Unos dicen que para ser cada vez más feliz hay que ir teniendo cada vez menos cosas. El desapego por lo material. Y no les falta razón, pensar que cada adquisición te supone un momentos de placer cuando la adquieres y la “disfrutas” pero muchos más momentos de preocupación y atención, sin mencionar el tema de recursos.
No sólo es tenerlos, también es mantenerlos.
Se dice que el momento más feliz de un aficionado al mar es cuando se compra un barco, y que el segundo momento es cuando se lo vende.
Los que nunca han tenido un barco se reirán, que eso no puede ser, que es una contradicción. A mi me ha pasado y os aseguro que es real como la vida misma.
Tengo algún amigo con muchos recursos que tiene “posesiones” en Menorca, Maresme, Pirineos, Barcelona… y aparentemente es muy feliz. Ah claro, y un buen coche y que no falte la barca.
Bicis y motos…y todo lo que conlleva eso…material de esquí, equipación ….sin hablar de los forfaits de temporada…y sigue siendo feliz! Eso si que tiene mérito….(si es realmente feliz…claro!)
Menos es más amigo, Y si no al tiempo.
Hay estudios serios que constatan precisamente eso. Que el “tener” no hace feliz.
El ser y el “estar” es diferente.
“Desde que me vendí el barco clásico soy más feliz. Es que no te puedes imaginar lo que era…” Pues claro que me lo imagino. Si yo tango una “patera” y no veaís los quebraderos de cabeza que me da.
Es simplemente un tema de probabilidades.
Además pienso en el Alemán propietario del Nordwind (24m de teca) que se gastaba 30.000 € al año sólo en barnices. Y que además tenía dos barcos más clásicos de eslora similar, además de lo que debe tener de propiedades…
Ufff pues eso, un puto desgraciado!…pero no seré yo el que se lo diga!