miércoles, noviembre 25, 2009

Stella Maris


Tiene nombre de barco. Pero es una persona, admirable en lo que hace y lo que dice.
Una persona curiosa. Habla sobre la vida y la muerte. Pero también habla sobre las prioridades en la vida. Cosas interesantes. Sorprende su curriculum que no lo entiendes mucho. Se define cómo tanatóloga. Terapeuta biopsicosocial, conferenciante internacional, especialista en drogas endógenas y biofeedback computerizado.
No creáis que sólo soy yo el inculto. El corrector del Word, parece que tampoco sabe de lo que estoy hablando.
Así, a bote pronto, uno no sabe que significa todo eso pero cuando Stella empieza a definir que la tanatología es una disciplina que trabaja sobre la muerte y la agonía abordando todas las implicaciones del proceso de morir... !joder que acojone!
Luego le vas cogiendo, a medidas que la vas conociendo, cierta simpatía. Lo que dice es sumamente interesante. Varias ideas importantes que no tienen desperdicio.
1. Aprender a vivir ayuda a morir. Se trata de vivir bien, pero no del rollo de tener mucho dinero, y acudir a muchas fiestas. Sino de vivir con aceptación de lo que uno es. Una vida con sentido. Si vives con intensidad percibes la muerte como un descanso.
2. En nuestra sociedad vale más la ética que la estética. Las prioridades son tener-hacer- ser ( lo que importa es tener, y para eso hay que hacer y en última instancia ser) y deberíamos invertir los valores para darle la máxima importancia al ser, para luego hacer y finalmente tener.
3. La felicidad no está afuera porque es un estado interno, bioquímico.
4. El dolor es inexorable , pero el sufrimiento es optativo. El dolor te humaniza, te pone en un lugar de dignidad frente a la vida. El sufrimiento es el deseo contrariado.

Es una persona que sabe de lo que habla. Ha tratado a más de 20.000 enfermos de cáncer, y eso le acredita para mí  ,mucho más que con los rocambolescos títulos de su curriculum. Además, los ingresos que obtiene los dedica íntegramente a una Fundacíón. Chapeau por Stella

!

martes, noviembre 24, 2009

Luís, el de la Yamaha



Un día cualquiera de Octubre. Luís estaba parado en un semáforo del Paseo de Gracia, en la ciudad de las motos.
Rojo. Naranja incandescente y verde.
Luís engranó la primera de su potente motocicleta Yamaha Vmax 1250 cc. En pocos segundos cogió una velocidad endiablada. Los que lo vieron, no entendían porque no giró en la plaza del Lápiz, en la confluencia de Diagonal con Paseo de Gracia sino que fue en línea recta hasta impactar con el monumento.
Dicen que voló literalmente unos veinte metros hasta impactar con el obelisco de granito.
Permanecía inmóvil, sin poderse mover de aquella triste habitación compartida en la UCI del Hospital de la Cruz Roja. Se había partido la vértebra 23. No podía hablar, ni moverse.
“No entendemos porqué lo has querido hacer…¿tan mal nos portábamos contigo? –l e decía su padre mientras que su madre no paraba de llorar.
Luís la miraba incrédulo. Sin poder mover la boca, ni las manos. Lo único que podía hacer era mirarlos con tristeza. Impotencia.
Los médicos, y fueron muchos los que pasaron, le pronosticaron la invalidez permanente y ni los compañeros de la empresa ni los amigos de Luís podían entender porque lo había hecho.
Los médicos tuvieron diversas reuniones con psiquiatras, que decidieron además de tratarlo con ansiolíticos, para una más que probable depresión.
Lideraba el equipo de médicos el Doctor Pibernat, que había estado durante muchos años como jefe de servicio de cuidados intensivos en la prestigiosa clínica Mayo de Rochester (USA).
La conclusión consensuada es que fue un ataque de stress espasmódico, de fuerza cuatro en la escala de Rubin, lo que había sufrido Luís, y eso le llevó a hacer esa locura.
“Ahora ya es tarde para Luís, pero a los pacientes con síntomas de S.E. les decimos que hablen…que hablen con la gente…con quién sea pero que hablen …aquí en el Hospital tenemos un especialistas psicólogos que tratan estos casos …” decían los otros “especialistas” . “Cuando Luís se recupere. Tenemos que tratar de su stress” para que no lo vuelva a hacer.
“¿Pero como quieres que lo vuelva a hacer sino puede moverse?” le preguntaba su madre al médico
“oiga, mire…por aquí se ven casos muy raros…y tal como fue este, y perdone que sea tan directo…esto es un caso difícil”.
Luis los miraba a todos alucinando de sus opiniones sin tener ni puta idea porqué todos opinaban, pero en lo que había unanimidad era en que había tenido un trastorno psicológico.
Habían pasado dos semanas y él seguía sin poderse expresar. Hasta su jefe se dignó a visitarle. “si querías aumento de sueldo, lo podías haber dicho. Mecagoenlaleche ..!Luis!. Que mi puerta… está siempre abierta, ya lo sabes. Lo único que no te dejaría sería tirarte a mi secretaria..” le comentaba sarcásticamente, sabiendo que no podía ni reír. Y aunque pudiera, a Luís no le hacía ni la más mínima gracia. Se daba cuenta de que no lo conocía.
Fue cuando le visitó su amigo Ferrán, que era el único que le conocía y con el que se pudo comunicar.
Ferrán, fue el único que no le recriminaba nada, porque sabía que Luís era incapaz de intentar suicidarse. Sabía que a Luís le gustaba vivir.
Su amistad venía de cuando hicieron el servicio militar en el “Juan Sebastián Elcano”, en Cartagena, el majestuoso velero de la armada española. Luís movía los parpados con rapidez hasta que Ferrán interpretó que Luís le hablaba en morse.
F-E-R-R-A-N – L-E-S –P-U-E-D-E-S-D-E-C-I-R- -A-E-S-T-O-S-C-A-P-U-L-L-O-S –Q-U-E-S-E-M-E-M-E-T-I-O-U-N-A-P-U-T-A-A-B-E-J-A-D-E-N-T-R-O-D-E-L-C-A-S-C-O

lunes, noviembre 23, 2009

Flash forward


En el transcurso de un día cotidiano, toda la población mundial pierde el conocimiento durante 2 minutos y 17 segundos en los cuales cada persona tendrá una visión de su propia vida dentro de 6 meses, concretamente hasta el 29 de abril de 2010.
Este es el argumento de esta serie de tv, Flah Forward, bastante innovadora de concepto.
Hay las dos versiones, la de los protagonistas que les “toca” un buen futuro y los que se encuentran que su situación será muy “chunga”. También hay un tercer grupo, el de la gente que no ve nada. Es decir, que estarán muertos. Que también es un buen marrón.
Se trata de la lucha  de los que ven que su futuro “negro” para intentar cambiarlo. Son los que no creen que el destino esté escrito y que modificando algo, no sé sabe exactamente el que, lo puedan cambiar.
El futuro no es algo que me preocupe, aunque reconozco que eso va por caracteres. Los hay que se obsesionan por ello, y eso es tan digno como los que no. Yo me considero de los que no se obsesionan.
Creo bastante en el destino. Pero también creo en que todo dependerá de lo que des a la vida, la vida te devolverá. Nunca me he ido a tirar unas cartas, a menos que no sean las de la baraja española, para jugar un musete con unos amigos, y si es acompañado de un gin tónic, mejor. Gran invento vasco, esto del mus.
Si me ofrecieran la posibilidad de durante dos minutos ver mi futuro, creo que diría que no lo querría saber.
Igual haría como los gallegos. Depende. "miralo tu primero y si ves que estoy mal, no me lo digas".
Porque que ganas de escuchar “cosas” malas tampoco apetecen en demasía.
Ya bastante tenemos con la incompetencia de los politicos y los casos de corrupción.
Como era aquello de “no news, good news”…y si vienen malas ya se andará. En Estados Unidos, este programa arrasa.
Supongo que el quid de la cuestión estriba que aún sabiendo lo que el destino nos depara si lo podemos cambiar. Es un programa que no he visto nunca, porque no suelo ver la tv. Pero si el miércoles no escribo el post es que me ha “enganchado” la serie.
Tema interesante ¿conseguiré cambiar mi “mini destino” de que os encontréis un post el miércoles?.
De momento mirar este video y encontrareis alguna pista…
http://www.youtube.com/watch?v=QyIPz3oR3rE&feature=player_embedded