miércoles, marzo 25, 2009

insomnio

Hoy se me ha hecho largo el día. Y eso que he tenido comida con unos proveedores. Será por eso. Pero debo estar pagando el no haber dormido bien. No sé porqué pero a veces sin causa aparente me cuesta dormir. Entonces es cuando hago uso de un “orfidal “ y al cabo de una media horita, caigo.
A pesar de eso me he desvelado. Es curioso como somos, porque en principio no hay nada que me preocupe especialmente. Y no me mal interpretéis. Cosas que me preocupen son muchas pero he aprendido a relativizar. Es la única manera de inmunizarte ante el escenario actual ( y evitaré mencionar la dichosa palabra).
Pero reconozco que he perdido un momento el control con Unai, mi profesor de guitarra, cuando éste con toda la paciencia del mundo intentaba que moviera adecuadamente el dedo anular. En fin, que hoy me he desmoralizado, suerte que Unai sabedor de que el futuro como profesor de música se antepone a la tontería de los alumnos, y como sabe que no me gusta leer no hemos leído.
Me he disculpado porque argumentando mi mala noche, no estaba muy por la labor.
Este jueves vuelvo a tener cenita de los que hace veintisiete años que no veo. Será jodido reconocerlos a todos. Es tanto lo que quieres saber de todos que no sabes por donde empezar.
Te sientes un poco absurdo presentándote al que había sido tu mejor amigo.
En fin que es un cúmulo de emociones comprimidas en la hora de la cena. Será por algo que el restaurante en cuestión se llame los inmortales. En fin, que ya me río solo de pensarlo. Porque yo soy una parte de ellos y ellos una parte de mi. Aunque hayan pasado sólo 27 años. Es curioso porque todos nos vemos mejor que a los demás.
Esta noche para dormir contaré a todos los que han sido mis amigos, como si fueran ovejitas y esperó que no me salga la leona, de entre la nubes, claro.

lunes, marzo 23, 2009

Que bien de Lunes...

Suena Vivaldi en mi ipod. Un bonito día. Pedaleando por el bosque. No hay nadie. Lo tenía todo preparado para perder poco tiempo. Dejo el asfalto y me adentro en el bosque. Como cuesta coger el ritmo. Pero voy subiendo. Al final después de 42 minutos de intenso pedaleo llego a la cima. Bueno al fin. Cima, lo que se llama cima no es tal. Es el mirador del Tibidabo pero veo el mar. Y hace viento, se ve en la inclinación de los barcos. Estiramientos, abdominales y flexiones. Vaya tortura. Pero ya está. Y superando todas las perezas. Soy tan afortunado de poder hacerlo!. Ya está. Ahora toca la bajada, a buen ritmo con la adrenalina alta. Y Vivaldi sigue con su estación de otoño. Me cruzo con algún ciclista y hacia abajo. Me siento bien. Algo cansado pero feliz. Y lo más importante de todo. Es Lunes mediodía. Como en cinco minutos y al despacho volando. Llego a las 3: 55 duchado y comido. Que poco se imaginan los compañeros a los que me cruzo donde estaba tan solo hace media hora! Eso sí con la comida en el cuello…porque no todo puede salir tan bien…¿no?

Hotel California

Eagles. Sábado tarde. Relajado después de un duro día en la mar. Y duro no por largo sino por lo intenso. Con subida al palo incluida. Si es que uno ya no tiene 20 años. Pero casi la media de la tripulación hoy a sido de 25 añitos. Casi nada. Como no lo voy a notar?. Pero contento. Teníamos velocidad en el barco y hemos navegado bien hasta que los pollos nos han vencido. Pero hay estábamos, enseñado los dientes a todos como diciéndoles, eh chicos! Que no estamos tan mal!. Hemos pasado la baliza de barlovento primeros y eso da moral. En fin que mañana más. Y pensaba yo que para qué perder el tiempo mirando el tiempo en las noticias, porque no dan una. Desde luego la previsión de hoy era de poco viento y ya veis.
Y es que como me gusta el mar. Reconozco que cansa, pero es que lo necesito. Por la noche igual me voy al cine. Creo que lo debería hacer.
Cambio el estruendo de Eagles por Moonlight, sonata de Beethoven. Bendito piano.
Como a los jóvenes no les gusta la música clásica. ¿Qué habremos hecho mal…?En fin. Mañana la segunda parte. Y os sigo contando