domingo, enero 25, 2009

un día de viento

Que el tiempo influye en nuestras vidas es sabido.
Ayer hizo viento en Cataluña. Mucho viento. Tanto viento que dejó a toda la Cerdaña durante toda la tarde, y no sé si toda la noche sin luz. Desde luego las estaciones de esqui cerraron. “Algún árbol se había caído encima del repetidor….”esto es lo que siempre oímos cuando falla algo eléctrico, o simplemente la tele no funciona…. El hecho es que sin luz por la tarde, y sin calefacción por la noche no apetecía estar en la Cerdaña, por mucha “llar de foc”, que encendiera.
Ya tarde convencía a mi mujer , con la ayuda de mi hija, de bajar a BCN. Como siempre, cualquier decisión logística que altere planes es culpa de mi falta de madurez. La idea era bajar a Barcelona y ver el futbol en casa. Bueno lo que quedaría de Futbol.
Ayer leí que la media de duración de los matrimonios es de 15 años y medio. Nosotros estamos por los diecisiete!.
Y en eso estamos.
El tema es si estamos preparados para los excesos climáticos, ya sea de viento, de mar de lluvía, de calor o de frío. Creo que no.
Cuando llegamos a Barcelona el paisaje era bastante desolador. Árboles y trozos de árboles caídos en la calle. Motos tumbadas. Containers desplazados. Y eso que sólo había hecho un poco de viento!. Piensas que fuerzas más potentes y tan desaprovechadas. En pleno siglo XXI no poder aprovechar esos excesos en algo beneficioso se me antoja como atraso. Sabemos llegar a Marte pero no sabemos aprovechar las fuerzas climáticas en beneficio propio. Que pena. Que pena que cuando se produzcan riada no se pueda aprovechar todo esa agua, y luego sufrimos una grave sequía. ¿Cuantos Kw de fuerza se podría producir en días como los de ayer?, y cuanta demanda de energía sufrimos. El tema es que es algo que no compete a nadie y compete a todos. Porqué si cuando hay temporales no se aprovecha toda la fuerza del mar.
Supongo que no hay empresas que se especialicen en la optimización de los recursos ocasionales. No debe ser negocio. Pero hoy en día debería corresponder a los gobiernos esa tarea. No porque el gobierno no innova, si no que permite a sus ciudadanos que innoven…ya estamos. No sería más interesante para el Ayuntamiento de BCN hacer algo en este sentido.
Bueno. Hoy Domingo hace sol. Y voy a intentar optimizar el exceso de energía que produce mi cuerpo. Impulsaré unos pedales para llegar al tibidabo y luego intentaré mover las aspas de mi cuerpo, o sea mis brazos para limpiar el casco del barco.
Y más tarde escribiré sobre mi proyecto de libro no sea que haya generado un excedente de creatividad y que se pierda y el viento lo distribuya por doquier.

miércoles, enero 21, 2009

el equilibrio del hábito

Segundo día del blog 09. Sensación extraña, es como pintar algo que nunca se enseña.
Llego muy pronto al despacho, esta vez no soy el primero. Esta Jonathan preparando los argumentos para defender un concurso, que se me antoja un poco complicado. En fin, cosas de trabajo.
Me pasa una cosa curiosa cuando paseo a mi perro por la noche y por la mañana.
Diría nuestro porque pertenece a todos, pero como sólo me ocupo yo. Ya se sabe.
Me imagino a las personas a las que me cruzo y me imagino cómo les estará afectando la crisis. Con las personas que me cruzo por la mañana pasa menos, porque al ser una hora intempestiva me imagino que todas están trabajando, porque sino no se les ha perdido nada a las siete de la mañana.
En fin que sigo en busca de mi equilibrio personal, de cuando puedo sacar tiempo para escribir, para leer y para practicar la guitarra, las tres actividades que me alejan de la crisis.
Estoy pensando en cambiar de formato la blog e incluir lo que se llaman widgets para mejorar vuestro interés por mi blog. Apa que todo vale.
Hasta mañana.

el quinto tripulante

Formamos una tripulación “amateur” aunque disponemos con un sponsor que nos cubre casi todo el presupuesto. Lo que pasa que en este pas a la gente no le gusta navegar. ¿por qué?. Pues no lo sé. Porque los extranjeros cuando éstán en Barcelona y sienten el clima mediterráneo y los barcos amarrados alucinan de la poca afición. Y yo entiendo que alucinen, porque ellos salen con frío y con los días oscuros. Navegar “engancha”. La sensación del viento como impulsa el barco en silencio es de las cosas más placenteras que existen.
Otro tema, es el de la regatas, que como son barcos iguales, gana el primero que cruza la línea. Y eso genera una cierta tensión. Tengo un amigo (el entrañable Lino) que siempre que navegaba se apuntaba pero si no era en regata. Se alejaba de la competición con todo el estrés y adrenalina que produce. Pero a nosotros algo de eso ya nos va.
Somos una tripulación de “viejetes” con la media de casi 50 años. A excepción del proa Edu que deberá tener unos veintipocos.
Hoy Pablo, uno de los cinco, desde el principio del proyecto me ha dicho que ya no contáramos con él porque tiene cien mil preocupaciones y no se quiere preocupar de nada más. Que contradicción porque para mi navegar es evadirme de los problemas. Pero evidentemente no tengo más opción que acatar su decisión. Faltaría más.
En fin, que a buscar un quinto. Trabajo arduo y complicado porque la gente no se quiere comprometer.
Mis argumentos son fáciles: Pocas regatas, regalamos equipación (que no me oiga Edu) , no te costará ni un duro, tendrás bocata cada día de regata, buen ambiente, poca presión. Somos relativamente simpáticos, del barco me ocupo yo y no tienes que “rascar”…pero no hay manera.
Cuando llamo a mis amigos y se pone al teléfono sus mujeres las noto con tonos hostiles. “No Foncu no!...que tenemos plan el fin de semana!!”. Joder como se complica el tema, si yo sólo pretendo que tu marido se divierta, y te lo devuelvo “amansadito” pienso yo.
En fin, la vida en definitiva es eso, ir salvando constantemente dificultades…
Empezaré a buscar al quinto teniendo cuidado de no perder a algún otro por el camino.
Porque quién dice que navegar sea fácil. Ya os contaré si encuentro al quinto.