viernes, mayo 21, 2010

Siempre quedará París...


El fin de semana estuve en Paris. Decidí viajar en coche porque entre lo de la humareda del famoso volcán, y que el tren tampoco es la panacea, la opción del coche fue la que más e convenció. Pues nada, ha acumular kilómetros que con el coche nuevo es un placer.
Ya había estado en Paris en casa de Jean Paul. Llegué a a su apartamento  y nos saludamos efusivamente. Vivía  en un piso cercano a la plaza del Triunfo.
Aclarar que Jean Paul y yo nos conocemos desde hace muchos años. Tenemos mucha amistad y me llamó para explicarme que me tenía de plantear un tema y que no podía hacerlo por teléfono. Dicho y hecho. Me cogí el viernes de fiesta.
Lo que me quería contar Jean Paul, era una proposición de negocio, Bueno de hecho dos proposiciones, una honesta y otra deshonesta.
Pero os explico.
Jean Paul me resumió rapidamente lo que había sido de él estos últimos dos años, desde los que no habíamos tenido contacto.Estaba "apuradillo" económicamente. Llevaba ya tres meses sin trabajo porque en la editorial Patrick donde trabajaba cerraron. La editorial era pequeña y estaba especializada en publicar libros sobre  museos y obras de arte, siempre con bonitas fotos de las obras y una muy cuidada presentación. Pero la editorial no soportó el descenso de las ventas motivado por la crisis, fundamentalmente por el descenso de público a los museos pero también porque la gente tenía todas las fotos por Internet y no hacía falta que se gastaran un duro.
Después de cenar en un famoso restaurant Parisino “le pied de Coison” volvimos a su apartamento. Y mientras degustaba una "caipiirinha" cómodamente sentado en el sofá escuchando a ese tal Cohen, apareció Jean Paul con lo que parecía un plano de un edificio.
- Me tienes de ayudar… mira este plano y déjame explicarte sin que me interrumpas. – Me dijo JP con cierto grado de excitación
Entonces me explicó su increible plan. Por llamarlo de algún modo.
En resumen, que Jean Paul sabía cómo entrar y salir del Museo de Arte Moderno de París, sin que nadie se diera cuenta. Y lo sabía porque ya lo había hecho …y con éxito ya dos veces.
JP entraba por una de las ventanas laterales del Museo que no cerraba bien, rompía unas ampollas de un liquido en contacto con el aire, se convertía rápidamente en un gas que te dejaba inconsciente. Y así es como conseguía pasa por delante de los tres "seguratas" sin que ellos se dieran cuenta. Lo mas sorprendente es que no saltaban las alarmas. Simplemente no funcionaban.
- "Joder Jean Paul…estás como una cabra…y además, ¿para esto me haces venir desde Barcelona? – Le dije con algo de mosqueo. Me daba la sensación de que me estaba tomando el pelo.
Me juró y perjuró que o tenía todo controlado. Y que le tenía de ayudar. Yo simplemente tenía de esperar dos calles más abajo, me cargaría algún cuadro en el maletero y tenía de volver a Barcelona…nada más.
Me negué en rotundo. Anda que estaba yo para historias raras!. Así que me acabé la Caipirinha y me fui a dormir. Con la duda de que si lo que Jean Paul me había dicho lo decía en serio o no.
El sábado, Jean Paul ya no volvió a sacar el tema del Museo y me explicó su proyecto de vender publicidad a través de los nuevos móviles 3G especialmente Iphone. Quería que desarrollara su proyecto en España.
Le agradecí su ofrecimiento y le prometí que me lo pensaría, aunque lo veía muy complicado. El domingo por la mañana me volvía otra vez a Barcelona. Había sido un fin de semana entrañable y diferente.
Volví Lunes a mi trabajo. Hasta hoy , jueves, que por las noticias escucho que ayer se produjo un robo en el Museo de Arte Moderno de París.
Entonces me han entrado todas las dudas. Si que es cierto que han pasado 4 días desde el Domingo y el robo teóricamente se produjo ayer. Es imposible que sea Jean Paul, pero…! es que parecía  tan seguro de cómo robar que me surgieron todas las dudas del mundo...
Entre semana nunca uso el coche sino que me traslado en moto. Y desde el domingo tengo el coche en el garaje sin tocarlo. Pero no puedo dejar de pensar en Jean Paul y en el robo del museo.
Tengo de salir de dudas, así que me voy al garaje a mirar el maletero. De hecho, como sólo me llevé a Paris una bolsa no abrí el maletero sino que dejé la bolsa en el asiento del acompañante. Pero es imposible... voy pensando, a no ser que la "caipirinha" que me preparaba JP tuviera algún preparado químico...Pero él no me haría eso...o si. Llego al coche. Está tal y como lo dejé el domingo y abro el maletero con el mando a distancia. Y mis dudas se confirman. No sé como lo hizo Jean Paul, porque si teóricamente el robo se produjo ayer y no el sábado pasado, pero ahí estaban esas laminas, o sea los cuadros robados. Las mismas obras que han salido por las noticias de la televisión.
En el maletero de mi coche tengo un Picasso, un Matisse , Modiglianni ,un tal Brague y un Léger (estos dos en mi vida los había oído…) y que según las noticias del mediodía están valorados en unos 500 millones de Euros.
Y ahora…¿qué representa que debo de hacer?. La verdad es que no sé ni por dónde empezar…Mañana llamaré a Jean Paul desde luego! Pero bien pensado ya tengo el sitio donde colgarlos!.

jueves, mayo 20, 2010

la llegada de Jessica

La semana pasada fue una semana intensa.
En todos los sentidos. Profesionalmente con muchos pequeños fuegos, y donde antes habían dos bomberos ahora estoy sólo, por lo que el fuego, aunque probablemente sea el mismo pero desde luego adquiere otras dimensiones.
Ida y venida a Madrid con el famoso AVE. Que si AVE o avión. Es igual, la conclusión es que ir a la capital un día es cansado. Rompe rutinas pero eso es lo que lo hace que se sea tan cansado.
Y de la bolsa…¿qué podemos decir?. Que hay incertidumbre?...joder! pues vaya…Que no hay confianza en los mercados, que los inversores extranjeros no confían en España…¿y eso nos extraña?. Lo raro sería lo contrario.
¿Cómo queréis que los gobernantes de pacotilla que tenemos transmitan confianza?.
Si es que volvemos a lo mismo. Si se tiene que actuar porque los economistas y el “gabinete de expertos” opina que no hay más salida pues que se actúe, como sea, pero que no se nos venda que España es un ejemplo. Igual si podría ser un ejemplo de improvisación, de no saber de que medidas tomar…ni hacia dónde vamos…
Aunque todo los gobernantes el mundo quieran dejar claro, no sé para que exactamente, aquello de que España no es Grecia. No ya…no tenemos tantas islas…
Pero como dice el refranero siempre sabio “cuando veas las barbas de tu vecino afeitar…pon las tuyas a remojar…”
El juez Garzón también ha sido noticia estos días. Puedes estar de acuerdo o no en los procesos que intentaba ejecutar, pero lo que no hay duda es que lo han apartado porque no interesa un juez que sea tan insistente sobre los casos de corrupción. Y miro directamente al PP, pero también al PSOE y a los demás que eso ya les va bien…
Que pena .y que injusto ¿no?. Que triste sería más correcto. Y ahora que nos pasará? Pues nada, que la corrupción en este país ya puede “respirar” un poco.
Entre tanto ida y venida de la bolsa, miro la web de Jessica Watson. Aquella “mujercita” (ya no me atrevo a llamarla niña) que daba la vuelta al mundo en solitario en un barco de apenas diez metros.)
Pues Jessica acaba de llegar a la bahía de Sidney después de 42.600 km en solitario sin asistencia.
El recibimiento ha sido por todo lo alto. Hasta el primer ministro acudió a recibirla en la bahía de Sidney. Y es que en Australia la vela es uno de los deportes nacionales.
Aparte de los detractores de que una chica de 16 años se embarque en un proyecto de esas características, también los hay que consideran que no se puede validar esa vuelta al mundo porque su ruta no pasaba lo suficientemente cerca del ecuador.
Los que deben haber “respirado” son sus padres. Que osadía (para mi injustificada) permitir a su hija embarcarse en una aventura como esa. Jessica debió soportar olas de hasta doce metros. Y eso son olas muy altas. En el Océano es un poco diferente que en el Mediterráneo, las olas son más grandes pero están más separadas entre sí, porque el seno de las olas también es mucho más grande, por lo que te da la sensación de que vas subiendo por una montaña de agua para luego bajarla! Pero es que doce metros de ola son doce metros!.
Sería interesante saber como le debe haber influido esa experiencia de siete meses en solitario a Jessica. Un reto como ese te debe marcar durante toda la vida. Y eso no sé si es bueno o malo. Seguro que a partir de eso te debes sentir capaz de todo.
Los que siempre ven el vaso medio vacío dirán que en el fondo no estaba sola. Que tenía contacto on line con el mundo. Y que tenía un blog.
Y le pasaba como a mi a la hora de escribir. Que si tengo aviso de temporal no escribo…El concepto de “temporal” en mi es un poco ambiguo y aquí meto tanto temas externos como internos.
Eso de tener la blog o el blog (nunca aprenderé si es masculino o femenino) es un poco como estar siempre acompañado. Escribes, te escriben, te sientes controlado de alguna manera. Y eso reconforta en momentos de melancolía. Seguro.
En fin, que se mire como se mire ha sido toda una proeza…con blog o sin blog y aunque los “pedorros” del World Sailing Speed Record Council no quieran reconocer su record por no tener 18 años…si es que manda guevos!. Que lo intenten ellos. Aunque bien pensado que lo reconozcan “oficialmente” o no…¿Qué más da?

martes, mayo 11, 2010

Hostal Kalifornia

-
Welcome to the hostal Kalifornia, sir…
-No me jodas!... que soy español. Tiene un habitación libre para esta noche?
-Si, si claro. Son 36 € sin desayuno. Me deja la Visa…
-Si si claro le dejo lo que sea.
-Tenga la habitación del gato…en el primer piso- me dijo el recepcionista dándome una llave de aquellas tan incómodas de llevar encima
-¿del gato?
-Si, si es que a las habitaciones les ponemos nombre de animales…
-Pues me tendrían de dar la habitación del “zopenco”…¿por qué mira que perder el AVE?
-No me diga señor. Lo siento. Perdone que le pregunte…pero ¿no puede coger un avión u otro tren?
-Usted que se cree? Que no lo he intentado?....- le respondí indignado.
Todo había ido bien hasta las seis. Habíamos salido de una convención en el hotel Me y las cosas se me complicaron. Me pensaba que me daría tiempo de pasarme por el Corte Inglés y comprarme un libro que llevaba mucho tiempo buscando.
Sólo me quedaba ese recurso, lo había buscado por infinidad de librerías en Barcelona y estaba agotado o nunca lo habían tenido. Además, solo era cuestión de un momento, iría rápido.
El de seguridad del Corte Inglés me dijo amablemente que en el primer piso estaba la librería y hacia ahí me dirigía. Mira que era fácil subir por las escaleras metálicas, pero no. Al pasar junto el ascensor y al ver que estaban las puertas abiertas se me ocurrió meterme.
Se cerraron las puertas del ascensor cuando me di cuenta de que el ascensor no tenía botones pulsadores ni números ni posibilidad de seleccionar piso.
La verdad es que parecía un ascensor de lujo. Elegantemente tapizado y con un espejo con un marco dorado, estilo rococó.
Buscaba algún pulsador o algo parecido pero no había nada. De repente el ascensor se elevó rápidamente. Lo notaba por la sensación extraña que me producía en el estómago..A los pocos segundos, cuando se abrieron las puertas, salí del ascensor y me encontré ante un gran despacho, con una decoración clásica y con muebles de madera oscura probablemente de caoba.
¿ dónde me había metido? Y ¿ cómo había ido a parar ahí.?
Recapitulaba, pero no lo acaba de entender. Parecía desde fuera un ascensor convencional de unos grandes almacenes hasta que una vez dentro se cerraron las puertas y me dí cuenta de que era un poco “extraño.
Ahora faltaba casi media hora para que se marchara el AVE. Y debía salir de ahí a toda prisa porque sino lo perdería.
El libro que estaba buscando era un libro muy especial.
Me dijeron que era el primer y único libro de una tal Amanda y que lo tenía de leer porque me desvelaría algo muy importante para mí. Lo llevaba buscando durante nueve meses. “La historia de Agapito” Me dijeron en las librerías donde había probado de comprarlo que el único sitio que había alguna posibilidad de encontrarlo sería en el Corte Inglés.
Bueno. No nos pongamos nerviosos, pensé. Calma. Encuentro la salida, cosa aparentemente complicada porque no había ninguna puerta y me voy cagando leches a la estación de Atocha!.
Realmente era un despacho extraño. Alto muy alto y con mucha luz. Con unas vistas impresionantes. Seguro que se trataba del despacho del presidente, con tanto lujo, pero lo jodido es que no tenía salida. Puta planta noble, mucho lujo pero sin puertas.
Ni la puerta del ascensor tenía pulsador de llamada. Me estaba poniendo un poco nervioso. Me acerqué a la gran mesa de despacho. Me senté descolgué el teléfono. A la voz de Buenas tardes Sr. Ramón – contestó una sugestiva voz femenina
-Oiga por favor …ayúdeme! – le dije con tono desesperado.
-Perdón? Oiga…Quién es usted?- me dijo la dulce voz un poco nerviosa
-Que más da quién coño soy…! – le contesté consciente de que me había pasado - La cuestión es que me he metido en un ascensor para ir a la librería a comprar un libro…y he aparecido en un elegante despacho, desde dónde le estoy llamando. Así que, por favor ¿me podría enviar a alguien que me ayude a salir?- le dije intentando conservar la calma.
Tranquilo Sr…soy la secretaria de Don Ramón…no se ponga nervioso que le envío a alguien que le ayude…deme un minuto…por favor.
- Ok…está bien…pero rápido por favor.
Era un despacho realmente lujoso. Poco podía hacer mientras esperaba a mi “rescatador” sentado comodamente en ese lujoso sillón del Sr. Ramón, con toda probabilidad uno de los hombres más poderosos del país. “Que pocas personas se deben haber podido sentar aquí” me dije observando las paredes tapizadas .Podía reconocer una pintura de Soroya. Las tonalidades de blancos y contrastes de luz que conseguía ese pintor Valenciano, siempre me han impresionado. El cuadro era el paisaje de una familia en la playa.. Observando el cuadro me tranquilicé. “Si no llego no llego…” me dije a mi mismo buscando el autoconsuelo. Me levanté del cómodo sillón presidencial buscando una posible salida. No es normal que un despacho no tenga puertas. Deben estar camufladas. Le dí un vistazo a la mesa. Quería saber por curiosidad que tenía en la lujosa mesa del presidente de una de las empresas más importantes del país. Entonces lo vi. Sólo me di cuenta cuando leí la portada. Y me subió de golpe la adrenalina “La historia de Agapito” por Amanda C.
Habían pasado más de cinco minutos y nadie había aparecido. Me levanté con el libro en la mano. Era imposible que ese despacho no tuviera una salida de emergencia. Empecé a recorrer las paredes cuando me pareció encontrar una arruga en la pared. Me acerqué y presioné. Bingo! Se abrió una puerta perfectamente camuflada que daba a unas escaleras. Bajé tan rápido como pude.
Ya era demasiado tarde. El Ave seguro que no me ha esperado, y así es como de vuelta a ningún sitio y caminando por los aledaños de la Plaza Mayor me encuentro con el Hostal Kalifornia, estirado en la cama de una habitación llamada “gato” y con un único objetivo. Leerme el intrigante libro de “la historia de Agapito”.
Cuando empiezo a leer libro leo una dedicatoria manuscrita al “ladrón del libro que tanto ha buscado por encontrarme”…
Entonces empecé a asustarme. ¿Qué estaba pasando?