Lo que empieza acaba. Ya está. Coche cargado otra vez y después de muchas horas entre los dos Ferry´s y el palizón de kilómetros desde Denia llegué ayer noche al Port Olimpic para descargar mi “patera”.
Me preguntan si compensa llevar el barco para una semana. Indiscutiblemente si. Ha sido un autentico placer navegar por aguas de Formentera. Además cada día hemos tenido viento. Y como te llevas el coche, por ende todos los demás juguetes. Bicis, guitarras…etc.
Hay cosas que uno aprende siempre. Y una de ellas es buscar otra combinación para llegar hasta la ansiada Formentera. Y para el año que viene pienso en mejorar llevando remolque para no tener de cargar el barco en la baca y coger el ferry directamente desde BCN –Ibiza. Pero para todo eso queda un año…
Isla llena pero sin agobiar solo en alguna playa hemos tenido sensación de “mucha gente” pero desde luego nada agobiante y sobre todo cuando llegaba desde el mar.
Los restaurantes sin problemas para acomodar al numeroso grupo. Lo que nos lleva a concluir que también hasta Formentera también ha llegado la crisis. Aunque de eso ni el sol, ni el mar ni el viento lo noten.
Sorprende la poca gente que navega por esas aguas. Es un paraíso.
¿Es qué seré yo el raro?.Pues vaya, como siempre!
Y ahora unos días de montaña para encontrar la calma suficiente para escribir…ya os contaré…
Me preguntan si compensa llevar el barco para una semana. Indiscutiblemente si. Ha sido un autentico placer navegar por aguas de Formentera. Además cada día hemos tenido viento. Y como te llevas el coche, por ende todos los demás juguetes. Bicis, guitarras…etc.
Hay cosas que uno aprende siempre. Y una de ellas es buscar otra combinación para llegar hasta la ansiada Formentera. Y para el año que viene pienso en mejorar llevando remolque para no tener de cargar el barco en la baca y coger el ferry directamente desde BCN –Ibiza. Pero para todo eso queda un año…
Isla llena pero sin agobiar solo en alguna playa hemos tenido sensación de “mucha gente” pero desde luego nada agobiante y sobre todo cuando llegaba desde el mar.
Los restaurantes sin problemas para acomodar al numeroso grupo. Lo que nos lleva a concluir que también hasta Formentera también ha llegado la crisis. Aunque de eso ni el sol, ni el mar ni el viento lo noten.
Sorprende la poca gente que navega por esas aguas. Es un paraíso.
¿Es qué seré yo el raro?.Pues vaya, como siempre!
Y ahora unos días de montaña para encontrar la calma suficiente para escribir…ya os contaré…