Carta a Ignacio,
Hola Ignacio. ¿ Que tal estás desde lo alto del cielo?. Seguro que desde ahí puedes ver a tu montaña de Montserrat querida y a tu pueblo de Urús. Quizás ambas cosas a la vez. Es lo que tiene estar en el cielo...
Ignacio, la vida nos ha separado. Las circunstancias
hicieron que no fuera prudente que asistiera a tu funeral.
Conociéndote, no
te hubiera gustado que se produjera una situación de mal ambiente. Era tu
despedida con tus hijos y nietos y amigos…Me hubiera gustado poder despedirte de ti pero no era persona bienvenida...
Yo, a pesar de no
haber sido (ni seré) un buen creyente recé por ti. Subí al Tibidabo en mtb y te
dediqué un padre nuestro. Casi al mismo tiempo que debían estar celebrando tu
misa en el tanatorio. En fin…espero que lo entiendas. Era mi pequeño homenaje
por una persona que ha significado tanto para mi.
Muchas veces
pensaba en venirte a ver y explicarte, pero desde hace unos años tu salud era
delicada. Pero eso son excusas. La verdad es que no lo hice. Y lo siento.
No por ello he
dejado nunca de admirarte. Eras un señor como pocos ( Nunca he conocido a nadie como tu). Siempre de buen humor.
Generando un especial “buen rollo”.
Siento mucho lo
que ha pasado. Ese ambiente de “mal interpretaciones” que han hecho de mi como si fuera un
vulgar delincuente. Cualquier intento de acercamiento está visto como una deformación malintencionada...
Algún día quizás les podré explicar “mi verdad”…Pero tu me
conoces de sobras Ignacio y sabes que
nunca he pretendido hacer el menor daño a nadie.
Tu sabes lo que
soy perfectamente, y si los demás no me han entendido no ha sido por falta de
voluntad.
Al final ha sido
un tema de abogados los que determinan lo que debemos hacer. Eso no ha hecho
más que agravar la situación…pero no te quiero marear con cuestiones terrenales
que ya no importan.
Simplemente
decirte que siempre te he apreciado mucho y nunca te lo he dicho. Y eso me duele,
aunque eso también lo sabes.
Pues que sepas
que siempre te llevaré en mi corazón. Y
eso es algo que nadie me podrá impedir.
De alguna manera
has marcado el cómo se deben hacer las cosas. Por mi cabeza han pasado
infinidad de momentos alegres que pasamos, aunque también momentos no tan
alegres. Pero que siempre superabas con esa nobleza y actitud.
Hasta siempre
Ignacio!!!!!! Ha sido un verdadero placer y orgullo conocerte!