que mis anfitriones perfectos. Tribuna con comida incluida y a cuerpo de rey. Me tendría que sentir un privilegiado si esto de los coches me gustara, claro.
No puedo entender como hay tanta gente, y de verdad, qué es lo que les atrae. Tanto dinero y tanto sacrificio soportando colas y colas para ver como pasan los coches a una velocidad que ni te das cuenta de quién es quien. Nosotros estábamos en la tribuna de la recta de salida y por lo menos a veces se amenizaba con los cambios de ruedas. Esto de los cambios de rueda es como algo prehistórico que tengan de cambiar las ruedas. Es como si un corredor de fondo tuviera de cambiarse las zapatillas. No sé entiende con la tecnología que existe actualmente en el resto del coche, no se haya podido inventar unos “compuestos” de rueda que no se degraden. Por suerte mi hija se ha apiadado de mi y nos hemos podido “escapar” una vueltas antes del final. Ha visto lo que se podía ver y a medio carrera ya estaba algo cansada.
Conclusión muchas camisas rojas de Ferrari y Alonso, y ninguna de las azules.
Una entrada como la que yo tenía tenia un precio de 500 €. Es impresionante. Luego te das cuenta de que a la hora de la verdad sigues la carrera por la tele. Por lo que toda la romería para al final acabándola de mirar en la pequeña tele de la tribuna. Pues que queréis que os diga. La verdad es que me lo paso mejor con el trapo y estropajo limpiando…eso si mi barco, que con el presupuesto de 500 euracos me entran muchas botellas de Fairy…pero si hay que ir a esto de los coches se va y sanseacabó.

Encuentros en la tercera fase


La salida de ayer fue increíble, y no me refiero a la vendedora de helados del Port Olimpic (chiste fácil) sino a la salida en mtb por Collserola.
Prefiero subir a la montaña por las tardes porque hay menos gente, y además por la mañana me había dedicado a sacar agua del barco. Ha llovido mucho estos días pero no es normal sacar 5 cubos de agua del interior, a lo que iba, que me disperso…: Iba subiendo con buen ritmo cada dos peladeadas un acorde con el Waterworld (Oasis) como si fuera un “metrónomo” marcándome el ritmo.
Hop-hop-hop-hop…. Pulsaciones a 160. Bastante bien, porque lo normal es subir a 175 bpm (pulsaciones expresadas en términos más “chic” Beats per minute”) Estoy consiguiendo mientras practico deporte intentar liberar el cerebro del objetivo puramente físico, y pensar en un pouporri de ideas, que me sirvan para inspirarme en los futuros “posts”. Entonces topé con ese perro que estaba en el margen del ancho camino. Y me caí. Patoso yo, desde luego que el bicho ni se enteró del golpe. Y digo bicho porque cuando me di cuenta era un “terrible” jabalí. De esos que iban a cazar con una jauría de perros hasta acorralarlo y mientras este destrozaba a unos cuantos perros el cazador conseguía abatirlo, como orgullo de su familia y de su entorno de librar el bosque de tan salvaje bestia.
Apenas se molestó y mientras olisqueaba la bicicleta y a mi sin darle más importancia que la de que debía ser un “bicho” de otro planeta a juzgar por mi indumentaria y por el olor a sudor y adrenalina. ¿ Pero quién debe dar miedo a quién?. Y eso que ahora ya eran dos los “asesinos salvajes”. Jooooder! .Lo que faltaba…
Temí lo peor. Caer en sus fauces y no poder contarlo.
Nada que ver. Me ignoraron. Hombre, que tampoco es eso, pensé, mirándolos y un poco molesto por su pasividad. Habría de darle algo de emoción al los lectores de mi blog ávidos de intensas emociones, pero “pasar” de esa manera… Con qué poca dignidad volvería a casa y escribiría el “post”. Ningún ataque. Nada de sangre ni vísceras esparcidas por el camino. Si es que ya las historias ya no son lo que eran. Como mi próximo encuentro con los lobos o con el oso del pirineo sea parecido…apaga y vámonos…
Les hice una foto para acompañar mi relato y certificar la veracidad de la historia, aunque como pasa en estas ocasiones el contraluz no permite ver bien las dimensiones de tal terribles bestias asesinas del bosque…que le haremos. ¡Con lo valiente e idolatrado que tenía a Obelix por su valentía de traer siempre un salvaje jabalí para la cena! Y es que a partir de ahora ya no será lo mismo…